Waldo Mendiluza/Prensa Latina
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Naciones Unidas. La Declaración de Naciones Unidas que demandó la erradicación del colonialismo en el planeta cumple 56 años en 2016, sin que se vislumbre el fin de un flagelo defendido todavía por algunas potencias.
Apenas unos días antes de cerrar 2015, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó una nueva resolución que llama a aplicar la 1514 de 1960, mediante la cual el propio órgano consideró la subyugación, la dominación y la explotación extranjeras violaciones de los derechos humanos fundamentales, contrarias a la Carta de la organización.
Reino Unido, con 10, encabeza la relación de metrópolis, seguida de Estados Unidos (tres), Francia (dos) y Nueva Zelanda y Marruecos con un territorio cada uno bajo su dominio.
El órgano de 29 países, establecido por la Asamblea en 1961, también examina la situación de Puerto Rico, nación sometida a 5 siglos de colonialismo, los últimos 117 años por Estados Unidos, que en 1953 aseguró a la ONU que los boricuas habían alcanzado la autonomía.
Asimismo, trata la cuestión del pueblo palestino, ocupado por Israel desde 1967, tema sobre el que ha tomado varias decisiones.
Para el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, sólo con voluntad política podrá resolverse el problema del colonialismo, calificado de manera recurrente aquí de una vergüenza para la humanidad.
“Invito a la comunidad internacional, y en particular a los involucrados en cada caso, a abordar el asunto del autogobierno y a encontrar vías prácticas para instrumentar el proceso de descolonización, en sintonía con la Carta y las resoluciones relevantes de la Asamblea General”, afirmó en junio, cuando el Comité instaló sus sesiones anuales.
Ban insistió entonces en que el proceso sigue incompleto, pese al tiempo transcurrido desde la resolución 1514 y a estar en marcha la Tercera Década para la Erradicación del Colonialismo (2011-2020).
Aunque el rechazo al colonialismo predomina a nivel mundial, son los países del Sur –sus principales víctimas durante siglos– los que con mayor fuerza alzan su voz en Naciones Unidas para reclamar el fin del fenómeno.
En octubre, el Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) reiteró su llamado a acelerar el proceso dirigido a erradicar el flagelo, y defendió el derecho de los pueblos a la autodeterminación.
Vemos progresos significativos desde la resolución adoptada en diciembre de 1960 por la Asamblea General, pero sigue presente, denunció el encargado de negocios de Irán, Gholamhossein Dehghani, a nombre del bloque que reúne a 120 Estados en desarrollo.
El colonialismo en cualquiera de sus manifestaciones, incluyendo la explotación económica, contradice esa iniciativa, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y lo estipulado en la Carta de Naciones Unidas, subrayó.
Dehghani señaló entonces ante la Cuarta Comisión de la Asamblea, encargada de los asuntos políticos y de descolonización, que la comunidad internacional debe renovar su compromiso y encontrar vías para borrar el mal.
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De acuerdo con el diplomático persa, corresponde a las potencias administradoras compensar a los pueblos afectados por las consecuencias económicas, sociales y culturales de su ocupación.
También Cuba demandó varias veces en el año la desaparición del colonialismo, tanto en el Comité como en la Comisión responsables de discutir el tema.
“Naciones Unidas celebra en 2015 su 70 aniversario con logros que mostrar, pero con tareas pendientes como la tragedia del colonialismo”, aseveró el embajador alterno de la isla, Oscar León.
Para el funcionario cubano, el trabajo de la organización continuará inconcluso mientras existan territorios sometidos al yugo extranjero.
Igualmente el representante permanente de Uganda, Richard Nduhuura, advirtió que la ONU “no está a la altura de las expectativas por la vigencia del colonialismo”, un escenario que calificó de decepcionante a 7 décadas de su nacimiento.
Por su parte, la embajadora nicaragüense, María Rubiales, exigió priorizar en el planeta la materialización de las aspiraciones de independencia.
“Trabajemos para que todos los pueblos y territorios no autónomos alcancen su autodeterminación e independencia, para ser parte integral, con todos sus deberes y derechos, de nuestra comunidad de naciones y contribuyan a crear un mundo justo y en armonía con la madre tierra”, sentenció en la Cuarta Comisión.
Como cada año, el Comité Especial de Descolonización de la ONU y la Cuarta Comisión de la Asamblea General aprobaron iniciativas relacionadas con el derecho de los pueblos a definir su estatus político, económico y social, sin injerencia foránea.
A finales de junio, el Comité adoptó una nueva resolución que reclama negociaciones pacíficas para poner fin a la situación colonial de las Malvinas, territorios argentinos ocupados por el Reino Unido desde 1833.
Similares textos fueron aprobados en las últimas tres décadas, sin que Londres escuche el llamado de la comunidad mundial.
Bolivia, Cuba, Chile, Ecuador, Nicaragua y Venezuela copatrocinan la iniciativa relacionada con la disputa sobre la soberanía de varias islas, que suman un área total de 12 mil 173 kilómetros cuadrados y dos mil 500 habitantes.
Al intervenir en la sesión que debatió la resolución, el canciller de Argentina, Héctor Timerman, exigió respeto al derecho de su país a la soberanía sobre las Malvinas.
“Vengo a reafirmar los derechos soberanos argentinos sobre esas islas”, afirmó el funcionario, quien denunció en el foro que el gobierno británico invoca de manera falsa y manipulada la libre determinación de los pueblos como argumento para disfrazar la usurpación, e insiste en conductas militaristas.
En ese sentido, criticó que un principio tan noble sea utilizado para justificar la ocupación de 1833, cuando el Reino Unido “expulsó a sus habitantes, implantando súbditos británicos, apenas 8 años después de firmar con Argentina un tratado de amistad, comercio y navegación”.
Respecto a Puerto Rico, también en junio, el Comité Especial de Descolonización apoyó por consenso una nueva resolución que ratifica el derecho de Puerto Rico a la libre autodeterminación e independencia.
Por trigésima cuarta ocasión, ese órgano aprobó un documento sobre el caso de Puerto Rico, iniciativa presentada por Cuba, con el patrocinio de Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Rusia y Siria.
El texto demanda a Washington asumir su responsabilidad y permitir que el pueblo boricua ejerza plenamente esas prerrogativas, en sintonía con la proclama lanzada en 1960 por la Asamblea General de poner fin al colonialismo en el planeta.
Además, insiste en el carácter latinoamericano y caribeño del pueblo de Puerto Rico, “que tiene su propia e inconfundible identidad nacional”, y refleja las preocupaciones por el debate existente en esa nación acerca de la instrumentación de un mecanismo que pueda asegurar la participación de todos los sectores de opinión locales, como una asamblea constitucional sobre la cuestión del estatus.
Asimismo, reclama al presidente de Estados Unidos la libertad del preso político Óscar López Rivera, de 71 años, encerrado durante más de 3 décadas por la causa independentista.
Para el secretario general del Partido Independentista Puertorriqueño, Juan Dalmau, lo ocurrido este año en Naciones Unidas reitera la existencia de una nueva época en el caso de la situación boricua.
“Antes, Cuba llevaba sobre sus hombros esa pesada carga del tema de Puerto Rico, pero hoy en día vemos a América Latina que se une y alinea con respecto al reclamo de nuestro derecho a la independencia, al que se suman otras naciones”, subraya en entrevista con Prensa Latina.
De acuerdo con Dalmau, lo sucedido en el seno del Comité, junto a otros acontecimientos, genera optimismo y entusiasmo.
“Reconocemos el trabajo del órgano especializado de la ONU, el cual se combina con la voluntad del pueblo de Puerto Rico de rechazar el régimen colonial”, dice el abogado y político a propósito de la resolución número 34 sobre el tema.
Waldo Mendiluza/Prensa Latina
[BLOQUE: INVESTIGACIÓN][SECCIÓN: LÍNEA GLOBAL]
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