[fullwidth style=”parallax” fullwidth=”yes” background_color=”” background_image=”https://contralinea.com.mx/wp-content/uploads/2016/02/armamento-plx.jpg” background_repeat=”no-repeat” background_position=”left top” mesh_overlay=”no” border_width=”1px” border_color=”” padding_top=”20″ padding_bottom=”300″ padding_left=”20″ padding_right=”20″ text_align=”” text_color=””]
En lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, México ha erogado 2 mil 35 millones 822 mil dólares en armamento y equipo militar adquirido a Estados Unidos. Al tipo de cambio actual, el monto sería equivalente a 28 mil 560 millones 37 mil 613 pesos. Entre las adquisiciones se encuentran helicópteros, aviones y vehículos todo terreno.
La Agencia de Defensa Seguridad y Cooperación (DSCA, por su sigla en inglés), que por ley está obligada a informar de las compras de armas y equipo militar realizadas en Estados Unidos, cuenta con los reportes de las adquisiciones que desde 2009 y hasta la fecha ha efectuado el gobierno mexicano.
El 12 de marzo de 2015, el almirante William E Gortney, comandante de la Marina de Estados Unidos, ya adelantaba algo al respecto. Dijo ante la Comisión de Servicios Armados del Senado estadunidense que “México tomó el decisivo paso de acercarse al Departamento de Defensa sobre las adquisiciones en equipo militar de Estados Unidos a través del programa de las Ventas Militares Exteriores [Foreign Military Sales Program], un paquete de helicópteros UH-60 y vehículos de alta movilidad polivalente de doble tracción [Humvees] valorados por encima de 1 mil millones de dólares […]”.
En entrevista con Contralínea, Adolfo Arreola –maestro en estudios México-Estados Unidos por la Universidad Nacional Autónoma de México e investigador adscrito a la Universidad Anáhuac México Norte– afirma que la cantidad de material militar que se compró entre 2008 y 2015 ha colocado a la nación como el primer comprador de armas latinoamericano.
El informe La industria de la defensa y seguridad en América Latina 2014-2015, elaborado por Ana Victoria Suárez Jiménez, menciona en el apartado relativo a México que en el país “[…] algunas de sus instituciones vinculadas a la defensa y seguridad hasta triplicaron el presupuesto el pasado año [2014]. Concretamente, la Secretaría de Gobernación se convirtió el año pasado en el organismo estatal más poderoso en materia de seguridad concentrando una de las mayores porciones del presupuesto general mexicano, con 5 mil 468 millones 900 mil dólares, superando incluso a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que incluye al Ejército Mexicano y a la Fuerza Aérea Mexicana”. En ese año, la Sedena había destinado para el mismo rubro 4 mil 922 millones 200 mil dólares. Por su parte, la Secretaría de Marina (Semar) erogó en el mismo periodo 1 mil 884 millones de dólares.
Durante el segundo trienio de Felipe Calderón (2009-2012), el Ejecutivo federal adquirió en marzo de 2009 cinco helicópteros B 412 EP de la empresa Bell, además de “partes de repuesto y reparación, equipo de soporte, servicio de transbordador, publicaciones y datos técnicos”, según el comunicado 09-18 de la DSCA, por un costo total de 93 millones de dólares, equivalentes a 1 mil 255 millones 500 mil pesos.
En el mismo año, en abril, el gobierno mexicano adquirió a la EADS North America, asentada en Arlington, Virginia, Estados Unidos, una nave tipo persuader maritime patrol aircraft, por un costo de 60 millones de dólares. La compra incluye el modelo CN-235-300M-M01, además de “partes de repuesto y reparación, equipo de soporte, publicaciones y datos técnicos, entrenamiento de personal y equipo de entrenamiento, ingeniería del contratista y servicios de soporte técnico […]”, según consta en el comunicado 09-13 de la DSCA. El monto erogado equivale a 81 millones en pesos mexicanos.
Para 2012, la administración de Calderón compró dos aviones C-130J-30 de la empresa Lockheed Martin, basada en Marietta, Georgia, por un valor aproximado de 412 millones de dólares, equivalentes a 5 mil 426 millones 40 mil pesos. Además de las naves, el contrato incluyó “10 motores AE2100D3 (ocho instalados y dos de remplazo), modificaciones de la naves, equipo proporcionado por el gobierno, equipo de comunicación, partes de repuesto y reparación, equipo de soporte y prueba, publicaciones y documentación técnica, entrenamiento de personal y equipo de entrenamiento, ingeniería del contratista y del gobierno de los Estados Unidos, servicios de soporte técnico y logístico […]”, según consta en el comunicado 12-54 de la DSCA.
En enero 2012 se adquirieron seis aviones T-6C+ a la empresa Hawker Beechcraft, por un valor de 103 millones 688 mil dólares, equivalentes a 13 mil 240 millones 957 mil 760 pesos mexicanos, según el comunicado de prensa de la compañía aeronáutica (http://txtav.com/en/newsroom/2012/01/hawker-beechcraft-signs-contract-with-mexican-air-force-for-six-t6c-trainers). Jim Maslowski, presidente de la empresa afirmó que: “Nosotros vemos esta venta de seis aeronaves como el inicio de una larga y productiva relación con las Fuerzas Armadas Mexicanas”. Las naves se caracterizan por contar con alas de punta dura, pantallas HUD, Panel de Control frontal, una cabina integrada de vidrio, una cabina con serie avanzada de aviónica Esterline CMC Cockpit 4000 […]”.
Con el traspaso del poder al gobierno priísta de Enrique Peña Nieto inició una serie de compras militares sin precedente. En octubre de 2013 se adquirieron seis unidades más del avión de entrenamiento T-6C+ por un monto de 103 millones 688 mil dólares, equivalentes a 1 mil 324 millones 95 mil 760 pesos mexicanos. En un comunicado de la empresa, fechado el 24 de octubre 2013 (http://txtav.com/en/newsroom/2013/10/beechcraft-signs-followon-contract-with-mexican-air-force-for-six-t6c-trainers) se menciona que “Beechcraft Corporation anuncia hoy la venta consecutiva de su [avión] de entrenamiento militar Beechcraft T6C+ a las Fuerzas Aéreas Mexicanas (FAM).” Adicionalmente menciona el mismo comunicado un segundo contrato de apoyo técnico y de mantenimiento de 2 años en proceso.
En marzo de 2014, el Ejecutivo federal solicitó la compra de 2 aviones T6C+ adicionales por el monto de 17 millones 281 mil 333 dólares, equivalentes a 229 millones 841 mil 733 pesos mexicanos, a la empresa estadunidense Hawker Beechcraft, con las mismas características antes mencionadas, según consta en el comunicado de la empresa del 24 de marzo de 2014 (http://txtav.com/en/newsroom/2014/03/mexican-navy-places-initial-order-for-beechcraft-t6c-trainers), donde menciona que “esta adquisición representa un primer paso hacia la modernización de aviación de ala fija de la Armada mexicana y sigue a una reciente expansión del parque aéreo de entrenamiento de las Fuerzas Armadas Mexicanas para alcanzar 12 aeronaves T-6C+”.
El mismo mes la Secretaría de Marina formalizó la compra a la misma Beechcraft de cuatro aviones King Air 350 ER por un valor de 23 millones 200 mil dólares, equivalentes a 308 millones 560 mil pesos mexicanos. De esta tanda de aviones el primero fue entregado el 15 de julio de 2014 a la dependencia mexicana, representada por el director general adjunto de Aeronáutica Naval de la Semar, el Contraalmirante José María García Macedo, quien se desplazó hasta Wichita, Kansas, Estados Unidos para ello (http://txtav.com/en/newsroom/2014/07/mexican-navy-takes-delivery-of-first-of-four-beechcraft-king-air-350er-aircraft). La segunda unidad fue entregada el 21 de agosto del mismo año. El comunicado de la empresa menciona que el “recién entregado [avión] King Air es parte de un contrato de cuatro aeronaves firmado previamente este año. El primer King Air 350 fue entregado solamente hace unos meses, y las aeronaves restantes previsiblemente serán entregadas a principios de 2015” (http://txtav.com/en/newsroom/2014/08/beechcraft-delivers-t6c-trainers-king-air-350er-to-mexican-navy).
La Semar, por su lado, a través del comunicado de prensa 106/2014, del 2 de noviembre de 2014, informa que la dependencia y la Procuraduría General de la República (PGR) “firmaron un convenio general de colaboración en el cual un avión de patrulla y vigilancia marítima clase King Air 350 ER y 10 helicópteros Schweizer S-333 causan alta en el servicio activo de la Armada de México, tratándose de un ejemplar de los cuatro comprados previamente, que pasa a formar parte de los efectivos de la Semar”.
El 30 de octubre de 2014, la empresa Airbus anunció la firma de un contrato para la compra de dos aviones C295 por parte de la Semar por un valor de 69 millones 174 mil dólares, equivalentes a 920 millones 14 mil 200 pesos mexicanos. En el comunicado citado (https://airbusdefenceandspace.com/newsroom/news-and-features/mexico-orders-more-airbus-c295-aircraft/) el director comercial de Aviones Militares Airbus, Antonio Rodríguez Barberán, comenta: “Estamos muy orgullosos que México, que ya tiene la flota más grande de Airbus Defense and Space en América Latina ha demostrado su confianza en nuestros productos al decidir incrementar nuevamente su flota de C295”.
En el Plan de Modernización de las Fuerzas Armadas Mexicanas 2013-2018 figura además la adquisición “prevista” de un avión Grumman Gulfs- tream. Con base en la lista de adquisiciones de aeronaves y vehículos adquiridos por la Sedena en el periodo 2008-2014 –de la que Contralínea tiene una copia– el modelo Gulfstream G 150 tendría un costo unitario aproximado de 37 millones 750 mil dólares, equivalentes a 502 millones 75 mil pesos mexicanos.
La publicación Fuerza Aérea Mexicana. La aviación militar, un siglo de historia (1915-2015), coeditado por la Comisión de Defensa Nacional de la LXII Legislatura de la Cámara de Diputados y la Secretaria de la Defensa Nacional, dice al respecto que “la adquisición de las aeronaves será para sustituir paulatinamente el material de vuelo con más años de servicios”, considerando que “no se contempla aumentar la cantidad de aeronaves, toda vez que el objeto es la sustitución de material de vuelo por otro de las mismas características”.
El 21 de marzo del año 2014, el Ejecutivo solicitó la compra, de acuerdo con el comunicado 14-10 de la DSCA, de 18 helicópteros UH-60M Black Hawk en su versión estándar a las empresas Sikorsky Aircraft Company y General Electric Aircraft Company por un valor de 680 millones de dólares, equivalentes a 10 mil 23.2 millones de pesos. Éstos contaban con “equipamiento único y equipamiento gubernamental suministrado (GFE, por su sigla en inglés), 40 motores T700-GE-701D (36 instalados y seis de repuesto), 42 sistemas de posicionamiento global integrados/sistemas de navegación inerciales (36 instalados y cuatro de repuesto), 36 ametralladoras M134 de 7.62 milímetros, cinco sistemas de planeación de misión de aviación, 18 anteojos de visión de noche AN/AVS-9, y un grupo eléctrico para la aviación”. También contempla sistemas de comunicación “incluyendo series de radios AN/ARC-210 RT-8100, sistemas de identificación de Amigo o Enemigo (IFF por sus siglas en inglés), la garantía de la aeronave, apoyo a la navegabilidad, construcción de infraestructura, partes de repuesto y reparación, prospección del sitio, herramientas y equipo de prueba”. El costo final de esta compra fue de 680 millones de dólares o 10 mil 23 millones 200 mil pesos.
También ese año, el 16 de mayo de 2014, Peña Nieto solicitó la compra, según el comunicado de prensa 14-17 de la DSCA, de 3 mil 335 Humvees o vehículos de ruedas de alta movilidad multiusos (HMMWV’s), además de “piezas de repuesto y reparación, equipo de apoyo y prueba, equipo de comunicación, publicaciones y documentación técnica, personal de entrenamiento y equipo de entrenamiento, ingeniería del gobierno de los Estados Unidos y del contratista, servicios técnicos y de apoyo logístico y otros elementos relacionados de apoyo logístico y del programa”. Estos vehículos fueron encargados a la empresa AM General. El costo final de la adquisición fue de 556 millones de dólares, equivalentes a 8 mil 195 millones 44 mil pesos.
El 17 de marzo de 2015 Enrique Peña Nieto encargó adicionalmente tres helicópteros UH-60M Black Hawk a la Sikorsky Aircraft Company y a General Electric Aircraft Company (GEAC). Según el comunicado de prensa 15-04, se trata de “helicópteros UH-60M Black Hawk en configuración estándar del gobierno de Estados Unidos, con equipo único designado, equipamiento gubernamental suministrado (GFE), seis motores T700-GE-701D, seis sistemas de posicionamiento global incorporados/sistema de navegación inercial H-764G, seis ametralladoras M134 de 7.62 milímetros, tres sistemas de radar infrarrojo prospectivo Star Safire III, tres sistemas de planificación de misiones de aviación, 12 anteojos de visión de noche AN/AVS-9, y un grupo eléctrico para la aviación. También están incluidas partes de repuesto y reparación, equipo de apoyo, equipo de comunicación, construcción de infraestructura, apoyo a la navegabilidad, publicaciones y documentación técnica, ingeniería y servicios de apoyo logístico, además de otros elementos relacionados de logística y de programa de apoyo”. El costo final de la adquisición está estimado en 110 millones de pesos equivalentes 1 mil 824 millones de pesos.
En la revista electrónica La Gran Fuerza de México de febrero 2015, el coronel de infantería Humberto Zerón Martínez publicó en el artículo “Adquisición de aeronaves para modernizar la flota de la Fuerza Aérea Mexicana” la compra de 42 aviones T6C. El artículo contiene una entrevista con el general de división piloto aviador Carlos Antonio Rodríguez Munguía, comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, quien afirma que “se han formalizado los contratos […] derivado de la necesidad de sustituir las aeronaves Pilatus PC-7”. Esta adquisición está valorada en 362 millones 907 mil 972 dólares, equivalentes a 5 mil 741 millones 204 mil 117 pesos.
Como un beneficio adicional y “sin costo” para la Sedena, se le entregarían “tres aviones King Air 350i”, que costarían por sí solos 174 millones de pesos equivalentes a 2 mil 752 millones 680 mil pesos. Estos ejemplares son el premio a la fidelidad.
En marzo de 2015, la Secretaría de Marina fue la pionera en adquirir un C295W de la empresa Airbus, con un costo de 69 mil 174 millones de dólares, equivalentes a 1 mil 94 millones 332 mil 680 pesos. En un comunicado de la empresa Airbus (http://militaryaircraft-airbusds.com/PressCenter/LatestNews/TabId/176/ArtMID/681/ArticleID/367/Mexico-becomes-launch-customer-for-new-Airbus-C295W.aspx) se anuncia la compra del avión. “La ventaja de los winglets en condiciones de altura y calor suponen que el desarrollo del C295W es un paso esencial para nuestra exitosa familia de aviones de tamaño medio y ligero. Es además un placer añadido entregar este primer avión a México, que ya cuenta con la mayor flota de aviones de transporte de Airbus Defence and Space en América Latina”, sostuvo el Director Comercial de Airbus Defense and Space.
Igualmente en el artículo citado del coronel Humberto Zerón Martínez se informa de la compra de 15 helicópteros Bell 407 GX, con un costo aproximado de 58 millones 741 mil 20 dólares, equivalentes a 939 millones 282 mil 936 pesos mexicanos.
De acuerdo con la lista publicada, en 2013 el gobierno de Peña Nieto habría gastado en total 51 millones 844 mil dólares (662 millones 47 mil 880 pesos), mientras que en 2014 el gasto ya ascendía a 1 mil 383 millones 155 mil dólares (18 mil 395 millones 970 mil pesos), multiplicando por más de 25 veces el gasto interanual. Para 2015 el gasto militar en adquisiciones se redujo de nuevo en 600 millones 823 mil dólares (950 millones 501 mil 733 pesos). Así, el año pasado el gobierno mexicano gastó 700 millones 879 mil 500 dólares (equivalentes a aproximadamente 11 mil 951 millones 659 mil 112 pesos). Con esta tendencia vemos que el año 2014 es el año de mayor gasto, dentro de la administración en curso.
El jefe del Programa sobre Gastos Militares del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI, Suecia), Sam Perlo-Freeman, dice en entrevista con Contralínea que en el periodo 2010-2014, comparado con el de 2005-2009, la importación de México de las armas convencionales aumentó cuatro veces”. Perlo Freeman señala que México representa apenas el 0.3 por ciento de las ventas estadunidenses de armas pero este país “parece crecer en importancia como comprador de la industria armamentística de Estados Unidos”.
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La violencia que México vivó durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, que gobernó de 2006 a 2012, estuvo acompañada de un importante aumento en gasto militar. No obstante, visto en retrospectiva, sus gastos hasta parecerían menores si se miden por los estándares del sexenio de Enrique Peña.
En entrevista con Contralínea, Sam Perlo-Freeman afirma que “entre 2012 y 2014 los gastos totales militares de México han subido en 16 por ciento en términos reales. Sin embargo ya estaban en alza bajo Calderón. En el último año de la presidencia de Calderón los gastos militares se incrementaron en 60 por ciento, esto entre 2006 y 2012 en términos reales después del ajuste con la inflación”.
Según Perlo-Freeman el incremento ha sido en promedio de 8 por ciento. Aunque actualmente la tendencia esté a la baja en el gasto militar, la adquisición de equipamiento militar sí se incrementó del 6 por ciento en 2008 al 13 por ciento en 2012 hasta llegar al 16 por ciento en 2014.
La Iniciativa Mérida ronda los 194 millones de dólares, pero solamente 7 millones están dedicados a la adquisición militar en sí.
Según el investigador del SIPRI para el año en curso, estaríamos hablando de 18 por ciento, según las proyecciones del instituto, “que se han triplicado de lo que eran en 2008, además que el promedio absoluto de niveles de gasto militar han subido de forma substancial, y esto tiene que ver con los cárteles de las drogas”.
Por medio de la Ley General de Transparencia, Contralínea solicitó a la Sedena copia de los contratos que amparan la adquisición de armamento a Estados Unidos. Sin embargo, la dependencia clasificó la información como “reservada”. Por su parte, la PGR, la Secretaría de Gobernación y el Centro de Investigación y Seguridad Nacional adujeron la “inexistencia” de la información.
Al consultar a la empresa Lockhead Martin acerca de la compra de equipo militar por parte del gobierno mexicano, la encargada de comunicación Stephanie Sonnenfeld Stinn indica que la compañía “no está actualmente contratada para entregar ningún ejemplar de C-130J por parte de México. Sin embargo, agrega que “estamos listos para apoyar al gobierno mexicano en sus futuras necesidades de transporte aéreo […]”. Nada se comenta de si en el pasado fue adquirido un avión C-130J durante la presidencia de Felipe Calderón Hinojosa.
Al contactar a la directora de Comunicación Empresarial de EADS North America, Frances Benett, se informó a Contralínea que la empresa mantiene la información de sus clientes bajo confidencialidad. Sin embargo, al ser confrontada acerca de si había un acuerdo de confidencialidad con el gobierno mexicano, dijo no saber al respecto. Tampoco estaba en posición ni de confirmar ni de refutar la existencia de tales acuerdos entre la EADS North America con el gobierno de México.
Al respecto de estas compras, el jefe del Proyecto de Gasto Militar del SIPRI menciona que México está gastando en su ejército “en respuesta a la guerra al narco”. No obstante, dice que “hay problemas en la forma en que se está llevando a cabo la misma, que en gran medida está resultando inefectiva”.
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La colaboración militar mexicano-estadunidense se basa en una relación comercial. No obstante, una de las cuestiones espinosas que aún dividen a los dos vecinos es la cuestión del respeto de los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas. El agregado de prensa adjunto de la Embajada de Estados Unidos ante México, Anand Krishna, en entrevista a Contralínea dice que “nuestro gobierno discute asuntos de derechos humanos regularmente con la contraparte mexicana y hemos tenido un intercambio muy productivo el 21 de octubre en Washington en nuestro Diálogo Bilateral sobre Derechos Humanos”.
Krishna agrega que “hoy oficiales del Ejército Mexicano y estadunidense gozan de una relación colaborativa, que es fundamental para la cooperación futura y el apoyo mutuo en el caso de una crisis”.
El Departamento de Estado de Estados Unidos publicó el pasado 21 de octubre un comunicado acerca del Diálogo Bilateral sobre los Derechos Humanos llevado a cabo en Washington, DC. El documento intitulado United States-Mexico Bilateral Human Rights Dialogue Joint Statement afirma que México y Estados Unidos son “socios bilaterales fuertes y vecinos cercanos”. Las dos naciones “valoran su habilidad de emprender un diálogo franco y constructivo acerca de temas que son de primera prioridad para ambos gobiernos.
Con casos tan alarmantes como fueron Tlatlaya o Iguala (este último que sigue sin resolverse hasta la fecha: aún no se sabe qué pasó con los 43 normalistas víctimas de desaparión forzada), y a más de 1 año de ocurridos, esos eventos trágicos no parecen afectar sustancialmente las relaciones bilaterales ni militares. Por ello queda abierta la pregunta de qué rol tiene el Ejército Mexicano desde la perspectiva estadunidense en la región.
A modo de ejemplo, en la compra de 18 helicópteros Black Hawk, el comunicado 14-10 menciona explícitamente que “esta venta propuesta va a contribuir a la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos ayudando a mejorar la seguridad de un socio estratégico. México ha sido un socio fuerte en el combate al crimen organizado y a las organizaciones narcotraficantes. […] México pretende usar estos artículos de defensa y servicios para modernizar sus Fuerzas Armadas y expandir la arquitectura existente del Ejército en su esfuerzo por combatir organizaciones narcotraficantes”. Una vez más queda evidente el móvil de la expansión militarista mexicana, en el marco de la guerra interna en pleno desarrollo, que justificaría esta política como tal.
Al consultar al Departamento de Defensa de Estados Unidos, la portavoz de la Oficina de Prensa de la Defensa de la Oficina del Secretario Adjunto de Defensa (Asuntos Públicos), Eileen M Lainez, se limita a acusar la solicitud de entrevista pero dice que “el Departamento de Estado es el más apropiado para responder”. Éste respondió a su vez, a través de la especialista en Asuntos Públicos de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, del Departamento de Defensa, remitiendo al reporte anteriormente mencionado sobre el diálogo bilateral.
Adolfo Arreola, profesor de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac México Norte, comenta en entrevista con Contralínea que “a partir de 2001 lo que ha predominado en la agenda bilateral es la seguridad”. La creciente presencia de fuerzas armadas en el país debido a la guerra contra el narcotráfico, y su desgaste material, hacen que con los años que lleva la confrontación dé muestras de menor eficiencia del parque militar mexicano.
El internacionalista Adolfo Arreola invita en una entrevista con Contralínea “a repensar la modernización de las cuestiones militares. Estamos un poquito en desventaja si no estamos comprando lo último en tecnología, ni para protegernos, ni para atacar”.
La creciente militarización de la sociedad mexicana no es casual, al menos según los investigadores Sabina Morales Rosas y Carlos A Pérez Ricart, en el informe elaborado para SIPRI, Understanding militarization in Mexico beyond military expenditure, donde afirman que “tal ofensiva contra el crimen organizado como el que llevó el presidente Calderón en sus 6 años a cargo no se hubieran podido dar sin el proceso de militarización”.
De forma reiterada, en los informes de la DSCA se menciona específicamente que “la venta propuesta [a México] de equipo y apoyo no van a alterar el equilibrio básico militar de la región”. No obstante resulta algo inconcebible que un incremento en tres veces los gastos erogados en gasto militar, y por ende la presencia creciente de equipo bélico estadunidense, no cambie el equilibrio regional. La dependencia en tecnología así como la necesidad de entrenamiento de la nueva tecnología crea lazos de dependencia que tan sólo hacen a México más susceptible de tener un problema logístico si se diera una interrupción abrupta de sus relaciones comerciales y gubernamentales con Estados Unidos y sus empresas armamentísticas.
Según Sam Perlo-Freeman, Estados Unidos no consideran la democracia “como un criterio” a la hora de vender armas, a países tales como Arabia Saudita por ejemplo. “Nadie pretende siquiera [afirmar] que Arabia Saudita es una democracia. México es una democracia, tan imperfecta como todas las democracias incluyendo Estados Unidos”. En tal virtud se le trata a la hora de hacer negocios militares. Además que siempre hay formas de evadir este criterio: “ellos pueden siempre decir que es un asunto de seguridad nacional, y cuando esto pasa consideraciones de derechos humanos podrían pasar y pasan a segundo grado”.
Axel Plasa, @axel_contra
[BLOQUE: INVESTIGACIÓN][SECCIÓN: SEGURIDAD]
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