El narcotraficante Édgar Valdez Villarreal habría colaborado con las autoridades mexicanas desde mediados de 2008. Con un nivel jerárquico medio en el cártel de los Beltrán Leyva, la Barbie habría delatado a sus jefes y compañeros de la mafia desde un ilegal cautiverio, al que habría sido sometido al menos seis meses en el Campo Militar Número Uno
Una historia de presuntas delaciones habría antecedido a la reciente captura del narcotraficante de origen estadunidense Édgar Valdez Villarreal. La Barbie –como se le conoce en el mundo de la mafia y en el ámbito judicial– habría cooperado con las autoridades mexicanas desde mediados de 2008. En esa época, enfrentaría un ilegal cautiverio en el Campo Militar Número Uno.
De acuerdo con fuentes consultadas por Contralínea, la colaboración del narcotraficante con las autoridades de la Secretaría de la Defensa Nacional se dio durante unos meses para ubicar geográfica y jerárquicamente a sus jefes, vinculados a los cárteles de los Beltrán Leyva y de Sinaloa.
Bajo supuesta tortura, Valdez Villarreal habría delatado en aquella época nombres, métodos de operación, redes de protección e incluso escondites. Los datos habrían derivado en varias detenciones “relevantes” para el gobierno del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa.
Édgar Valdez Villarreal fue formalmente presentado a la opinión pública, en calidad de detenido, el pasado 30 de agosto. Su captura sucedió en los límites del Estado de México y de Morelos y, a diferencia de otros narcotraficantes (asesinados durante los operativos de detención o expuestos con visibles huellas de tortura), no implicó una sola bala disparada.
Durante su presunto cautiverio ilegal en el Campo Militar Número Uno, la Barbie habría delatado los escondites del capo Reynaldo Zambada García, incluido el domicilio en el Distrito Federal donde, el 22 de octubre de 2008, fue capturado con otras 15 personas, entre ellas su hijo Jesús Zambada Reyes.
En ese entonces, el Rey Zambada se ocupaba de la “plaza” del Valle de México para el cártel de Sinaloa, que comanda Joaquín Guzmán Loera, el Chapo. Entre otras zonas, controlaba el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde se registraría el mayor acceso de droga (cocaína y efedrina) a este país.
La información de Valdez Villarreal también habría permitido detener, el 20 de octubre de 2008, a unos 15 integrantes del cártel de Cali –11 de ellos de nacionalidad colombiana, cuatro de sexo femenino– en el Distrito Federal. A ese grupo delictivo que encabezaba Teodoro Mauricio Fino Restrepo, alias el Gaviota, se le vinculó con la organización de los hermanos Beltrán Leyva.
Según los informantes consultados por este semanario, esas detenciones se habrían dado de manera separada a lo largo del mes de septiembre. De acuerdo con esas versiones, la narcofiesta, donde supuestamente ocurrió la detención masiva, habría sido un “invento” para darle “espectacularidad” a la “guerra” que libra el gobierno contra el narcotráfico.
Otro caso en el que habría coadyuvado Valdez Villarreal sería la llamada Operación Limpieza, también efectuada a fines de 2008. Ésta culminó con la detención de altos funcionarios de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, dependiente de la Procuraduría General de la República.
Entre los detenidos, destacaron Miguel Ángel Colorado, excoordinador General Técnico, y Fernando Rivera Hernández, exdirector General de Inteligencia.
Recientemente, a la Barbie también se le atribuyó haber traicionado a Arturo Beltrán Leyva, líder del cártel que lleva por nombre sus apellidos. De acuerdo con las versiones obtenidas, Valdez Villarreal proporcionó los datos de ubicación del Barbas a las autoridades federales.
Esa información habría derivado en la ejecución del también llamado Jefe de Jefes, a cargo de integrantes de la Marina Armada de México el 16 de diciembre de 2009 en Cuernavaca, Morelos.
Aunque el presidente Felipe Calderón se refirió a Valdez Villarreal como “uno de los criminales más buscados en México y en el extranjero” en su cuenta de Twitter, las fuentes consultadas explican que la Barbie tenía un rango medio operativo en el cártel de los Beltrán Leyva, no “gerencial”. Su única posición de jefatura era a nivel de sicarios.
La detención de la Barbie se suma a los apenas 238 integrantes del cártel de los Beltrán Leyva que han sido capturados en lo que va de la supuesta “guerra” contra las drogas, por delitos contra la salud, delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.
Como lo documentó Contralínea (ediciones 183 a 190), de esos detenidos, a quienes les fueron comprobados sus nexos, 15 salieron libres entre enero de 2007 y febrero de 2010 antes de que fueran consignados ante las autoridades judiciales. Es decir que sólo 223 fueron sujetos de juicio en ese periodo.
Señalada de ser parcial, la “guerra” de Calderón Hinojosa contra el narcotráfico ha arrebatado más liderazgos al cártel de los Beltrán Leyva desde que éste rompió con el cártel de Sinaloa (en enero de 2008, tras la detención de Alfredo Beltrán Leyva, el Mochomo) y se alió con Los Zetas.
Entre los consignados están sus líderes más visibles: Alfredo y Carlos Beltrán Leyva, hermanos del fallecido Arturo; Jerónimo Gamez García, “quien jugaba un papel preponderante en la adquisición de cocaína desde Colombia”, y Héctor Huerta Ríos, “miembro clave en los operativos de trasiego en el Norte de México”, indica el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Según la Secretaría de Seguridad Pública federal, encargada del operativo de captura de la Barbie, “tras un trabajo de inteligencia que inició en junio de 2009 y se desarrolló en diversos puntos del país, Valdez Villarreal fue detenido”.
Además, el comunicado emitido por la dependencia que encabeza Genaro García Luna asegura que el sanguinario sicario se convirtió en uno de los principales candidatos a encabezar el cártel de los Beltrán Leyva, uno de los más poderosos del país, luego del asesinato de Arturo Beltrán Leyva.
En sus primeras declaraciones ministeriales, Valdez Villarreal reveló haber traficado cocaína a Estados Unidos por la ruta Colombia-Panamá-México. Actividad que confirmaría su nivel jerárquico medio y no alto, como ahora se le pretende atribuir.
El trasiego de drogas por esa ruta fue recientemente documentado en el informe Latin America and the Caribbean: illicit drug trafficking and U.S. counterdrug programs, dado a conocer el pasado 30 de abril por el Congreso de Estados Unidos.
Fuentes confidenciales consultadas por Contralínea aseguran que, en esa ruta criminal, el precio de la cocaína se va encareciendo: mientras que el kilogramo del estupefaciente se adquiere a unos 2 mil dólares en Colombia, en Panamá su valor asciende a 4 mil, en México alcanza los 18 mil y en Estados Unidos supera los 22 mil dólares.
Valdez Villareal nació en Texas, Estados Unidos. Su carrera delictiva la habría iniciado en el cártel de Sinaloa. Información del Departamento de Estado de Estados Unidos lo señala como el responsable de cobrar cuotas en todas las “plazas” controladas por la organización de los Beltrán Leyva.
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