Berlín, Alemania. Desde la salida del Reino Unido de la Unión Europea el pasado 31 de diciembre, la crisis política alrededor de las 26 provincias de Irlanda del Norte se ha acentuado significativamente. Ahora la posición de esa provincia irlandesa se complica con la aplicación del Protocolo de Irlanda del Norte negociado entre la Unión Europea y el Reino Unido a finales de diciembre 2020. Las opiniones a favor de una reunificación de la isla, recogida en el Acuerdo de Viernes Santo de 1998 prevé esta posibilidad, la cual parece estar más cerca que nunca desde la instauración de la paz en la isla.
En la vía de los hechos, Irlanda del Norte se encuentra políticamente como parte integral del Reino Unido, nación que dejó de pertenecer al bloque europeo desde la entrada del año 2021. Sin embargo, al ser uno de los puntos centrales en las negociaciones finales, donde se buscaba evitar la implementación de una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, se optó por permanecer de facto en la unión aduanera irlandesa republicana. Ergo, la entidad es políticamente extra-Unión Europea pero aplica reglas intra-Unión Europea, lo cual ha complicado significativamente el comercio de mercancías entre el Reino Unido e Irlanda del Norte.
Así, se ha establecido una frontera marítima en el mar de Irlanda, por lo que ciertas mercancías –como carne, lácteos y animales vivos– que salen de Escocia, Gales o Inglaterra tienen que pasar aduana en Belfast, Irlanda del Norte, como si de un territorio aparte se tratara (cuando justamente esto era lo que buscaban evitar los negociadores británicos). De hecho, desde la entrada del año la implementación de este protocolo norirlandés no se ha cumplido dentro de los términos acordados. La realidad es que no hay el personal operativo ni se están fiscalizando las mercancías con la atención requerida por la Unión Europea.
Más bien lo que está pasando es un franco desabastecimiento de víveres en los 26 condados. La falta de verdura y de carne que entraba antes sin impedimento al territorio ahora no logra pasar la aduana, la cual dejó incluso de funcionar por unos días, cuando las amenazas hechas en contra de los aduaneros se hicieron presentes en pintadas en la calle y en correos anónimos. El gobierno británico buscó por lo tanto una moratoria sobre la implementación del protocolo de Irlanda del Norte, que tendía que regir al menos por 4 años, antes de llegar a unas reglas nuevas o renovar lo anterior. Pero en Dublín la resistencia a una renegociación al protocolo norirlandés es evidente.
En principio la Unión Europea no se opuso a ello, pero antes de flexibilizarlas pidió que sean implementadas por las autoridades norirlandesas. El vicepresidente de la Comisión Europea Maros Sefcovic declaró a Euronews que “La aplicación del protocolo es una vía de doble sentido. Estamos dispuestos a hacer nuestra parte, pero también necesitamos que el Reino Unido cumpla sus compromisos. Vuelvo a los pasos fronterizos, al acceso informático, a todas las facilidades. Se trata de garantizar que las estanterías de los supermercados norirlandeses estén llenas”. El pasado 12 de febrero 2021 el ministro de gabinete británico Michael Grove y el vicepresidente Sefcovic se encontraron en Londres para allanar las diferencias. En una conferencia de prensa afirmaron “no escatimar esfuerzos para aplicar las soluciones mutuamente acordadas” para resolver el impase. Para el 24 de febrero Grove y Sefcovic se volverán a reunir con el afán de resolver el tema del protocolo de Irlanda del Norte.
Los resultados de esta situación se hacen visibles en el tema de la reunificación de la isla, pero también en el tema de la ciudadanía. Así, los habitantes de Irlanda del Norte pueden optar por la ciudadanía de la República de Irlanda (irlandesa) a la vez que al de Irlanda del Norte (británica) a la par. Y en pos de este derecho es que ahora más de la mitad de sus habitantes –que son alrededor de 2 millones– han solicitado el pasaporte irlandés. Al parecer los temas políticos están quedando en segundo rango, y la pertenencia de Irlanda la Unión Europea hacen de ese documento algo deseable, al considerar además que la mayoría de los norirlandeses optaron en el referéndum del Brexit por permanecer en la Unión Europea. En la medida que una mayoría sea de hecho irlandesa y se consolide aún más la pertenencia a Irlanda, se puede vislumbrar la idea de invocar el referéndum para la reunificación previsto en los acuerdos del Viernes Santo. Probablemente nunca antes las condiciones habían sido tan favorables en la isla.
El partido que parece invocar esto más que nadie es Sinn Fein, antiguo brazo político del IRA –el Ejército de Liberación de Irlanda– que llevó por décadas la lucha armada con ese fin. Tanto el Sinn Fein de Irlanda como de Irlanda del Norte se dicen favorables a dicho proceso. Claramente falta mucho trecho para poder iniciar un proceso de esta envergadura, pero la balanza política ha cambiado desde que el ser británico dejó de ser a la par con el ser irlandés. Sesgos religiosos y políticos se parecen desvanecer hacia un pragmatismo nunca antes visto en esta isla que vivió una guerra civil, que cobró vidas y dividió a familias enteras por su alineación política y religiosa.
Una encuesta llevada a cabo a finales de enero de 2021 por The Sunday Times concluye que en Irlanda del Norte el 47 por ciento está a favor de permanecer en el Reino Unido, mientras que el 42 por ciento está a favor de la reunificación. Además, 11 por ciento no se pronunció al respecto. Lo interesante es que, dentro del grupo de menores de 45 años, el 47 por ciento estaría a favor de una reunificación, y el 46 por ciento en contra. Esto demuestra que posiblemente hay una fuerte simpatía por la adhesión a la república irlandesa –sobre todo entre los más jóvenes–.
Irlanda del Norte está desgarrada al pertenecer a un país, pero aplicando reglas propias de otro. En consecuencia, se puede decir que la liga que existe con el Reino Unido es ante todo política y está perdiendo en fuerza actualmente. En el siglo XVI se conforma el reino de Irlanda bajo unión personal del rey de Inglaterra. En 1801 se establece la unión política de lo que sería conocido como el Reino Unido e Irlanda, hasta 1922, cuando la República de Irlanda logró independizarse –salvo los 26 condados que conforman desde entonces Irlanda del Norte–. Ésta fue una pérdida mayor para la corona británica, y fue un hito en la descolonización en suelo europeo.
A casi 100 años de esos eventos puede que estemos nuevamente en un momento decisivo, donde tal vez seamos testigos, no solamente de la independencia de Escocia, sino de la reunificación total de la isla de Irlanda bajo régimen republicano. Quedarían entonces del Reino Unido tan sólo Inglaterra y Gales, quebrando sustancialmente la unión política que impera desde 1707 hasta la fecha.
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