Saltillo es una ciudad a la que varios rankings colocan ente las mejores para vivir en México; que sobresale, dicen, por su calidad de vida, su ubicación geográfica, su oferta laboral y los servicios de educación y salud. Sorprende que, con todo y su avance como una urbe industrial globalizada, clasificada como “la Detroit” de México, se presenten casos como la epidemia de rickettsiosis o “fiebre manchada”, que después de varios meses no ha sido debidamente atendida y menos erradicada.
Asombra que en noviembre pasado, el director de Emergencias Epidemiológicas y Desastres del Centro Nacional de Programas Preventivos de Control de Enfermedades, Cuauhtémoc Mancha Moctezuma, minimizara el caso de una niña fallecida por picadura de garrapata. El funcionario manifestó: “no es una epidemia, ni siquiera un problema de salud, sino de higiene” (15 de noviembre de 2012), a pesar de que para entonces había al menos dos decesos más por picadura de garrapata.
Las muertes por picadura de ese bicho ya ascendían en Coahuila a ocho casos, y en 2010 ya se habían registrado reportes de plaga en el municipio de Castaños, donde desde entonces las campañas de desperrización –que incluyen asimismo muerte a gatos– se intensificaron; pero el problema de la epidemia de garrapatas se había presentado ya en Eagle Pass, Texas, Estados Unidos, donde algunos ranchos fueron puestos en cuarentena.
De manera que son varios municipios del estado que desde 2010 iniciaron campañas contra la rickettsiosis, pero también fue sorprendente que a partir de enero de este año, la Secretaría de Salud (SS) suspendiera las acciones informativas que realizaba para mantener a la sociedad al tanto de la epidemia, además de la falta de eficacia en los programas de prevención de la Norma Oficial Mexicana NOM-032-SSA2-2002 (Para la vigilancia epidemiológica, prevención y control de enfermedades transmitidas por vector). Según parece, la SS ha sido omisa en el tratamiento del problema.
En 3 meses se tuvieron reportes de 29 casos en Coahuila obtenidos mediante búsqueda activa, mientras que en 2011 solamente había reportes de cuatro casos, pero la gran mayoría de éstos (27 casos) se ubicaban en Saltillo, uno en el municipio de Allende y uno en Ramos Arizpe.
La falta de conocimientos sobre la enfermedad y sus síntomas ha provocado que las familias acudan tarde a los servicios de salud para recibir una atención adecuada, aunque se han presentado casos en los que la atención es imprecisa por parte del personal médico. ¿Será que no tienen conocimiento suficiente sobre el problema?
La verdad es que resulta preocupante que hasta ahora, en Saltillo, la mayor parte de las muertes por rickettsiosis se hayan presentado entre niños; en lo que va de este año, 27 personas han sido diagnosticadas con la llamada “fiebre manchada” y tres de ellas han muerto, todas en dicho municipio.
También preocupa que se hayan iniciado tardíamente las campañas de fumigación, cuando el problema se arrastra desde hace meses; la tibia intervención de la SS ante este grave caso puede explicarse por el drástico recorte a su presupuesto en los últimos 2 años de la administración de Rubén Moreira (más de un 70 por ciento de disminución) aunado al aumento desmesurado (en un 26 por ciento) de los servicios de salud que presta la SS, esto a pesar de que la inflación anual no va más allá del 4 por ciento.
En su campaña electoral, Rubén Moreira prometió que este sería el “sexenio de la salud”, lo cual ha sido un fiasco para los coahuilenses, por eso, diversas organizaciones civiles se unen a la voz de Lucero Davis, viuda de Eduardo Moreira, cuando dijo: “no sabes gobernar, renuncia”, ya que lo menos que se puede pedir a las instituciones y al gobierno es eficiencia en los cada vez más escasos servicios que presta. Es su responsabilidad.
*Periodista