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La Segunda Sala de la Corte pisoteó la Constitución

En el caso de los electricistas que Felipe Calderón y su secuaz empleado Javier Lozano Alarcón (dos nazis que abusaron del poder) dejaron en el desempleo, los integrantes de la Primera Sala de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación –Margarita Luna Ramos, Alberto Pérez Dayán, Fernando Franco y Sergio Valls– resolvieron el reclamo laboral del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) como propuso el ideólogo de Hitler y el nazismo, partidario de la autocracia y enemigo a muerte de la democracia y el republicanismo, Carl Schmitt (Estudios sobre Carl Schmitt, varios autores, Siglo XXI, España), quien argumentaba que el defensor e intérprete de la Constitución y único beneficiario debería ser, en ese entonces, el Führer Hitler o el Duce Mussolini. Ahora, pues, la Primera Sala favoreció al borrachín Calderón y al lengua suelta y brabucón Lozano, ¡ahora senador, al estilo de cuando Calígula hizo senador a su caballo!

Necesidades de vivienda digna, aún rezagadas

La política de vivienda en México está enfocada en la compra-venta más que en la recuperación. Las más beneficiadas son las constructoras, no los compradores directos. El arquitecto e investigador, Guillermo Boils señala que se trata de “políticas de exclusión”. Necesarias, viviendas populares de mejor calidad y la incidencia del Estado: necesarias, 14 millones 840 mil acciones de mejoramiento y ampliación

Vivienda en México: nido de violencia intrafamiliar, rezago y reproducción de la pobreza

La mitad del parque habitacional del país, conformado por 35 millones de casas, requiere de acciones de recuperación o reemplazo, y sólo 18 millones de estos conjuntos habitacionales están habitados. Una vivienda de calidad no corresponde con su objetivo: permitir el desarrollo y bienestar de las personas, lo cual incide en la calidad de vida, explica investigador de la UNAM, “el concepto de intimidad es cuestionable”

Vivienda mexicana, sin calidad de vida

Aproximadamente 8 millones de mexicanos viven hacinados. Aunado a esto, la Comisión Nacional de Vivienda estima que 2 millones de hogares se caracterizan por ser viviendas redondas: espacios en los que no existe división entre cocina, comedor, sala y recámaras. Los rezagos en la materia son evidentes también en las más de 33 millones de personas sin acceso a agua potable al interior de sus casas, y en los casi 12 millones que tampoco cuentan con drenaje

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