Opinión
El régimen de Peña Nieto creyó que impondría la reforma (laboral) educativa de la misma manera que se impuso en la Presidencia: con una feroz propaganda disfrazada de información, distribuida por los “líderes de opinión” de los consorcios mediáticos.
De 1973, cuando la crisis inmobiliaria estadunidense e inglesa, a 2015 cuando los trabajadores de Air France se rebelaron, van 14 avisos de que el capitalismo ya no sale como antes de sus crisis. Y que la democracia representativa ha dejado de resolver los problemas nacionales y del mundo, creando más enfrentamientos del capitalismo y esa democracia mediante el sufragio, con los pueblos a través del descontento de la democracia directa.
El nacimiento del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), registrado el 20 de septiembre de 1972 tras la fusión del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM), encabezado por el ya legendario y emblemático Rafael Galván, y del Sindicato Nacional de Electricistas, Similares y Conexos de la República Mexicana (SNESCRM), dirigido por el charro Francisco Pérez Ríos, nunca fue visto con buenos ojos ni por el gabinete del entonces presidente Luis Echeverria Álvarez ni por la cúpula de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), controlada y sometida por los designios de Fidel Velázquez.