Antes de las agresiones registradas el pasado 15 de noviembre en Ciudad Universitaria -cuando agentes de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal y la policía capitalina agredieron a estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras en dos momentos, dejando como saldo a un universitario herido de bala-, las puertas de la sede más importante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) fueron vulneradas.
Tras la quema de la estación CU del Metrobús, registrada el pasado 5 de noviembre, los accesos fueron intencionalmente estropeados, al ser cortados, soldados o arrancados para mantener Ciudad Universitaria abierta de manera permanente.
Esta situación facilitó la entrada de unos 500 granaderos a CU, el pasado 15 de noviembre, alrededor de las 21:30 horas, luego de que un grupo de encapuchados incendió un automóvil.
Los cortes y soldaduras en las puertas no sólo mantienen abiertos los accesos para el ingreso de la policía, hecho que viola la autonomía universitaria, sino que impiden a los estudiantes tomar las instalaciones en caso de que acuerden un paro general.