Sin más sectores e industrias que privatizar, el gobierno de Felipe Calderón se ha propuesto por todos los medios aceptar inversiones nacionales y extranjeras en el sector energético, sin importar que algunas áreas estén reservadas sólo para el Estado Mexicano. La apuesta de la administración panista es capitalizarse y evitar mayores colapsos económicos en los cuatro años que le restan, aunque ello signifique entregar el crudo y el gas a manos privadas y violar con ello la Constitución y ceder la soberanÃa nacional.
Un ejemplo de ello es cómo en los últimos dos años el gobierno federal ha venido preparando en Petróleos Mexicanos la privatización total de la industria del gas, objetivo que prácticamente se ejecutará a partir de 2010, después de lograr la reforma energética propuesta por Felipe Calderón y aprobada en el Congreso en octubre del año anterior, con lo cual se dio arranque formal al proceso privatizador más ambicioso del actual sexenio de uno de los sectores que aún están bajo la rectorÃa del Estado.
En ese interés panista por obtener dinero a cualquier costo, que le permita ser un gobierno rico ante un pueblo pobre, son varios los operadores gubernamentales que hacen el trabajo sucio a Calderón, y uno de ellos es Gerardo Ruiz Mateos, actual secretario de EconomÃa, quien entre 2007 y 2008 ha operado en Pemex Gas y PetroquÃmica Básica las licitaciones y contratos mediante los cuales empresarios privados se encargarán de la producción, almacenamiento, distribución y comercialización del gas, además de que explotarán comercialmente el Sistema Nacional de Gasoductos, zona toral del manejo del energético.
Es este negocio del gas y las revelaciones periodÃsticas de la reportera Ana Lilia Pérez sobre los intereses privados para apoderarse de esta industria, lo que ha generado el acoso y la persecución judicial de grupos empresariales en contra del equipo de periodistas que hacen las revistas ContralÃnea y Fortuna, en donde se ha dado cuenta desde hace varios años sobre las irregularidades en la asignación de contratos petroleros en complicidad con funcionarios corruptos dispuestos a vender hasta su conciencia. Por ahora son los grandes negocios que Pemex Gas y PetroquÃmica Básica (PGPB) entregará a la iniciativa privada: la producción de gas, la operación de las terminales de regasificación, el almacenamiento en terminales, el servicio de transporte y distribución por ducto y la comercialización del energético.
En el último trabajo periodÃstico de Ana Lilia Pérez y dado a conocer en la portada de Fortuna, Negocios y Finanzas, se informa que apenas el mes anterior inició con una feria de licitaciones en Pemex, a fin de convertir a esta empresa del Estado en una simple administradora de contratos. Por ello Pemex Gas dejará en manos de terceros prácticamente todas sus operaciones y se convertirá en un nicho de negocios para empresarios nacionales y extranjeros.
Lo anterior está detallado en el portafolios de negocios de la subsidiaria, elaborado por su director general Roberto RamÃrez Soberón, en cuyo documento se revela como a partir de 2010, PGPB se limitará a emitir concesiones y contratos de servicios y de obra pública, mientras que las empresas privadas operarán también el Sistema Nacional de Gasoductos.
El trabajo de investigación de la reportera perseguida por el Grupo Zeta, propiedad de Jesús Zaragoza López, denuncia que no fue el Consejo de Administración de Pemex ni los directivos quienes definieron la planeación de PGPB para los próximos 20 años, sino el mismo Felipe Calderón, quien por medio del secretario Gerardo Ruiz Mateos, ha presionado a Roberto RamÃrez Soberón para imponerle los proyectos de infraestructura y contratos que la subsidiaria emitirá para dejar en manos de los empresarios áreas de negocio que antes eran exclusivas de Pemex. Esta velada privatizadora de PGPB se da en un momento en que la tendencia mundial apunta a la sustitución del gas natural por el petróleo.
El privatizador Ruiz Mateos
La oposición del director general de Pemex Gas, Roberto RamÃrez Soberón, a la polÃtica privatizadora de Felipe Calderón, le ha acarreado muchos problemas en el gabinete panista que lo tiene a punto de la renuncia. Y es que el funcionario petrolero con más de 30 años al servicio de Pemex no comparte la entrega del gas al sector privado y mucho menos en condiciones de corrupción y complicidad. Por ello el secretario de EconomÃa, Gerardo Ruiz Mateos, lo ha regañado más de una vez, al grado de amenazarlo con correrlo si no apresura la apertura del sector y favorece a los principales empresarios gaseros, todos amigos de Calderón cuando éste despachaba en la secretarÃa de EnergÃa junto con su amigo Juan Camilo Mouriño.
Pero veamos que dice la investigación periodÃstica de Ana Lilia Pérez sobre el secretario privatizador Gerardo Ruiz Mateos: fue director de la empresa fabricante de autopartes Automotive Moulding de México, hoy Linde Pullman México, establecida en Querétaro, y se adhirió como militante del Partido Acción Nacional en 1995.
Su amistad con Felipe Calderón lo llevó al primer cÃrculo presidencial, en áreas clave de Los Pinos que, con poca inteligencia, lo convirtió en uno de los principales operadores del presidente. Según Lino Korrodi, en su libro Me la jugué, desde que Calderón presidió el PAN, Ruiz Mateos era su “hombre de confianzaâ€. Quizá por ello, el 4 de diciembre de 2006 lo nombró coordinador de Gabinetes y Proyectos Especiales de la Oficina de la Presidencia de la República, algo asà como una beca a la impunidad.
El 6 de agosto de 2008, Calderón lo designó secretario de EconomÃa, en sustitución de Eduardo Sojo, a quien no le aguantaban su olor a tufo foxista, y cuyo nombramiento quedó oficializado con un discurso pródigo de halagos al más puro estilo calderonista y pronunciado en la Residencia Oficial de Los Pinos. Entonces, el presidente dijo: “Lo que me motiva a designar a Gerardo Ruiz, además de ser uno de mis colaboradores más importantes y cercanos, es el hecho de que ha sido un empresario que ha vivido y sufrido en carne propia la condición de las empresas en México y ha estado al otro lado del mostrador. Sabe lo que hay que hacer: desregular la economÃa y liberar las fuerzas productivas del paÃs para detonar el crecimientoâ€. Es aquà en donde inicia la privatización petrolera indiscriminada.
Antes de su ascenso, entre enero de 2007 y agosto de 2008, Ruiz Mateos frecuentó las oficinas corporativas de Pemex para ordenar a los directivos de las subsidiarias los proyectos que debÃan “requerir†para las siguientes dos décadas, cuyos contratos ya tenÃan destinatario. No habÃa objeción; eran órdenes del presidente. Las licitaciones se harÃan públicas a partir de 2009.
Para entonces Ruiz Mateos despachaba en la Oficina de la Presidencia de la República, hasta enero de 2008 tuvo como jefe inmediato a Juan Camilo Mouriño Terrazo y cuando éste partió a Gobernación, ocupó su cargo. Los modelos de negocio que Ruiz Mateos gestionaba a nombre del presidente, en Pemex Gas no tenÃan que ver precisamente con las necesidades de la subsidiaria, “pero sà con los intereses de los grupos empresariales cuyos vÃnculos estrechó desde que fue secretario de EnergÃaâ€.
El asunto no es menor. Según su posición financiera, Pemex Gas es la séptima empresa más importante de México en cuanto a la generación de ingresos (después de Pemex corporativo, Pemex Exploración y Producción, Pemex Refinación, Cemex, CFE, y Wal-Mart México) y la empresa más grande de América Latina. Genera ingresos anuales por 20 mil 520 millones de dólares en promedio, el 59 por ciento por venta de gas natural, el 25 por ciento por gas licuado de petróleo, y el 16 por ciento por petroquÃmicos básicos, azufre y otros.
En un primer momento, Roberto RamÃrez Soberón se opuso a la ordenanza presidencial, “porque simplemente no habÃa manera de que eso se aprobara, porque era demasiado evidente que favorecÃa a ciertos grupos empresarialesâ€. Sin embargo, al cabo de los meses, tras una larga y constante perorata de Ruiz Mateos, y a cambio de que no lo despidieran, el ingeniero RamÃrez Soberón cedió a la imposición del presidente.
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Los contratos privados
Los proyectos y el esquema de contratos que operará PGPB entre 2009 y 2030 fueron plasmados en un documento que se presentó ante el Consejo de Administración el 7 de octubre de 2008, en el DÃa de la EnergÃa.
El documento confirma que Pemex y sus trabajadores dejarán la cadena industrial para que los privados se encarguen del procesamiento del energético, endulzamiento de gas y condensados, asà como de la recuperación de azufre en los 10 centros procesadores: Pajaritos, Morelos, La Venta, Ciudad Pemex, Cactus, Nuevo Pemex, Cangrejera, Burgos, Poza Rica y Matapionche.
La subsidiaria tiene actualmente una cartera de 895 clientes en la venta de gas natural: el 43 por ciento es Pemex, el 31 por ciento el sector eléctrico, el 20 por ciento el industrial. En el GLP, el 86 por ciento es del sector residencial, comercial e industrial; el 14 por ciento, automotriz. Respecto a la producción de petroquÃmicos básicos, azufre y otros, la cartera incluye a 91 clientes industriales y de exportación.
El Sistema Nacional de Gasoductos es conocido como la columna vertebral del aparato de distribución de PGPB. Cuando se desempeñó como secretario de EnergÃa (en la administración de Vicente Fox), Calderón habÃa consentido que los empresarios gaseros instalaran redes privadas o en modelos de asociación con PGPB. Al SNG se conectaron ocho sistemas de gasoductos privados: Mayakán, Mier-Monterrey, Chihuahua, Tamaulipas, Palmillas-Toluca, Del RÃo, Del BajÃo, y Naranjos- Tamazunchale. Su extensión –3 mil 561 kilómetros– equivale al 39 por ciento de la longitud actual del SNG.
El nuevo esquema plantea la desincorporación de activos de distribución de Pemex Gas para que sean los privados quienes operen todo el SNG: 8 mil 980 kilómetros de la red de ductos de gas natural y 1 mil 847 de gas licuado de petróleo, además de las 28 terminales de distribución.
Era mayo de 2008. Ruiz Mateos llegó a gritarle al ingeniero RamÃrez Soberón que se les acababa el tiempo, que urgÃan los contratos de los ductos, que el presidente estaba muy interesado en que cada empresa maneje sus propios gasoductos de manera libre, sin tener que entrar al sistema de asociación con Pemex Gas, porque ésa fue la prebenda que le pidieron los gaseros que desde que estuvo en EnergÃa lo apoyaron en su carrera polÃtica. A partir de 2011, Pemex pagará a las privadas por el energético que transporte por sus ductos. El asunto tiene otras implicaciones: durante los últimos cinco años la paraestatal invirtió millones de pesos en el mantenimiento del SNG, pagó a la trasnacional DuPont por instalar sus programas de seguridad, e invirtió en la instalación y mantenimiento del sistema SCADA.
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