De ser una potencia petrolera, México se convirtió en un importador masivo de petrolíferos, petroquímicos y gas natural seco: de 2007 a 2011, las adquisiciones de estos productos –principalmente de gasolinas– ascendieron a 1 billón 388 mil millones de pesos. El monto habría alcanzado para construir 10 refinerías Bicentenario. Otro problema que enfrenta Pemex es el de la multimillonaria deuda, por más de 1 billón 700 mil millones de pesos. Además, la paraestatal ha ido cediendo áreas estratégicas a la iniciativa privada. En el 75 aniversario de la expropiación petrolera no hay nada que celebrar, señala el líder Mario Ross; mientras que el ingeniero Flores Salmerón califica a Pemex como una empresa destrozada y entregada en un 75 por ciento al capital privado
Petróleos Mexicanos (Pemex) llega al 75 aniversario de la expropiación petrolera como un importador masivo de combustibles. Ésa es la herencia que dejó el panismo a la industria. Y es que en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón las importaciones ascendieron, al menos, a 1 billón 877 mil 330 millones de pesos, revela el Anuario estadístico 2012 de la paraestatal.
De esta cifra, más del 73.9 por ciento correspondió a las importaciones hechas durante el sexenio pasado: entre 2007 y 2011, Pemex destinó 1 billón 388 mil 23 millones de pesos a la compra en los mercados internacionales de productos petrolíferos, petroquímicos y gas natural seco. Las adquisiciones más importantes –por 1 billón 309 mil 581 millones de pesos, el 94.3 por ciento– correspondieron principalmente a gasolinas, sobre todo a las provenientes de Estados Unidos.
El dinero que Pemex destinó a importaciones en esos 5 años –por 1 billón 388 mil millones de pesos– representa 10.75 veces la inversión total que hará la paraestatal en la refinería Bicentenario, ubicada en Tula, Hidalgo.
Según el boletín 193 de la petrolera mexicana, del 6 de noviembre de 2009, la construcción costará apenas “129 mil millones de pesos, contemplados en diversas partidas anuales (desde 2010) hasta 2015”.
Para el ingeniero Jesús Bastida Ocampo, secretario de Finanzas del Sindicato de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionales Petroleros, el aumento de las importaciones de gasolinas para satisfacer el mercado interno se debe a que Pemex Refinación no ha construido una nueva refinería, aproximadamente, desde 1979. Además, señala que las seis refinerías con las que cuenta la subsidiaria operan por debajo del 70 por ciento de su capacidad.
Aunado a esto, el experto petrolero señala que mientras Pemex Gas y Petroquímica Básica se ha convertido en un importador de gas, la paraestatal quema este producto indiscriminadamente en la atmósfera.
En este aniversario “no hay nada que celebrar. [En Pemex] hay un monopolio, pero de corrupción: las utilidades de los hidrocarburos se han ido malversando” con el paso del tiempo, señala Mario Ross, líder de una parte de la disidencia sindical petrolera en Tabasco.
Agrega que desde el sexenio de Carlos Salinas de Gortari se ha ido desmantelando a la paraestatal petrolera. “La iniciativa privada ya está hasta en las plataformas. La verdad es que en manos de extranjeros no hay buenos resultados: con esta privatización se ha ido mermando la producción”.
Deuda billonaria
La importación de productos petrolíferos, petroquímicos y gas no es el único problema para la industria. La paraestatal más importante de México mantiene una deuda billonaria, principalmente por la onerosa carga fiscal que se le impone desde la administración federal. De acuerdo con el Anuario estadístico 2012, los pasivos de Pemex ascendieron a 1 billón 727 mil 264 millones en 2011.
De esta cifra, la deuda a largo plazo representa el 85.3 por ciento, al sumar 1 billón 473 mil 794 millones. El resto, 253 mil 470 millones de pesos, corresponde a los pasivos a corto plazo.
Al 75 aniversario de la expropiación petrolera Pemex “llega totalmente destrozada, destruida, entregada a las trasnacionales en más del 75 por ciento. El 25 por ciento que tiene es prácticamente la administración de los contratos de servicios múltiples, integrales e incentivados”, indica el dirigente del Sindicato de la Unión Nacional de Técnicos y Profesionales Petroleros, Moisés Flores Salmerón.
—¿Qué es lo que van a privatizar entonces?
—Ya casi nada. El 25 por ciento que resta prácticamente es el control de la empresa y la renta petrolera. Eso es lo que ellos quieren. Y eso es lo que debemos impedir.
Flores Salmerón explica en entrevista con Contralínea que “la renta petrolera es la ganancia que tiene la empresa y que se distribuye, vía la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a todo el pueblo de México. Por cada peso que trae un mexicano, el 40 por ciento proviene del recurso de Pemex. Ése es el dinero que se iría a las empresas extranjeras”.
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Fuente: Contralínea 326 / marzo 2013