Jacobo Silva Nogales: los días en el infierno
Sus captores le decían que se encontraba en el infierno. Fue sometido a intensas torturas durante 6 días. El viejo método del policía bueno y el policía malo se le aplicó de inmediato: a las sesiones de tormentos seguían las palabras amables para delatar a sus compañeros
Jacobo Silva, entregado a inteligencia militar
En la búsqueda de la expansión del movimiento armado, el Comandante Antonio puso su confianza en quien finalmente acabaría entregándolo al Ejército. En el operativo de captura, agentes especiales se disfrazaron de indigentes
Jacobo Silva: El Charco, error y masacre
En El Charco, Costa Chica de Guerrero, a finales de junio de 1998, combatientes erpistas pernoctaron en una escuela con civiles. Cuando el Ejército llegó, arrasó parejo. A pesar de la rendición de dos combatientes y de la salida de los campesinos con los brazos en alto, se registraron 11 muertes; la mayoría de civiles
Jacobo Silva: el nacimiento del ERPI
El contacto con los pueblos indígenas modificó la manera de “hacer la Revolución” y también profundizó las diferencias al interior del PDPR-EPR. A decir de Jacobo Silva Nogales, las comunidades na’saavi, me’phaa, nahuas y amuzgas “aportaron el compromiso con la verdad, el valor de la palabra, el respeto a los acuerdos y la democracia directa”: sí al marxismo, pero no burocrático ni exclusivista. La separación de la estructura de Guerrero del EPR, concluida en enero de 1998, estuvo a punto de haber sido violenta
Jacobo Silva Nogales: Aguas Blancas, el epicentro de una revolución
La matanza de campesinos a manos de policías estatales en el vado de Aguas Blancas, Guerrero, aceleró los preparativos para la insurrección del EPR. Antes y después del hecho, la fuerza guerrillera realizó acciones armadas contra militares y policías. Aunque el número de milicianos crecía, las diferencias al interior del EPR se volvían irreconciliables