Los institutos de salud pública del país destinan millonarios recursos a la subrogación de servicios que por ley deben proporcionar a sus derechohabientes. Entre los beneficiados figuran hospitales especializados en cirugías plásticas y clínicas cuyos propietarios son cercanos a los funcionarios que los contratan
El gobierno del presidente Felipe Calderón se comprometió a reforzar el Sistema Nacional de Salud mediante estrategias como “rectoría efectiva, prestación de servicios con calidad y seguridad, financiamiento equitativo y sostenible”; sin embargo, ha trasladado recursos públicos, vía institutos de salud, a clínicas y hospitales privados que atienden a los derechohabientes mediante la subrogación de servicios a través de millonarios contratos que, en su mayoría, son adjudicados sin licitación pública.
Para Clara Jusidman, especialista en políticas públicas, ello significa la privatización de los sistemas de salud. Por su parte, Gustavo Leal Fernández, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), dice que la subrogación de servicios de salud del gobierno de Calderón “es la visión tecnocrática de cómo gestionar seguridad social”.
“Es muy grave subrogar los servicios médicos. Se trata de un tic tecnocrático para gestionar en el sentido financiero la seguridad social. No sólo se está privatizando un servicio, sino la función del Estado”, detalla Leal, autor de libros como El ISSSTE en el sexenio de Vicente Fox y El IMSS bajo el Calderonismo.
Las instituciones de salud pública del país –Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSTE), Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas (ISSFAM) y Petróleos Mexicanos (Pemex)– subrogan desde los servicios básicos, como las revisiones de gabinete, hasta cirugías y rehabilitación. Su fun ción se reduce a administrar contratos y favorecer con ello a los consorcios privados de salud.
El esquema atenta contra la función pública del sistema de salud y los derechohabientes, “porque los procesos de subrogación tienen como fin trasladar recursos, pero no mejorar los servicios”, explica Leal.
Entre 2000 y 2009 el organismo ha registrado 11 mil 854 quejas. “Los quejosos reportan dilación en estudios clínicos y diagnósticos, conductas discriminatorias, falta de atención en urgencias, maltrato a pacientes, intervenciones quirúrgicas negligentes, deficiente atención materno-infantil durante el embarazo o el puerperio” (servicios que son subrogados). La CNDH emitió ocho recomendaciones generales a los secretarios de Salud, Defensa Nacional y Marina, y a los directores del IMSS, ISSSTE y Pemex.
Por su parte, la Secretaría de Salud (Ssa) documenta que el ISSSTE y el IMSS continúan como los organismos con mayor número de quejas, principalmente en los servicios de ginecobstetricia, urgencias, cirugía general y traumatología.
A ello se suma la discrecionalidad con que se manejan los esquemas de contratación.
En su revisión a distintos ejercicios presupuestales, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó cuantiosas subrogaciones realizadas sin justificación alguna. La subrogación se traduce en una feria de contratos a hospitales de todo tipo, en los que hasta el mínimo servicio adquiere un costo exorbitante.
Un caso representativo del impacto económico de la subrogación de servicios médicos es el de la hemodiálisis. Hace más de una década el IMSS lo subrogó sin contar con un estudio de costo beneficio.
Pese a que la tendencia era el incremento en la demanda de este servicio, ante la proliferación de enfermedades como la diabetes, las autoridades no diseñaron una política para que el instituto estuviera a la altura y optó por que lo hicieran privado. El gasto representa 4 mil millones de pesos en contratos trianuales, lo que equivale a la quinta parte del gasto del IMSS en insumos y medicamentos.
“Por qué este servicio no lo prestó en su momento el IMSS y por qué lo subrogó.
Se pretextó un argumento de infectocontagiosidad para echarlo fuera; pronto se vio cuál era el interés porque fuera subrogado: la ganancia por parte de los prestadores y el beneficio de empresas como grupo Ángeles”, dice el investigador Gustavo Leal.
En contraste con su precaria situación financiera y su decadente infraestructura, el IMSS ha subrogado los servicios a hospitales boutique, donde el plus incluye vacaciones y shopping en sitios turísticos exclusivos del país.
“¡Ah, las vacaciones, sol, arena, surf, la cirugía!”, reza el mensaje de los hospitales Amerimed que invitan a la población mayor de 30 años a someterse a cirugías estéticas, liposucciones, lifting en el cuello, párpados y frente; abdominoplastia (meter barriga), lipoescultura y cualquier intervención para “embellecer a la persona y levantar su autoestima”.
La entrada a México del consorcio estadunidense Amerimed se dio en el sexenio de Vicente Fox. Su concepto es el de hospitales boutique para turismo internacional –personas que viajan a un determinado país para someterse a cirugías plásticas, implantes y tratamiento de rejuvenecimiento, principalmente–. Se ubican en los destinos turísticos Los Cabos, Cancún y Puerto Vallarta.
En el gobierno de Vicente Fox, al mismo tiempo que la Secretaría de Hacienda hacía oficial que el IMSS estaba prácticamente quebrado, el instituto subrogaba sus servicios a la cadena Amerimed, que invita a sus pacientes a “sentir la experiencia de disfrutar masajes, yoga y jacuzzi para relajar el estrés”. Además del servicio estético “inn”, incluyó los servicios básicos como ultrasonidos, prótesis dental, resonancias magnéticas, estudios de laboratorio y suministro de anteojos.
En noviembre de 2006, bajo la dirección general de Fernando Flores, la delegación del IMSS en Baja California subrogó al Hospital Amerimed Cabo San Lucas, SA de CV, servicios de hospitalización por 482 mil 664 pesos, según el contrato S6S071-0314386.
Lejos de la austeridad que prometió, el gobierno de Calderón avaló que los sistemas de salud pública subrogaran sus servicios a esta selecta cadena. Bajo la dirección de Juan Molinar Horcasitas, el 1 de enero de 2007, el IMSS subrogó a Amerimed servicios de resonancia magnética por 560 mil 393 pesos, según los contratos S7051A- 03238291 y S7051AA-03238292.
En septiembre de 2008, la delegación del IMSS en Baja California Sur contrató al Hospital Amerimed bajo la licitación 00641201-014-08; subrogó servicios médicos, dental, y dotación de anteojos por un máximo de 4 millones 265 mil 800 pesos.
El 24 de febrero de 2009 la delegación del IMSS en Quintana Roo subrogó al Hospital Amerimed Cancún servicios de oftalmología para los derechohabientes de Chetumal, Cozumel y Cancún. En total, fueron 50 consultas y 144 estudios por 1 millón 481 mil 32.5 pesos, lo que equivale a 7 mil 634 pesos por paciente.
También se subrogaron ocho sesiones de medicina física y rehabilitación, y 13 electromiografías por 71 mil 348 pesos, a razón de 3 mil 397 pesos por sesión.
Se subrogaron seis sesiones de tratamiento para cálculos por 116 mil pesos; 10 encefalogramas, 72 mil 904 pesos; 265 estudios de patología, 700 mil pesos; 40 ultrasonografías, 235 mil 294 pesos; 26 endoscopias, 400 mil pesos; 45 tomografías, 637 mil 500 pesos (14 mil 166 pesos cada una, el precio de referencia por ejemplo en Ángeles del Pedregal es de 3 mil 693 pesos); 13 estudios de resonancia magnética nuclear, 508 mil 695 pesos.
En algunas entidades, los hospitales privados sustituyen paulatinamente al sector público de salud en su obligación constitucional de servicio médico. Desde el sexenio de Vicente Fox, la delegación de IMSS en Coahuila subroga sus servicios a los hospitales del Grupo Ángeles –integrados en la Operadora de Hospitales Ángeles (OHA), propiedad de Olegario Vázquez Raña (Contralínea 132)– vía adjudicaciones directas. El 1 de octubre de 2005, por ejemplo, realizó consultas médicas, diagnósticos y estudios de laboratorio por 1 millón 999 mil pesos (contrato D55531-0522936).
En enero de 2006 le subrogaron servicios médicos y de diagnóstico en laboratorios por 638 mil 593 pesos (contratos D65033-0527878 y D56044- 0523220). Entre julio y noviembre, diagnósticos de gabinete y hospitalización por 978 mil 196 pesos (contratos S65209V-0528567, S65242V-0528577, S65243V-0528578, S65258V-0528583, D650201-1045506 y D65051-0524473).
Calderón dio continuidad a esta práctica. Entre enero y agosto de 2007 se le subrogaron “servicios médicos” por 1 millón 785 mil 838 pesos (contratos D65138-05241319, D65138-0527937, D75034-05240811, D65138A-05241320, D85035-05326669, D75072V-0531491 y D75079V-05227354).
En 2009, de plano se optó por otorgar un contrato abierto que se supone tendrá un tope máximo de 3 millones 716 mil pesos (mediante la licitación 00641139-051-08) para los servicios de diagnóstico y laboratorio que requieran siete hospitales generales de zona: dos en Saltillo, dos en Torreón, uno en Monclova y otro en Nueva Rosita.
La delegación del IMSS en Durango hizo lo propio, en febrero pasado le otorgó también un contrato de servicios abiertos vigente al 31 de diciembre de este año, por 3 millones 138 mil pesos (licitación 00641220-078-08).
La administración actual en el IMSS ha pagado servicios a otros hospitales, todos por adjudicación directa. Entre éstos: 3 millones de pesos a Sanatorios de México; 2 millones 162 mil pesos al Hospital de Juárez; 1 millón 450 mil 414.75 pesos a Vitalmex Internacional; 807 mil pesos al Hospital Morelos; 474 mil pesos al Hospital Vicentita; 250 mil pesos al Hospital Real de Minas.
Se tienen ya, incluso, empresas que prestan un servicio específico, por ejemplo, por el de cirugía cardiovascular de 2007 a la fecha se han pagado a las empresas Selecciones Médicas 300 millones de pesos; Rentas y Servicios Diversos, 3 millones 807 mil 351 pesos; Arrow Internacional de México, 78 mil 841 pesos.
En Quintana Roo, además de Amerimed, la delegación estatal subroga otros servicios, por ejemplo, el Instituto Médico Quirúrgico de Cancún se encarga de los servicios de endoscopía.
En Jalisco, la tarea del IMSS la realizan las compañías Servicios Imagenológicos de Occidente, el Instituto Cardiovascular de Guadalajara, el Centro oftalmológico San Ángel y el Hospital México Americano; en Nayarit, el Centro de Diagnóstico La Cruz, Corominas y Castillo. En Guerrero algunos derechohabientes son atendidos en el Hospital Infantil Privado de Acapulco.
El sistema de salud pública que principalmente subroga sus servicios es el ISSSTE.
En los tres niveles de atención intervienen compañías privadas. Desde la pequeña unidad de medicina familiar que subroga la auscultación, rayos X y estudios de laboratorio, hasta los servicios de tercer nivel que a cuenta de hospitales, como el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, el de mayor vanguardia en México, se hacen en nosocomios privados.
Muchas contrataciones se hacen por adjudicación directa y no se ajustan a la Ley de Arrendamientos y Servicios del Sector Público, que manda a privilegiar la mejor oferta técnica y económica.
Gustavo Leal explica que “no sólo se trata de un atentado contra la salud pública, sino que infinidad de intereses han buscado sacar raja de estos procesos de subrogación de servicios. También hay que destacar la complicidad de las dirigencias sindicales al no haber denunciado sistemáticamente que se le está confiscando materia de trabajo a sus representados”.
Igual que el IMSS, algunas delegaciones del ISSSTE han optado por otorgar contratos abiertos a empresas privadas por periodos anuales, estableciendo un tope máximo que puede mo dificarse durante su ejecución.
Entre las más recientes figuran: en febrero pasado, mediante la licitación 00637115-019-09, la delegación del ISSSTE en Coahuila subrogó a OHA servicios de diagnóstico y laboratorio para todas sus clínicas y hospitales para el periodo de marzo a diciembre de este año por los siguientes montos: 3 millones 7 mil pesos para servicios en la Clínica Hospital Doctor José María Rodríguez, de Saltillo; 2 millones 141 mil 362 pesos para el Hospital General Doctor Francisco Galindo Chávez; 870 mil pesos para la Clínica Hospital Monclova; 950 mil pesos para la Clínica Hospital de Piedras Negras; 900 mil pesos para la Unidad de Medicina Familiar (UMF) de Ciudad Acuña; de 520 mil pesos para la UMF de Parras; 200 mil pesos a la UMF de Sabinas; de 111 mil pesos para la UMF de Nueva Rosita; 50 mil pesos para la UMF de Muzquiz.
También en febrero, la delegación del ISSSTE en Guanajuato (licitación 00637013-006-09) subrogó a OHA servicios del Hospital Regional de León, en un contrato abierto por 4 millones 884 mil pesos, vigente al 31 de diciembre próximo.
El ISSSTE tiene ya un grupo de proveedores a los que invariablemente subroga servicios de diagnóstico. En Coahuila, la actual administración subrogo al Hospital Los Ángeles servicios por 800 mil pesos, y a Diagnóstico Médico Hospitalario, por 110 mil pesos. La delegación del ISSSTE en Guanajuato subrogó a OHA 280 mil 612.85 pesos.
Entre 2008 y 2009 la delegación de Nuevo León subrogó al Hospital y Clínica Oca servicios por 116 millones de pesos.
En ese mismo periodo subrogó al Hospital Nuestra Señora de Guadalupe, del municipio de Centro, Tabasco, servicios por 7 millones de pesos. La delegación en Sinaloa pagó al Centro Médico Culiacán 150 mil pesos.
En Guerrero ha subrogado a Tomografía Computarizada del Sur, servicios por 1 millón 637 mil 658 pesos; Cetom de Chipancingo, 1 millón 154 mil 650 pesos; Laboratorios Unidos del Sur, 201 mil 563 pesos; Bioscaner, 175 mil 950 pesos; Fórmulas Magisteriales, 192 mil 496 pesos; Diagnóstico por Imagenología, Rayos X y Utilidades, 55 mil 800 pesos; Scaner de Iguala, 750 mil 720 pesos.
En Tlaxcala, a Asesores Especializados en Laboratorios, el ISSSTE subrogó servicios por 560 mil pesos; en Colima, a Audiología de Colima, 36 mil pesos. El Sanatorio de los Ángeles en Puebla le pagó el servicio de endoscopia por 12 mil pesos.
En Chiapas subrogó a ADN LAB análisis clínicos por 300 mil pesos; en Morelos, a Especialidades Médicas de México, por 379 mil 187 pesos; y a Gammagrafía e Inmunoanálisis, por 22 mil pesos.
El Hospital Regional Manuel Cárdenas de la Vega, en Culiacán, subrogó a Praxair México servicios por 316 mil 508 pesos y a Excimer Laser del Noreste, 11 mil 500 pesos; a la Clínica Hospital de Culiacán, 62 mil pesos; al Centro Oncológico de Sinaloa, 200 mil pesos; a Servicios de Salud de Sinaloa, 300 mil pesos.
En Querétaro, servicios de oftalmología a la empresa Proveedor de Servicios de Oftalmología, en 2007, recibió el contrato 022-C-059/2007 por 182 mil pesos.
El Hospital Regional Monterrey subrogó servicios a Carpermor por 160 mil 689 pesos; a Cardiolink, 30 mil pesos; a Bioanálisis, 7 mil pesos. El Hospital Regional Adolfo López Mateos subrogó servicios de laboratorio a Estudios Clínicos Doctor T.J. Oriard por 58 mil 319.68 pesos.
El Hospital Regional Valentín Gómez Farías subrogó servicios a Care Imagenología Diagnóstica por 1 millón 183 mil 811 pesos; a Bioster, 1 millón 200 mil pesos; a Baxter, 52 mil 647 pesos.
El Centro Médico Nacional 20 de Noviembre ha subrogado servicios a Baxter por 37 mil 600 pesos; el Hospital Regional General Ignacio Zaragoza, a Barreda y Asociados Radiología, servicios por mil 155 pesos.
El Hospital Regional Mérida subrogó al Centro Oncológico Privado servicios por 3 millones 200 mil pesos; a Clínica Mérida, 400 mil pesos; a Clínica Regional de Salud Ósea, 100 mil pesos; a Laboratorio de Patología del Sureste, 500 mil pesos; a Electrodiagnóstico del Sureste, 900 mil pesos; a Asistencia Urológica Integral, 800 mil pesos.
Contralínea solicitó, vía comunicación social, a los sistemas de salud pública sus estimaciones costo beneficio de las subrogaciones que se han hecho en lo que va del actual sexenio. Ninguna institución accedió a transparentar la información.
Mónica Flores, del área de información del ISSSTE, comentó que ni siquiera se tiene un padrón de la población que recibe estos servicios.
La misma política oficial de hacer de Pemex una administradora de contratos se aplica a su sistema de salud. La red de clínicas y hospitales de la paraestatal viven hoy una velada privatización. El área está adscrita a la Subdirección de Servicios Médicos de Salud, que depende directamente de la Dirección Corporativa de Administración (DCA) a cargo, desde el sexenio pasado, del excontralor panista Rosendo Villarreal Dávila.
Aunque oficialmente la petrolera aún maneja directamente su red de clínicas y hospitales, en la práctica, el llamado tercer sistema de salud pública en México se ha convertido en un elefante blanco: primero porque los mandos medios y altos se atienden en hospitales privados y, segundo, porque la Subdirección de Servicios Médicos de Salud, a cargo de Víctor Manuel Vázquez Zarate, de forma cada vez más frecuente subroga a compañías privadas los servicios que por ley derechohabientes de la petrolera deben recibir en sus instalaciones.
En 2003 se diseñó en Pemex un programa de inversión en materia de salud que supuestamente tendría la finalidad de “fortalecer el nivel médico de los hospitales” para acercarlos a la calidad que ofrecen los de alta especialidad que Pemex tiene en la ciudad de México. En la práctica, son los hospitales privados los que atienden a ese sector mediante la figura de “servicios subrogados”. Es el otro rubro en que se desplazó a la paraestatal.
Durante el sexenio de Vicente Fox se supo de esta práctica –que iniciaba en Pemex– por el escándalo que generó el conocerse el nombre de uno de los beneficiarios de esos contratos: Alberto Sahagún Jiménez, cuñado del entonces presidente Fox. El hermano de Marta Sahagún recibió 13 millones de pesos por dar consulta en su clínica Hospital San José, en Zamora, Michoacán, a 600 derechohabientes.
Pese al extrañamiento que hicieron legisladores federales para que Pemex cesara este tipo de contrataciones, en el último año de gobierno de Fox se hizo cada vez más frecuente. En 2006, por ejemplo, se subrogaron todos los servicios médicos de Gómez Palacio, Durango, al Grupo Ángeles.
En enero de 2006 se le contrató el servicio de siquiatría por 40 mil 500 pesos (contrato 4400067520). El servicio de angiología, de enero a diciembre de 2006, por 1 millón 119 mil 650.76 pesos (contrato 4400065495); los servicios médicos para enero, febrero y marzo de 2007, por 3 millones 639 mil 842 pesos (contrato 4400067520); las hospitalizaciones entre enero y marzo, por 1 millón 179 mil 86 pesos (contrato 4400067091). El 29 de marzo de 2006 se le contrató el servicio de urología, de abril a diciembre de ese año (contrato 4400069211), por 10 millones 726 mil 184 pesos. El 1 de octubre se le pagaron 68 mil pesos por honorarios de neurocirugía.
Ya en el gobierno de Calderón, Reyes Heroles no sólo dio continuidad a esta práctica, sino que subrogó la atención a los derechohabientes de los dos hospitales centrales, seis regionales, 12 generales, tres clínicas-hospital, cuatro clínicas, 33 consultorios, 115 unidades de servicios preventivos de medicina del trabajo, 20 consultorios en centros de desarrollo infantil y siete coordinaciones médicas de zona. Es decir, de toda la red clínica, incluida la contratación de especialistas provenientes de instituciones privadas.
El 90 por ciento de los contratos fueron por adjudicación directa.
Los primeros contratos y renovaciones del actual sexenio se otorgaron al Grupo Ángeles. En enero de 2007 se renovó la contratación por servicios de angiología por 866 mil 951 pesos (contrato 4400075835); en abril se le pagó el servicio de hospitalización por 1 millón 360 mil 948 pesos (4400078113); en junio le subrogó una cirugía ambulatoria por 18 mil 780 pesos (contrato 4400080051); en julio, servicios médicos, por 320 mil pesos (contrato 4800002518); en diciembre le pagó 704 mil 717 pesos por servicios médicos y de urgencias subrogados (contratos 4400087242 y 4400087243).
En enero de 2008, la Coordinación Médica de Zona en Guadalajara le subrogó servicios por 5 millones 268 mil 194 pesos; la Unidad Médica en Veracruz le contrató servicios por 185 mil pesos. Entre febrero y diciembre de ese año, la Unidad Médica de Tampico le subrogó servicios por 8 millones de pesos mediante 31 adjudicaciones.
También en 2008 la Unidad Médica en San Luis le subrogó servicios médicos por 2 millones 471 mil 556 pesos en contrataciones por adjudicación directa (contratos 4800005634, 4800006205, 4800006206, 4800006207, 4800006208, 4800006209, 4400102112, 4400102115).
En marzo de 2009, la Subdirección de Servicios Médicos de Pemex subrogó los servicios para la población derechohabiente del Hospital Regional de Salamanca –que recientemente fue recertificado–. Mediante licitación 18572012-00X-09 otorgó a OHA un contrato abierto por 10 millones de pe sos para el periodo de abril a diciembre de este año.
Ubicada en la avenida Paseo de Tabasco, en Villahermosa, la Clínica AIR Médica 2000 destaca entre los inmuebles de la zona por su moderno y elegante diseño. En ella se atienden los ejecutivos de las trasnacionales que trabajan en la industria petrolera mexicana; los huéspedes del Hyatt Regency, Camino Real y Holiday Inn. Víctor Manuel Vázquez Zárate, subdirector de Servicios Médicos de Pemex, también contrató algunos de los servicios de AIR Médica.
El 17 de octubre Pemex subrogó a AIR Médica servicios por 295 mil 684 pesos (contrato 4400097719). El 18 de diciembre, cinco adjudicaciones directas para servicios por 1 millón de pesos (contratos 4400086927, 4400086935, 4400086937, 4400086938 y 4400086941).
Al día siguiente le otorgó 11 adjudicaciones directas por 4 millones 433 mil pesos. El 21 de diciembre, una adjudicación más por 2 millones 213 mil 828 pesos (contrato 4400087172). Al Hospital Ceracom, en diciembre de 2007, le subrogó servicios por 1 millón 939 mil pesos (contrato 4400087174).
En 2004, el Hospital General de Pemex en Veracruz recibió un reconocimiento como institución de “excelencia” que otorga la Asociación Mexicana de Hospitales, no obstante su calidad, la política que la actual administración aplica a éste es que también se subroguen sus servicios. Hasta ahora se contratan servicios como radiología, estudios clínicos al Hospital Ángeles, Laboratorios Soni y Laboratorios Clínicos Chontalpa.
En Sinaloa, el Hospital Asher Medical está contratado desde el sexenio pasado para atender a los derechohabientes de Pemex. En la gestión de Reyes Heroles ha implicado una erogación por 20 millones de pesos.
Hay servicios específicos que prácticamente se contratan a un reducido grupo de empresas. Algunos de éstos son: a Dentro Metric, los diagnósticos odontológicos; los rayos X, ultrasonidos y mastografías a las empresas Diagnóstico por Imagen de Tabasco, Tac de Coatzacoalcos, y Radiología y Ultrasonido Diagnóstico. Los tratamientos oncológicos a Radioterapia de Tampico; las tomografías las hace Imagen Diagnóstica de Poza Rica.
Los tratamientos para cálculos renales a Servicios Hospitalarios Torre Médica; los estudios de laboratorio a Laboratorio Bioquímico y Microbiológico; el diagnóstico y tratamiento de neurocirugías al Centro de Neorodiagnóstico; los diagnósticos y tratamientos de gastroenterología a Ciges Sociedad Civil.
Para la atención oftalmológica se contrata a Oftalmolaser Diagnósticos y Tratamiento y Lasikvision Center de Tabasco. Cardiología está a cargo del Centro de Diagnóstico Cardiológico.
Los diagnósticos previos a una cirugía los hace Servicios de Mínima Visión.
Algunas rehabilitaciones a la compañía Médicos Especializados Asociados.
Se subrogan también a médicos de clínicas privadas los servicios especializados que dan directamente en las clínicas y hospitales: dermatología, alergología, oncología, ginecología, sicología, optometría y medicina del dolor.
Hasta el servicio de lavandería se subroga a la compañía King Wash.
Las fuerzas armadas no han estado exentas de esas prácticas. A la par de que los altos mandos se atienden en las clínicas y hospitales exclusivos del país (Contralínea 132), la política de la actual administración es subrogar servicios médicos que en sus hospitales deben brindar a 854 mil 600 derechohabientes de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina.
En 2007 por ejemplo, según reportó el ISSFAM a los auditores adscritos a la Auditoría Superior de la Federación, 666 mil 63 personas (más del 70 por ciento de su población derechohabiente) recibieron los servicios médicos subrogados. La misma tendencia ha seguido en los años posteriores.
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