El asesinato de Adam Noah, de 11 meses de edad, muerto a manos de sus padres (fotografías tomadas tras ser detenidos), es el triste ejemplo de una perturbadora realidad que se expande en la frontera de Texas con Tamaulipas: el abuso infantil que le ha costado la vida a cientos de pequeños
Paola Almaraz Ochoa / Reynosa, Tamaulipas
Los primeros meses de la vida de un bebé comúnmente están llenos de atención y amor por parte de los padres, lamentablemente el caso Adam Noah Bravo, de 11 meses de edad, fue muy diferente, ya que los golpes que su madre y padrastro le propinaron le provocaron la muerte.
El pasado 9 de julio el pequeño fue trasladado desde su hogar hasta el Valley Baptist Medical Center en Harlingen, Texas, donde permaneció en condición crítica a causa de un traumatismo craneoencefálico que lo llevó a la perder la vida cuatro días después.
El reporte de la autopsia dictaminó que Adam Noah tenía el cráneo, el cuello, una clavícula y los brazos fracturados, además hemorragia cerebral y contusiones en los pulmones causados por los golpes.
La vida del menor se apagó el pasado 13 de julio alrededor de las 16:00 horas. De acuerdo al reporte de la autopsia, el deceso fue provocado por una muerte cerebral.
El parte oficial de la Policía Harlingen, Texas determinó que se trató de un homicidio, a pesar de que su madre Bárbara Barrón Bravo, de 21 años de edad, señaló que las heridas del menor fueron accidentales, ya que algunas heridas las sufrió al tropezarse con sus juguetes y otras al jugar con sus hermanas.
Sin embargo las autoridades determinaron que tanto la madre del menor como su pareja, Jesús González de 29 años de edad, eran responsables de la muerte del bebé, por lo que fueron detenidos y trasladados a la cárcel del Condado de Cameron.
En su declaración, González aseguró que el 9 de julio alrededor de las 19:43 horas decidió llamar a una ambulancia para que acudiera a su domicilio ubicado en el 1022 en la calle East Adams, ya que Adam Noah tenía un ataque debido a las múltiples heridas provocadas por su madre.
Ella lo había golpeado en la cabeza, lo pateó y lo lanzó contra el piso, de ahí que el bebé fuera llevado al hospital e internado en condición crítica en la Unidad Pediátrica de Cuidados Intensivos, donde sufrió un paro cardiaco.
No obstante, González dijo que una semana antes de que Adán Noah fuera hospitalizado, ya había sido testigo de cómo Bárbara tiró al niño contra el suelo y le gritó.
Aseguró haber escuchado al bebé llorar fuertemente porque su madre le dio una bofetada y lo pateó en las costillas, además de darle un puñetazo en la cara. En esa ocasión el niño también fue llevado al hospital porque tenía una lesión en la cabeza y en un ojo estaba prácticamente cerrado.
Ante la negligencia de Jesús González de no dar aviso a las autoridades del maltrato constante que sufría Adam Noah, él fue acusado por conocer el abuso pero no denunciarlo y además también es sospechoso de maltrato al bebé.
Mientras tanto la madre de la víctima, fue arrestada por ser responsable del maltrato físico que le arrancó la vida a su hijo menor.
Hasta el momento el Juez del Condado de Hidalgo fijó a la pareja una fianza de medio millón de dólares por el cargo de felonía en primer grado por heridas y muerte de un menor.
La investigación sobre la muerte del menor continúa y los acusados, en caso de ser encontrados culpables, podrían recibir cadena perpetua o hasta la pena de muerte.
UNA VIDA TRUNCADA
Este indefenso del bebé cumpliría su primer año de vida el 21 de julio, sin embargo, su vida se apagó a causa de las lesiones provocadas por los golpes que le propinó su propia madre y padrastro.
En lugar de preparar un festejo para celebrar su primer cumpleaños, sus familiares tuvieron que hacer los arreglos necesarios para trasladar el pequeño cuerpo de Adam Noah a Nuevo México con la finalidad de velarlo y darle cristiana sepultura en el cementerio Mountain View.
Su padre biológico, Adam Lee Bravo viajó a Harlingen, Texas desde Deming, Nuevo México para reclamar el cadáver de su hijo de 11 meses de edad. Bárbara no lo dejaba que viera a sus hijos desde varios meses atrás. La última vez fue en el mes de febrero cuando Bárbara solamente dejó que sus hijas hablaran por teléfono con él, sin embargo al pequeño Adam Noah no lo había visto desde hace seis meses.
Bárbara salió de Nuevo México para residir en el Valle del Río Grande ya que conoció a través de un sitio de Internet a Jesús González, por lo que sin previo aviso al padre de sus hijos, decidió venir a vivir en unión libre con su nueva pareja.
El matrimonio de Adam Lee con Bárbara duró solamente seis años, y González era el tercer hombre con el que ella convivía de forma conyugal, después de estar separada de su esposo.
Al padre de 27 años de edad le preocupó la decisión de Bárbara por lo que investigó a González. Ahí fue cuando se enteró que la nueva pareja de la madre de sus hijos había sido detenido en dos ocasiones por manejar en estado de ebriedad, además de que en agosto de 2010 había sido acusado del asalto sexual de un joven de 15 años de edad, por lo que le habían fijado una fianza de 20 mil dólares.
Asimismo los registros judiciales muestran que en mayo de 2011 González fue acusado una vez más por actos de indecencia con un niño de 5 años, cargos que fueron desestimados en enero de 2012.
Adam Lee Bravo exige a las autoridades judiciales del Condado de Cameron que apliquen todo el rigor de la ley a los presuntos responsables de la muerte de su hijo.
Mientras tanto, el Departamento de Servicios y Protección a la Familia en Texas (Department of Family and Protective Services) otorgó a Bravo la custodia del resto de su hijos: Alejandra de 2 años y Tiara de 4 años de edad, por lo que ahora residirán en Deming, Nuevo México.
CIFRAS ALARMANTES
Estadísticas proporcionadas por el Departamento de Servicios y Protección a la Familia en Texas, demuestran que en el año 2011 en el valle del sur de Texas 14 menores de edad han muerto por abuso de violencia física.
Seis de estos casos se dieron en el Condado de Cameron y 8 en el Condado de Hidalgo. No obstante, en el Estado de Texas en total se registraron 231 muertes de menores por maltrato infantil.
Asimismo el año pasado en Texas se abrieron 297 mil 971 expedientes de presunta de violencia intrafamiliar, mientras que 65 mil 948 menores fueron confirmados como víctimas de maltrato.
En el 2011 en el Condado de Cameron se tenía el censo de población infantil de 136 mil menores de edad, de los cuales 2 mil 158 niños fueron confirmados como casos del maltrato infantil. Ante esta situación el Departamento de Servicios y Protección a la Familia en Texas tuvo que retener la custodia de 207 niños a fin de evitar un desenlace trágico, lamentablemente 6 menores perdieron la vida por estas razones.
El portavoz de la dependencia estatal en Texas, John Lennan, informó que por ley estatal y la política de la agencia, el departamento está llevando a cabo una investigación conjunta con la policía local sobre la muerte de Adán Noah Bravo.
Explicó que basado en su experiencia no existe un único factor que indica que un padre va a maltratar o a descuidar a un menor, son varios factores los que un especialista evaluará durante el curso de una investigación de la para proteger la seguridad infantil.
“Por ejemplo, la vulnerabilidad de niño que incluye la fragilidad y su comportamiento. En el caso de la capacidad del cuidador se incluye el conocimiento, habilidades, control y funcionamiento de la persona a cargo del menor o los menores”, señaló.
En cuanto a la calidad de la atención, dijo Lennan, se incluye las cualidades emocionales y físicas para los niños, sin embargo en el patrón de maltrato entra la gravedad, la cronicidad, y la tendencia de los incidentes del adulto hacia los menores.
“Un punto importante para determinar el maltrato físico en contra de un menor de edad es el hogar y su entorno social, ya que en casa se pueden dar exposiciones peligrosas, un clima social insano, y los problemas sociales actuales de violencia también pueden repercutir en el ambiente familiar”, indicó.
Agregó que para evitar o denunciar estos casos de maltrato es necesaria la intervención un familiar o médico, sobre el presunto abuso, para detectar el engaño de los padres al momento de querer esconder el abuso. De no intervenir a tiempo se pueden derivar problemas relacionados con la negligencia que puede terminar en tragedia como en el caso de Adam Noah Bravo.
PADRES Y MADRES EGOISTAS
Para el especialista en Psiquiatría, Amadeo de León Carrillo en el caso de Adam Noah, su madre Bárbara cargara una culpa terrible por haberle causado la muerte ante los golpizas que le propinaba.
Señaló que puede esta mujer puede recibir tratamiento no solamente psicoterapéuticamente, sino también con algunos medicamentos que le ayuden a superar los cuadros depresivos que puedan presentarse, así como en el manejo de la conducta agresiva hacia los demás.
En el caso de los hermanos de Adam Noah también deberán recibir ayuda psicológica, ya que su estado emocional entra en conflicto, debido a que pierden la confianza en las personas que lo van a cuidar.
El especialista señaló que no se puede hablar de padres que no aman a sus hijos, ya que el amor es natural; sin embargo, sí de padres egoístas que piensan primero en ellos que en los demás, incluyendo sus propios hijos. Primordialmente son personas que no controlan sus impulsos.
“En la región estos casos se presentan de forma común, constantemente veo pacientes que vienen a consultar por problemas de ansiedad que se refleja por intolerancia e irritabilidad, se empiezan a dar cuenta que están canalizando esos factores mediante la violencia contra sus hijos con gritos, regaños excesivos y sacudidas bruscas que terminan en golpes”, detalló.
De León Carrillo lamentó que no todas las personas detecten que tienen un problema para buscar ayuda psicológica, sin embargo la mayoría de las personas no se enteran ya que están más preocupados por su relación conyugal, retener a su pareja y no ser abandonada “por culpa” de los hijos.
TEORIAS DE MALTRATO
Existen unas teorías en relación a que las personas que maltratan a sus hijos, una de ellas es que fueron abusadas físicamente en la infancia.
“Por un lado la persona agresora vivió la experiencia y muchas veces lo que trata de evitarla pero caen de nuevo, repitiéndose patrones conductuales. Otra teoría es que existen personas que tienen dificultad para controlar los impulsos, sumado a que cuando hay conflictos de pareja esta molestia se canaliza hacia las personas indefensas”, indicó De León Carrillo.
Explicó que en este último caso las agresiones se dan en contra de la esposa o los hijos, incluso contra las personas ancianas pero en menor grado; es decir el agresor desquita su coraje contra las personas más vulnerables.
Existe otro factor que se ha investigado, dijo el especialista, que existen familias donde este tipo de reacciones violentas se registran entre todos los miembros de la familia.
“Dentro de una familia para los miembros es muy normal gritar, el vocabulario obsceno, los jalones de cabello, los golpes y empujones, por lo que se acostumbran a este tipo de acciones y terminan viéndolo como natural, porque creen que es lo correcto y cuando llegan a la edad adulta hacen lo mismo con sus hijos o hijastros, ya que ese ejemplo vieron en el seno familiar”, describió.
Regularmente estos casos se presentan con más regularidad en las familias disfuncionales, en hogares con madres solteras, padres divorciados, o hijos de varios padres, además otras situaciones como la drogadicción o el alcoholismo, es decir una subcultura que genera la violencia y la ilegalidad.
“Los agresores habitualmente fueron abusados en su infancia y tienen muy poca capacidad de controlar sus impulsos, lo que evita que piensen en las consecuencias de sus actos, regularmente son personas donde la impulsividad le gana y actúan en lugar de razonar las cosas y se supone que debe de ser al revés”, señala un estudio.
En la mayoría de los casos los agresores padecieron una infancia difícil con malos tratos, soledad, carencia de cuidados o de afecto, cambios de hogar múltiple, impulsividad y agresividad, transformándose en los principales rasgos de su carácter.
Generalmente son más las mujeres jóvenes que maltratan, en el caso de los hombres son a partir de 30 años. Comúnmente la pareja está implicada en un caso de este tipo, lo más frecuente es que uno sea el autor y que el otro acepte tácitamente o incluso que provoque la acción de violencia. Presionan a las madres diciéndoles que callen al bebé o culpándolo de todo, lo que hace que ellas tengan esa reacción para tener contenta a la pareja.
“Algunas veces compiten las madres en querer atender a sus hijos o al cónyuge, tanto en padre natural como padrastros, llega a entrar en crisis de tomar una decisión de a quién deben poner mayor atención”, dijo el psiquiatra.
El abuso regularmente se presenta en situaciones de gran estrés que hacen que toda la furia de la persona recaiga en el menor o los menores.
RASGOS DE ALARMA Y RECOMENDACIONES
De León señaló que el maltrato infantil es detectado principalmente por doctores, psiquiatras, psicólogos o enfermeras al observar las lesiones que presenta un menor cuando ingresa al hospital y la versión de sus padres no suena creíble. “Siempre existe discrepancia entre los datos clínicos con el interrogatorio a los padres, no obstante, el problema principal es conseguir la verdad por parte de los tutores aunque a veces llega la culpa y con ella la declaración verdadera”, indicó.
Recomendó que para evitar caer en un maltrato infantil nunca se debe sacudir a un bebé.
“No es recomendable cargar a un bebé cuando la pareja está discutiendo y en caso de que el conflicto se prolongue lo mejor es solicitar ayuda que una tercera persona para que se haga cargo del pequeño o colocarlo en la cuna, también hay que salir del cuarto para tratar de calmarse. Se puede solicitar el apoyo de un familiar si se está perdiendo el control”, detalló.
Si las peleas son muy continuas o van escalando en grado de violencia, lo mejor es buscar ayuda profesional y asistir a clases sobre la crianza de los hijos.
“Hay personas que vienen a consultarme y me señalan que golpean a mis hijos sin motivo y que pierden el control con facilidad, al enojarse recalan su coraje contra los más vulnerables que son los pequeños”, mencionó.
El especialista explicó que las secuelas del maltrato psicológico o físico en los menores puede dañarán su desarrollo como ser humano, e incluso, influir negativamente en su vida adulta.
Desgraciadamente en el caso del pequeño Adam Noah, ninguno de sus padres hizo algo por controlar su furia, por lo que hoy está muerto.