Grupo Rehilete cumple un cuarto de siglo llevando obras a todos los rincones de Nuevo León; al principio batallaron para tener una oportunidad, pero ahora saben que su esfuerzo seguirá vigente mientras los haga sentirse plenos
Gabriela Espinoza / Monterrey, Nuevo León
Dedicarle 25 años al teatro no es tarea fácil, y menos en Nuevo León, donde el público que disfruta de las actividades artísticas locales es bastante escaso.
Sin embargo, el grupo Rehilete ha logrado sobrevivir un cuarto de siglo, llevando a los más diversos escenarios propuestas que van más allá del simple entretenimiento.
Bajo la dirección de Gerardo Valdez, la compañía inició en 1983 con 25 estudiantes egresados de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
“Correspondiendo a la época de los 80, cuando éramos estudiantes y la juventud que nos absorbía en ese tiempo, queríamos hacer un teatro muy social. Cuando está uno joven se quiere comer el mundo a mordidas”, aseguró el director del grupo.
Estos jóvenes se tatuaron el teatro como una forma de vida y con tal de reunir fondos para sus montajes de contenido social no les importaba impartir cursos y talleres o solventar los gastos de sus propios bolsillos.
El camino recorrido por el grupo Rehilete no ha sido sencillo. Desde sus inicios se enfrentaron a la falta de espacios y apoyo económico, pero eso no fue impedimento para llevar el teatro a todos los municipios de Nuevo León.
“Somos un grupo que no nos atemorizamos ante la crisis, nos hemos preocupado por llevar el teatro a las comunidades; yo creo que somos de los pocos grupos que ha recorrido desde Anáhuac hasta Doctor Arroyo llevando nuestras propuestas”, aseguró Valdez.
La época dorada del arte dramático en la entidad fue en los años 80, cuando había pocas instituciones y estaban obligados a ser más creativos y tener más iniciativa. Pero con el paso de los años fue perdiendo esencia.
“Yo creo que es preocupante el estado del teatro, lo único que podemos pedir ahorita es que sea un arte, ya no que sea de cambio social o educativo; mínimo que sea un arte y por lo tanto ya llevaría implícito un compromiso”, aseguró Valdez.
Hoy, paradójicamente, hay más espacios y apoyos pero éstos no son bien aprovechados, opina el dramaturgo de mirada severa y aspecto helénico.
A diferencia de sus inicios, cuando se buscaba modificar conciencias o promover cambios sociales, el grupo hoy se enfoca más al arte por sí mismo y en transmitir ideas a todo aquel espectador que se permita ser cautivado por el hecho escénico.
“Para mí el teatro es la síntesis de la vida que se presenta en un aquí y ahora a través de la ficción para entender mejor nuestra realidad el arte de la vida donde el hacedor del teatro no requiere más que de su propio cuerpo como instrumento”, mencionó Valdez.
Dentro de los actores que conforman Rehilete está Josefina de la Garza, quien se inició en la compañía con la obra “Sexo, pudor y lágrimas”, en 1995, y ha colaborado en la producción de casi todas las obras.
“Mi experiencia con Rehilete es que siempre, afortunadamente, hemos tenido público; no sé si se deba a la publicidad, a la calidad de los montajes pero la gente conoce y espera los trabajos de Rehilete”, aseguró la actriz.
Gerardo Nevárez se integró a invitación de su amigo Gerardo Valdez y considera que el teatro está viviendo una crisis desde hace varios años. Derivada en buena parte porque vivimos en una sociedad de alto consumo mediático,
“El teatro está viviendo una crisis desde hace varios años, vinieron muchas cosas: la generación de la ruptura, se establecieron nuevo códigos que hace del teatro una búsqueda estética más compleja”, mencionó el actor.
Para Valdez las carencias del quehacer teatral no sólo se reducen a espacios o apoyos económicos sino también de políticas culturales en una sociedad donde el espectáculo escénico no deja de ser elitista.
El director de obras como “Mi primo Federico” y “Salvador”, opina que es necesario enfocarse más en la promoción y difusión, y admite que a los creadores les falta exigir más como comunidad teatral.
“Considero yo que hace falta una definición de políticas culturales. El hecho escénico es un medio que nos puede modificar y llevar al fin de todo arte que es hacernos mejores seres humanos”, finalizó Valdez.
El grupo Rehilete se mantiene vigente gracias al esfuerzo de sus integrantes, quienes disfrutan del teatro como la vida misma y vibran cuando escuchan la frase: “tercera llamada… ¡comenzamos!”.
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