Dejó la administración de empresas por los invernaderos. Su mejor pasión fue el cultivo de gerberas, flores de origen holandés con pétalos que desde lejos figuran estar envueltos en un aterciopelado fino.
Redacción
Ciudad Victoria, Tamaulipas
Jesús Zorrilla Castañeda es un apasionado por la siembra de estas flores exóticas de diversos colores. Estudió, en efecto, Administra-ción de Empresas, pero la mayor parte de su vida la ha dedicado a este “oficio tan complejo pero divertido”, como él lo afirma en todo momento.
Lo aprendió en la ciudad de Puebla, mientras trabajaba en un rancho edificado como una sociedad cooperativa familiar.
Cuando hace algunos ocho años esa sociedad rompió, por una serie de dificultades y diferencias, don Jesús no tuvo más opción que regresar a Ciudad Victoria, su tierra de origen, y aquí empezó una experiencia personal que por años había estado esperando: tener su propio invernadero.
Sin embargo, construir su propio centro de cultivo con riego tecnificado no ha sido fácil. “Ha sido complicado, difícil por la cuestión económica”, admite.
Recuerda que por el año 2004, cuando llegó a Ciudad Victoria, lo primero que hizo con la liquidación de Puebla fue adquirir tres hectáreas de terreno sobre la carretera interejidal (al norte de la ciudad), a la altura del kilómetro 18.
Así fue como inició la construcción de su gran sueño. Con el apoyo de su esposa, doña Lupita Ibarra, quien también es una apasionada en el cultivo de estas flores, empezó la edificación de este invernadero, con la estructura metálica y malla de sombra, para el acondicionamiento adecuado que requiere esas flores en su desarrollo.
Con el paso de los años, y con apoyo del gobierno estatal, fue ampliando sus estructuras y consecuentemente su proyecto creció.
Hasta la fecha, hacía tres cortes a la semana. En cada corte, asegura, obtenía algunas 300 ó 400 flores. Esos cortes seguirían hasta ahora si no fuese por el paso del huracán “álex”, a principios del mes de julio. Las estructuras del invernadero sufrieron daños, y la reconstrucción será hasta cuando “haya ‘money’”.
Aunque don Jesús no lo confirma así, su invernadero fue tomando como proyecto modelo de cultivo tecnificado que más tarde llevaría a cabo el Gobierno del Estado en la zona semiárida de Tula, municipio sureño de Tamaulipas.
En sus recorridos familiares en cuatrimoto, el gobernador Eugenio Hernández visitó un par de ocasiones este lugar, cuando don Jesús apenas empezaba a ver el fruto de su esfuerzo a través de pruebas e intenso trabajo y, para el 2009 por el mes de marzo, el secretario de Desarrollo Rural, Víctor de León Ortí, ya daba a conocer que con una inversión de 26 millones de pesos y la generación de más de mil 500 empleos, se pondría en marcha en el municipio de Tula el primer parque de invernaderos con la aplicación de cultivos estratégicos, utilizando tecnología controlada en una extensión agrícola de 100 hectáreas.
Al informar eso, explicó que esta sería una actividad rentable con gran visión y que conformaría este primer parque de invernaderos en el Estado elevar la calidad de vida de las familias con la aplicación de tecnología de primer nivel.
“Al cierre de 2008 contábamos con 80 hectáreas agrícolas, bajo ambiente controlado que se duplicarán durante el presente año. Las hortalizas a cultivar en este parque serán: tomate, chile morrón, pepino y otras especies cultivables”, dijo De León Orti en ese momento.
Explicó que este parque de cien hectáreas iniciaría operaciones donde la agricultura de los diferentes cultivos se realizaría bajo un ambiente controlado para generar una mayor producción y una mejor calidad de cosecha, permitiendo realizar contratos con clientes comerciales y extranjeros.
“Se estima que la producción con esta tecnología sea de hasta 400 toneladas por hectárea, dependiendo la variedad de cultivo y del tipo de material que proteja la planta que podría ser mallasombra o plástico”, sostuvo el funcionario.
Para este 2010, De León asegura que con esta tecnología de punta aplicada a la agricultura bajo ambiente controlado, Tamaulipas se ubica ya como un Estado líder en operación de parques agroindustriales de invernaderos que hasta ahora generarán 4 mil puestos de trabajo en la zona semiárida, una de las regiones de más alta marginación.
El parque ubicado en Tula, es el principal ejemplo, en el cual se encuentra actualmente en producción el primer módulo de cultivo y donde se producen más de 7 mil 200 toneladas de hortalizas con calidad de exportación.
“El éxito de estas acciones radica en gran parte en otorgar a los productos un valor agregado creando cadenas productivas que?a su vez impulsan nuevos empleos”, señala.
Indica que la administración estatal del gobernador Eugenio Hernández lleva a cabo puntual seguimiento de la evolución de una segunda etapa que tiene un avance del 90 por ciento y se espera alcanzar en esa nueva fase una producción de 22 mil toneladas anuales.
También en el renglón de viveros tecnificados, pero en el ámbito forestal, destaca la construcción de cinco que elevan la capacidad de producción anual por hasta nueve millones de árboles de calidad, para satisfacer la demanda de productos forestales comerciales.
“Por la relevancia económica y ambiental de estas plantaciones, el Gobierno del Estado les entrega apoyos directos, lo que permitirá cerrar en 2010 con 15 mil hectáreas de producción”, presume.
Otro importante proyecto agrícola alternativo que ha impulsado el gobernador son los olivares y que gracias a la características climáticas de la zona ya se están produciendo aceitunas a granel, producto que se procesará ahí mismo, en Tula, con la planta agroindustrial procesadora de aceite de oliva que el Gobierno del Estado promovió para que empresarios locales y nacionales invirtieran en este renglón.
Con la operación de la planta agroindustrial, Tamaulipas será el único Estado del país que cuente con todas las fases de esta cadena productiva, lo que permitirá sustituir importaciones de este producto por más de cuatro millones de litros anuales, que significa un costo superior a 250 millones de pesos.
Gilberto Herrera Ruiz, experto en el diseño y construcción de invernaderos de bajo costo, sostiene que es un hecho que el manejo de éstas tecnologías y el monto de las inversiones involucra un conocimiento profundo de la técnica.
Asegura que actualmente el agromexicano se encuentra en crisis, debido al incipiente uso de tecnología que se tiene y a los altos costos de la tecnología extranjera disponible. En consecuencia, el desarrollo de tecnología y por ende la formación de recursos humanos es de vital importancia para la región.
Indica que, por ejemplo, en Querétaro ya se tiene un programa intensivo para desarrollar un invernadero de bajo costo para los productores de bajos recursos, que no limite la productividad del mismo.
Se busca tener un diseño con un costo de 90 pesos por metro cuadrado, cuando las opciones disponibles en este momento son de 190 pesos cuando menos.
“Uno de los obstáculos para la introducción de esta técnica de producción intensiva es el nivel de inversión requerida, un invernadero holandés cuesta aproximadamente 100 dólares el metro cuadrado y un canadiense 50 dólares, esto incluye el invernadero y un control de riego y temperatura”, precisa.
Este tipo de inversiones se encuentran fuera del alcance de muchos de nuestros productores, por lo que el desarrollo de un invernadero a costos más favorables es deseable.
La tecnología de invernaderos disponible en México fue desarrollada para áreas donde el clima es diferente al nuestro; los invernaderos holandeses, por ejemplo, están diseñados para soportar cargas elevadas producto de nevadas.
También están diseñados para permitir al máximo la penetración de luz y evitar la pérdida de calor al interior del invernadero. En nuestro país los requerimientos están más dirigidos a evitar, en ocasiones, el exceso de luz y en mantener temperaturas más bajas dentro del invernadero que en el exterior.
Es razonable que estas diferencias nos lleven a un diseño totalmente diferente de invernadero. En principio, una estructura para cargas más livianas permite una reducción en el precio del invernadero.
Datos recabados de la Revista Oficial de Productores de Hortalizas en México detallan que en el país son más de 6 mil hectáreas las que se ha adecuado para invernaderos, pero que son datos contradictorios con cifras que revelan especialistas.
Los invernaderos se utilizan para proteger y para crecer la planta sensible. El arte comenzó a partir de la era romana y hasta ahora muchos amantes de la planta son adictos a tener los suyos propios. Los invernaderos se hacen generalmente del cristal o del plástico.
Dentro de estos hay una acumulación del calor debido a la radiación entrante del sol que calienta las plantas y el suelo. Incluso así pues, el aire se conserva y se almacena dentro de la casa, sin importar su tamaño entero.
La técnica que usaron los romanos para cultivar las plantas es la misma, salvo la tecnología agregada para hacerla más productiva. De Italia pasó a otros países europeos y en Holanda e Inglaterra tuvo gran éxito.
Oficialmente, los precios de invernaderos son muy costosos como lo afirmó don Jesús y varían dependiendo del tamaño y del material usado para su construcción.
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