El Senado de la República demandó a la Secretaría de Relaciones Exteriores a sostener un diálogo de alto nivel con autoridades de Estados Unidos, a fin de garantizar el respeto a los derechos humanos de las personas migrantes de origen mexicano, así como para enfrentar el tráfico de drogas y de armas, con un enfoque basado en la confianza mutua.
Anualmente, recordaron en un dictamen, “entran al territorio mexicano cerca de 2 millones de nuevas armas, principalmente por la frontera Norte, que proveen a los cárteles de la droga un gran poder de fuego”.
Por ello, para la Cámara de Senadores es urgente conformar una agenda con el gobierno de Joe Biden, al más alto nivel, “para asegurar una migración ordenada, segura y regular; reforzar la lucha contra la delincuencia organizada; y reducir el tráfico de armas en la frontera Norte”.
Para los senadores, “la política de puertas cerradas” del gobierno de Donald Trump provocó graves y lamentables problemas en la dinámica migratoria, como la muerte de connacionales y de migrantes de otras nacionalidades; la separación de familias, con el consiguiente abandono de menores; y la actuación más agresiva de la Patrulla Fronteriza.
Respecto del tráfico ilegal de armas, indicaron que en Estados Unidos la oferta de estos artefactos no se puede limitar, pues la segunda enmienda de la Constitución permite la portación personal de armas. De ahí que su venta sea relativamente libre, sujeta a escasos controles y en un mercado altamente competitivo.
Por ello, el Senado señaló que el reto para México consiste en mejorar la infraestructura fronteriza, para la detección de armas, y en optimizar las capacidades de inteligencia de las policías y de la Guardia Nacional.
Además, el Senado pidió al gobierno federal un informe acerca de las acciones concertadas con la Unión Americana en materia de seguridad, específicamente en áreas como la lucha contra la delincuencia organizada, el tráfico de armas y personas, y el lavado de dinero.