La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se fundó hace 73 años, el 4 de abril de 1949. Dice ser una alianza de países de Europa y Norteamérica, para defender y garantizar la libertad y la seguridad de sus países miembros, tanto por medios políticos como militares. Nació con la firma del Tratado de Washington, en el que sus 10 países fundadores (Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y Reino Unido) se comprometieron a defenderse mutuamente, en caso de que produjera una agresión armada contra cualquiera de ellos. Pero el primer secretario general de la OTAN, Lord Ismay, declaró que el objetivo principal de la Alianza Atlántica en Europa era “mantener a los estadunidenses dentro, a los rusos fuera y a los alemanes abajo”. Siempre hablando de estar a la defensiva cuando por lograr la hegemonía son capaces de realizar ocupaciones y bombardeos que incluso afectan a la población civil. Los bombardeos “humanitarios” contra Yugoslavia en 1999 dirigidos por Estados Unidos y las potencias europeas –y efectuados por la OTAN– fueron dirigidos a blancos civiles, áreas residenciales, lugares de trabajo, clínicas y escuelas. Más de 50 mil rondas con uranio empobrecido crearon problemas de salud a largo plazo y contaminación del medio ambiente.
Lejos de respetar las leyes, la seguridad y promover la paz, la OTAN hace tiempo que abandonó la Carta de las Naciones Unidas y el estado de derecho internacional que defiende la igualdad de las naciones grandes o pequeñas, su derecho a la autodeterminación y el principio de no injerencia en sus asuntos internos. Hoy en día, la OTAN liderada por Estados Unidos tiene como objetivo destruir a aquellos países que se niegan a someterse a su dictado.
La OTAN y Estados Unidos han invadido a Siria de 2014 a 2015, a Libia de 2011 a 2015, a Yemen de 2009 a 2001 y a la fecha los sauditas siguen masacrando al pueblo yemení; al pueblo palestino es constantemente bombardeado y reprimido; a Somalia la bombardearon de 2007 a 2011; a Yugoslavia en 1999; a Afganistán lo invadieron en 2001, a Irak en 2003… todo esto en tan sólo 2 décadas, además del criminal bloqueo durante 60 años contra Cuba. Eso no es buscar la paz.
En Libia, la OTAN junto con Estados Unidos desató la mayor parte de los bombardeos y contribuyo al financiamiento de esta guerra de agresión. Trataron de pintar esta guerra de ser una “misión humanitaria”. Pero las acciones de Estados Unidos y la OTAN son crímenes de guerra, bombardeo de infraestructura civil, ataque a hospitales y escuelas, puertos y pozos petroleros. Más de 1 mil civiles fueron asesinados y cerca de 5,000 heridos por los bombardeos de EU/OTAN. El sistema de agua de Libia, un sistema de irrigación nacional realizado para proporcionar agua al pueblo en un país desértico, también fue bombardeado. Desde su fundación en 1949, la OTAN a invadido 55 países.
La OTAN es una organización expansionista que ya tiene 30 miembros. Ser miembro significa que hay que destinar un 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) para gasto militar, multiplicándolo. Todo este gasto va a engordar los bolsillos del complejo militar industrial de Estados Unidos y de otras potencias. En el Este de Europa continuaron la práctica de implementar armamentos ofensivos cerca de las fronteras rusas, y se negaron a regresar a la infraestructura militar de la OTAN en Europa al que regía en 1997, cuando se firmó al Acta Fundacional OTAN-Rusia. Ese fue el acuerdo, pero en contra de ese compromiso adhirieron a la OTAN a los países de Europa del Este, Polonia, Hungría, y la República Checa, en 2009; Bulgaria, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania y Rumanía, en 2004; y a Albania en 2009. Ucrania comenzó su proceso de adhesión a la OTAN en enero de 2008, y busca sumarse a la Unión Europea. Según dice Chomsky, la Casa Blanca firmó el 1 de septiembre de 2021 la Declaración Conjunta sobre la Sociedad Estratégica EU-Ucrania, en el que declara arbitrariamente que la puerta estaba abierta para que Ucrania se uniera a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. De modo que no podían violar más su compromiso de no extenderse y lo que hicieron fue rodear a Rusia paso a paso.
Pero además la pertenencia a la OTAN no implica solamente la colaboración militar, sino todos los aspectos de la vida pública y política de los países, a través de su “Oficina de Diplomacia Pública”. Usando todos los medios, trabajan para manipular a los partidos, los Congresos, a los medios y a la opinión pública, apoyándose en cientos de organzaciones no gubernamentales. Impulsa la “democracia estilo americano” y golpea todo gobierno democrático e independiente, promoviendo “las revoluciones de colores”. Cualquier país que afirme su independencia está sujeto a un cambio de régimen por parte del bloque de la OTAN, como ocurrió en Ucrania en 2014.
Dicen ellos que para entrar a la OTAN se requiere tener un sistema político democrático que funcione y se base en la economía de mercado, que se dé trato justo a las minorías, que se comprometa a resolver los conflictos de forma pacífica y la voluntad de contribuir militarmente a las operaciones de la OTAN. A nivel político, la OTAN dice que promueve valores democráticos y con la defensa de sus países para evitar conflictos. Pero el sistema político que define la OTAN como “democrático”, no es otro que el antidemocrático sistema de partidos, donde la cúpula partidista y sus gobiernos, al servicio de las corporaciones están de espalada a la voluntad del pueblo, a sus decisiones democráticas, en cuanto al trato justo a las minorías. Preguntemos a los afroamericanos y chicanos, portorriqueños y haitianos cómo se les trata a Estados Unidos. Del compromiso con la solución pacífica de conflictos, no es algo de lo que puedan hablar las potencias occidentales. Menos Estados Unidos, que mantiene más de 600 bases militares en todo el mundo. Dice tener vocación pacifista pero exige a todos los miembros tener voluntad de contribuir militarmente a las operaciones de la OTAN.
La adhesión a la OTAN está abierta a cualquier otro estado europeo dispuesto a respaldar estos principios y a contribuir a lo que ellos llaman la seguridad del área del Atlántico Norte. Pero ahora Colombia es “aliado estratégico”; en marzo de 2022 Biden declaró “Hoy me enorgullece anunciar que vamos a declarar a Colombia como uno de los principales aliados no miembros de la OTAN”. Y uno se pregunta: qué tiene que ver Colombia con el Atlántico Norte. Colombia mantiene 11 bases militares de Estados Unidos en su territorio y apoya a la OTAN. Los soldados del Ejército colombiano y grupos paramilitares de ese país han participado como mercenarios en incursiones a países como Siria, Irak, Yemen. Es una base de Estados Unidos para atacar a Venezuela y mantener el dominio en la región. Y eso, ¿tiene que ver con el Atlántico Norte? Más bien muestra el afán hegemónico global que busca Estados Unidos; que prevalezca un mundo unipolar, en el cual todos tienen que subordinarse al más fuerte. Intenta que todo Occidente se pliegue a sus intereses, y es clara la dependencia de la OTAN y la Unión Europea a sus designios. En junio de 2013 el entonces mandatario de Bolivia, Evo Morales, dijo: La OTAN es un instrumento que usan Estados Unidos y la Unión Europea para invadir a otros países y hacerse con sus recursos naturales. “Cuando internamente Estados Unidos ya no puede dominarnos a países, a gobiernos, a pueblos antiimperialistas, ¿cómo es posible que Colombia pida ser parte de la OTAN? ¿Para qué? Para agredir a Latinoamérica, para someter a Latinoamérica, para que nos invada la OTAN como ha invadido a Europa y África”, insistió Evo.
Desde hace 10 años que la OTAN se reunió en Chicago el 20 y 21 de mayo de 2012 puso en su agenda planes para desarrollar el potencial de emprender rápidos actos de agresión en cualquier parte del mundo. Está claro que la OTAN está bajo el mando y liderazgo de Estados Unidos y sirve para asegurar su dominio sobre Europa, África y Asia.
Al mismo tiempo se deja ver a todas luces que los miembros de la OTAN no buscan la seguridad colectiva sino los intereses muy particulares de cada uno y las divisiones al interior son públicas y evidentes, las tensiones crecen, hay países como Turquía, Francia y Alemania que constantemente entran en contradicción con Estados Unidos. El 3 de mayo de 2021 hubo un Movimiento en Turquía por recuperar las bases cedidas a la OTAN y a los militares de Estados Unidos: varias ciudades turcas han reaccionado con protestas exigiendo al gobierno que cierre las bases militares a Estados Unidos en respuesta al reconocimiento del genocidio armenio. Por otro lado, Turquía es un importante cliente del gas ruso y militar importante para el Kremlin, pues le compralos misiles S-400, una transacción que hizo mucho daño a los intereses de la OTAN y Estados Unidos, generando tensiones diplomáticas y la expulsión de los turcos del programa de avión de combate F-35, liderado por el Pentágono. La compra se vio como un acercamiento muy notorio entra Ankara y Moscú, y un alejamiento de Turquía de Occidente.
Alemania también depende del gas ruso. El año pasado, el 19 de noviembre, la entonces canciller alemana Angela Merkel insistió en Berlín ante el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la necesidad de mantener el diálogo con Moscú.
Macron y Francia quieren llevarse bien con Rusia, China e Irán y se enfrentaron al presidente Trump en 2019. Macron dijo en la Cumbre de la OTAN que ésta ya no funciona y está en “muerte cerebral” y “que está al borde del precipicio”. En aquella reunión incluso Trump la catalogó de obsoleta. En esa ocasión las riñas de Trump con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente francés, Emmanuel Macron, pusieron al desnudo las divisiones en la OTAN por el gasto de defensa y las relaciones con Turquía, y las actitudes excéntricas de Trump. En estos momentos los miembros de la OTAN mantienen la unidad, pero con profundas contradicciones que pueden estallar.
Los pueblos del mundo exigen paz y amistad entre las naciones, no quieren que sus jóvenes mueran en guerras de agresión, ni simpatizan con el juego peligroso de potencias nucleares y exigen solución pacífica de los conflictos,, que todas las tropas extranjeras regresen a casa y se desmantele la OTAN y todo pacto agresivo.
Pablo Moctezuma Barragán*
*Doctor en estudios urbanos, politólogo, historiador y militante social
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