Para cumplir con el mandato constitucional (Artículo 123) –según el cual el salario debe bastar para “satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos”– el salario mínimo debería ascender a 16 mil 445 pesos mensuales.
No obstante, el salario mínimo de la clase trabajadora mexicana aprobado por la Comisión de Salarios Mínimos es de apenas 1 mil 913 pesos. La brecha entre lo que ordena la Carta Magna y la realidad es de 14 mil 532 pesos.
El hallazgo es fruto de la investigación a cargo del Observatorio del Salario Justo, de la Universidad Iberoamericana Puebla. Fue presentada el pasado 29 de abril en las instalaciones de esta casa de estudios.
Por medio de una metodología propia que contempla el diseño de tres canastas de consumo (la Canasta de Alimentos, la Canasta Básica Alimentaria y la Canasta Básica No Alimentaria), el equipo dirigido por Miguel Reyes Hernández revela que en las últimas décadas el salario mínimo ha registrado una pérdida sustancial de su poder adquisitivo; tanto, que para 2014 tan sólo representa el 25.2 por ciento de su valor real respecto de 1976.
Lo anterior significa, de acuerdo con el Observatorio del Salario Justo, que “si el salario mínimo no hubiese perdido su valor real, hoy se encontraría en 10 mil 800 pesos al mes”.