En una sociedad donde los jóvenes están expuestos a todo tipo de información sobre el sexo, es sorprendente que autoridades educativas y del Sector Salud sufran con todo tipo de obstáculos en su labor de prevenir enfermedades de transmisión sexual; sin embargo, así sucede
Blanca Isela Martínez / Matamoros, Tamaulipas
Los embarazos no planeados y las infecciones venéreas no son un problema, sino una consecuencia del rezago en que existe Tamaulipas en el tema de educación sexual.
En una sociedad que se ciega, enmudece y desoye la realidad, la intención de transformar en un tabú algo natural acaba convirtiéndose en un círculo vicioso, en que los prejuicios alimentan la problemática que les dio origen.
En Matamoros, que en su calidad de municipio fronterizo es un punto de tránsito para llegar a Estados Unidos, la migración ha contribuido a elevar el número de personas afectadas con enfermedades como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), cuyo tratamiento es oneroso y de por vida, pero además condena al paciente a sufrir discriminación y el rechazo.
El Centro de Atención a Pacientes con SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capacits) registró en Matamoros durante el año 2010 un total de 280 casos de cero positivos.
De acuerdo a las estadísticas, por cada dos hombres con esta enfermedad hay una mujer infectada, además de que la mayor parte de los enfermos tienen entre 14 y 39 años.
Son justamente los jóvenes quienes desde la pubertad no sólo enfrentan el riesgo de contraer esta enfermedad, sino la probabilidad de una paternidad temprana, al iniciar desde los 13 años en promedio su actividad reproductiva.
Estas cifras, además de la promoción de una mejor educación sexual que instituciones y gobiernos han intensificado, han provocado que la Iglesia Católica a través de su máximo jerarca, el Papa Benedicto XVI, flexibilice su postura sobre el uso del preservativo. En noviembre del año 2010, el Papa declaró que el uso del condón es justificado en algunos casos, siempre y cuando sea para salvaguardar la salud.
En contraste, organizaciones como la Unión de Padres de Familia de Tamaulipas, en voz de su presidente, Joel Rodríguez Domínguez, han vetado propuestas como la del presidente de la Comisión de Salud del Congreso de Tamaulipas, Aurelio Uvalle Gallardo, respecto a la distribución gratuita de condones en puntos de diversión donde se reúnen los jóvenes, entre estos, las escuelas y las playas de la entidad.
En este debate hay voces que se han pronunciado tanto a favor como en contra de las prácticas encaminadas a orientar a la población en el tema de la educación sexual, ya que a algunos les parece que éstas inducirían a los menores de edad a sostener relaciones íntimas, mientras hay quienes las observan como un derecho que el Estado tiene obligación de cumplir.
En la cultura mexicana, las mujeres son las más susceptibles a iniciar una vida sexual activa a temprana edad, no sólo de forma voluntaria sino porque en ocasiones y aún en la infancia están expuestas a ser víctimas de violación o la prostitución, refirió el coordinador del Centro de Atención a Pacientes con SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (Capacits) de Matamoros, Carlos Alberto Carrillo de la Garza.
“Por eso es importante que en las escuelas puedan ofrecerle a los jóvenes -que regularmente tienen entre 10 y 16 años-, las herramientas para que en sepan cómo protegerse contra enfermedades de transmisión sexual”, explicó.
Por este motivo, además de proporcionar los servicios gratuitos de detección y tratamiento a infecciones venéreas, la unidad médica, a su cargo también, cuenta con un comité encargado de brindar información sobre los beneficios de la prevención en escuelas de nivel medio.
Dicha labor ha permitido que el personal de esa dependencia, conformado por doctores, enfermeras y psicólogos, se forme una panorámica general sobre la percepción ciudadana respecto a la educación sexual.
El rechazo y la discriminación que sufren los pacientes con SIDA es un ejemplo de los problemas de la falta de información, pero no es el único, ya que la falta de conocimiento sobre esta enfermedad entre la gente también ocasiona estigmas sociales y exclusión laborales incluso entre quienes no la padecen.
“Dentro de la comunidad médica he sido estigmatizado y discriminado como alguien que se dedica exclusivamente a ver pacientes con VIH, pero también he aprendido a demostrar que la enfermedad no se contrae a través del contacto directo. Cuando eres el coordinador del Capacits piensan que muy probablemente eres una persona que ha de tener SIDA, aún cuando la forma más segura de contagiarse es teniendo sexo, pero sí hay personas que creen que sólo por atender al paciente uno se puede enfermar y es mi tarea convencerlos de que no”, aseguró Carrillo de la Garza.
Para el coordinador del centro, la verdadera desinformación que sufre la ciudadanía no es sobre la educación sexual sino
las enfermedades que son transmitidas por esta vía.
“Nos concentramos en explicar qué son los genitales y para qué sirven y nos enfocamos en que su única función es tener hijos, cuando en realidad todos sabemos que tienen otras independientemente?de las fisiológicas y eso nos lleva a los prejuicios que derivan una falta de información, una mala prevención y finalmente a enfermedades de transmisión sexual, desde hepatitis B, Hepatitis C, herpes genital y unas cuantas más que no son curables, nada más se controlan”, sentenció.
Otro de los señalamientos a los que se han visto expuestos quienes trabajan en la prevención de las enfermedades de transmisión sexual son los que aseguran que derrochan recursos públicos en campañas de sexo seguro.
“Nos han cuestionado el costo de los preservativos que se distribuyen, el año pasado se regalaron 50 mil. El costo para la Secretaría de Salud es de 88 centavos, lo que equivale a 200 mil pesos en un año, pero lo que les digo es que tan solo una semana de hospital para un enfermo de SIDA le cuesta al gobierno federal 285 mil pesos, entonces si me gasto 200 mil al año para evitar un nuevo enfermo, es más lo que ahorramos”, dijo el coordinador del Capacits.
Para Eliseo Pérez Huerta, coordinar del Instituto Tamaulipeco de la Juventud (Itjuve) en Matamoros, la prevención de las enfermedades entre los jóvenes es una responsabilidad que se tiene que cumplir, aún cuando esté en conflicto con la ideología religiosa y que haya quienes lo fustiguen por apoyar el uso de los preservativos.
Con apenas un año en el cargo y 22 de edad, afirmó que ha sabido mantener una relación de respeto con sus padres (quienes son ministros de una iglesia cristiana), al separar su vida personal de su trabajo como servidor público, en donde promueve el ejercicio de una sexualidad segura entre jóvenes de 12 a 29 años.
“Nosotros llevamos el Itjuve Tour, con el cual llevamos pláticas y conferencias a las secundarias, preparatorias y universidades con el apoyo de promotores, programas sociales y de psicólogos, hablamos sobre la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Además nos vinculamos con el programa de Atención a Madres Adolescentes (AMA), que proporciona una beca a las chicas para que no abandonen sus estudios. Además promovemos la línea 01 800 Orientel, que está funcionando las 24 horas del día con expertos a los que pueden consultar para aclarar todas sus dudas”, indicó.
Aseguró que el sistema de consultas telefónicas es un método eficaz para que los jóvenes expongan abiertamente sus dudas sobre la sexualidad “ya que es un tema que no muy fácilmente tratan con sus padres?y los amigos están igual de inexpertos, entonces siempre es mejor hablar con un profesional y además es un número completamente gratuito”.
Pérez Huerta aclaró que la juventud actual no carece de conocimientos sobre este tema, ya que tiene a su alcance una inmensidad de datos provenientes de Internet, los libros de texto y de programas gubernamentales.
“Vivimos en la era de la información, así que eso no es lo que les falta a los jóvenes. La realidad es que sí hace falta más comunicación con los padres de familia y es que yo he visto y escuchado comentarios que demuestran que muchos de ellos no se
han adaptado a los tiempos modernos”, comentó.
Agregó que al conversar con algunos padres de familia, éstos le han dicho que en el pasado preguntar sobre sexualidad era motivo suficiente para una reprimenda.
“Si papá y mamá platicaran más con los hijos sobre estos temas, en especial sobre embarazos y enfermedades de transmisión sexual, apoyarían bastante a prevenirlos, porque muchas veces le echan la culpa a las escuelas, pero la educación comienza desde casa”, señaló.
Expresó que al momento en que los adolescentes despiertan su curiosidad en relación al sexo, empiezan a buscar información en los medios de comunicación, pero la reacción de sus padres es asustarse y castigarlos, con lo cual inducen a que sus hijos aumenten su interés en el tema y que
lo sigan observando, pero de manera clandestina.
El coordinador del Itjuve consideró que es importante que más allá de sus creencias religiosas, los jóvenes deben de evitar “cegarse”, sobre todo lo referente al sexo.
“A veces nos asustan hablándonos de pecados, pero cuando sales te enfrentas a un mundo real en el que el compañero trae pornografía en su celular, donde otro trae películas, donde los amigos ya platican sobre relaciones sexuales a los 13 años, entonces creo que esta información ya no podemos dejar de lado”, indicó.
Que la sexualidad se aborde como tema en las clases de biología o ciencias naturales no está a discusión.
“Está incluido en los libros de texto desde quinto grado de primaria, porque los niños y jóvenes deben saber qué es lo que pasa con su cuerpo, cuáles son los cambios a los que se van a enfrentar y cómo manejarlos”, afirmó César Noé Garza García.
El presidente de la comisión de Educación en el Cabildo de Matamoros?opinó que es importante que dichos contenidos sean integrados al programa de estudios, ya que permiten que los infantes cuenten con información útil para tomar decisiones sobre su salud y sexualidad.
Agregó que no obstante, la labor de educar y preparar a los alumnos para las responsabilidades que les esperan durante su etapa reproductiva no sólo corresponde a las escuelas y maestros, sino que también los padres deben comprometerse y reforzarla con valores.
“El apoyo se necesita para darle continuidad en la formación de su vida futura, no es un trabajo exclusivamente de los maestros, también es de la familia, porque la educación se sostiene en esos dos ejes, la escuela y la familia para poder hacer de ellos personas bien informadas y preparadas”, subrayó.
El maestro enfatizó que, además de cumplir con el principio del derecho a la información y a la libertad de decisión que tienen los seres humanos, es conveniente que los centros de enseñanza aborden el sexo con naturalidad, profesionalismo y sin prejuicios, para garantizar el desarrollo de generaciones sanas y responsables.
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