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Putin: el poder tras el trono

Putin: el poder tras el trono

Quedan pocos los que, tras haber estado ejerciendo directamente el poder de un Estado, pasan a ser lo que se llama “el poder tras el trono”, privilegiado lugar que ocuparon muchos validos o favoritos. Los historiadores John Elliott y Laurence Brockliss escribieron sobre esos poderes tras el trono (ver el libro El mundo de los validos, editorial Taurus, y que en otro Ex libris reseñaré). Actualmente, Fidel Castro es el poder tras su hermano Raúl. Álvaro Uribe lo quiere ser en Colombia. En México, lo intentó Carlos Salinas (y lo mandaron al diablo). Pero antes lo fue Calles, controlando a Portes Gil, Ortiz Rubio, Abelardo Rodríguez, y cuando quiso seguir siendo el poder tras el trono con Lázaro Cárdenas, éste le salió respondón y lo mandó al exilio.

Una figura relevante como poder tras el trono es el atleta (hasta se deja fotografiar desnudo de la cintura a la cabeza, mostrando sus músculos templados en el deporte), quien ya fue presidente de Rusia, Vladimir Putin. Y sigue “asesorando” al heredero que dejó en el trono. El expolicía del Comité para la Seguridad del Estado (la temible policía secreta rusa) es un autócrata muy al estilo de Stalin, pero con las formas menos duras, aunque con similares finalidades y consecuencias. Basta leer la biografía de Peter Truscott, a través de sus 350 páginas (traducida del inglés al español por Julio A Sierra), para hacerse de un conocimiento muy completo sobre la personalidad de Putin y su práctica del poder absolutamente autoritario.

Con un cargo de primer ministro que ejerce disimuladamente como segundo de a bordo, cuando es quien toma las decisiones fundamentales en Rusia (un Putin que asume ser el nuevo Pedro el Grande), desde que heredó el cargo de Boris Yeltsin hace 10 años, Putin regresará como presidente por segunda vez cuando en breve se lleven a cabo las “elecciones” rusas. No hay hilo que, como presidente y hoy como poder tras el trono, no controle.

Son nueve fascinantes capítulos, un epílogo, el prefacio y un índice onomástico. A lo largo del libro se perfila ese político con dosis de Lenin, Stalin y , para terminar como un Pedro el Grande dispuesto a engrandecer a la Rusia excomunista con un capitalismo al estilo de China, donde el gobierno central, keynesianamente, interviene en los mercados. Y Putin, como un moderno zar, se baña dos veces en el mismo río de elecciones también controladas.

De las biografías (inconclusas, porque el personaje vive), la de Putin nos pinta al viejo-nuevo autócrata… al autoritario de pies a cabeza sin aspavientos y que, en tan meteórica carrera en el poder y por el poder, político, económico y social, teje su estructura dentro de un Estado unitario, es decir centralista, para hacer sobrevivir el poder de un hombre en un mundo que inclina la balanza a la búsqueda de las democracias para el reparto de los poderes. Y no obstante gritarle a ese mundo: “Yo, Putin, soy el Estado en Rusia”.

Ficha bibliográfica:

Autor: Peter Truscott

Título: Vladimir Putin. Líder de la nueva Rusia

Editorial: El Ateneo, 2005

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