La facultad del gobierno federal de establecer la política nacional educativa podría vulnerarse en breve, si la Suprema Corte de Justicia de la Nación llegara a declarar que los estados pueden elaborar sus propios libros de texto gratuitos, algo que el presidente Andrés Manuel López Obrador no descartó. De hecho, alertó que dicho escenario sí podría existir, luego de que el ministro Luis María Aguilar ordenó la suspensión provisional de la distribución de dichos materiales educativos en Chihuahua.
“Yo no sé cómo le van a hacer los gobiernos estatales que están promoviendo los amparos. Si no quieren que se repartan los libros, como lo decidió un ministro de la Corte ante una demanda de la gobernadora de Chihuahua [Maru Campos], nosotros no lo vamos a repartir hasta que se termine el juicio. Y si la conclusión es que no se entreguen los libros, pues entonces va a ser el pueblo de Chihuahua, los padres de familia los que van decidir qué va a pasar. O a lo mejor van a hacer libros, ¿no?, los gobiernos estatales. [Aunque] no les corresponde”, señaló el primer mandatario.
Al respecto, explicó que “la facultad la tiene el gobierno federal, o sea, la Constitución es muy clara en eso. Entonces, si van a violar la Constitución, pues va a quedar de manifiesto. Pero a ver si se atreven los del Poder Judicial a violar la Constitución. Ya lo han hecho, pero no pueden hacerlo todos los días”, indicó en referencia a los altos sueldos y privilegios de los que gozan los ministros y ministras de la Corte, a pesar de que la carta magna indica que ningún servidor público puede ganar más que el presidente.
En su conferencia matutina, López Obrador reiteró que es facultad del gobierno federal establecer la política educativa nacional y elaborar los libros de texto gratuitos, “pero a lo mejor lo autoriza el Poder Judicial, la Suprema Corte” que las entidades federativas gobernadas por la ultraderecha hagan cuadernillos.
Acerca de la resistencia a que se distribuyan los libros de texto gratuitos, el titular del Ejecutivo federal consideró que se debe a que son gobiernos muy conservadores, “pero ¿por qué vincular la educación con esto, con la politiquería?” Pues se debe a que “estamos en temporadas de elecciones y están desesperados porque la gente quiere la transformación, quiere que continúe la transformación. Entonces, no les funciona nada, porque vaya que han recurrido a todo. Esto de los libros de texto es lo nuevo, pero antes los amparos de todo tipo, y las campañas en la mayoría de los medios de manipulación, que no de información, aunque no todos los medios manipulan, la mayoría sí, pero hay una minoría ejemplar que sí informa”.
Aunque expuso que sí se está atendiendo el asunto en lo legal, destacó que no se trata de un asunto jurídico, sino que es político. Y reveló que hubo quien le propuso tratar el tema de los libros como de seguridad nacional. “Los abogados nuestros también con lo mismo, dicen: ‘no publicamos los proyectos, los contenidos porque se nos van a amparar, entonces vamos a esperar a que sea domingo’. Entonces, les dije: ‘No. ¡Cómo! Ya publíquenlos’. Imagínense, actuar con chicanadas, nosotros haciendo lo mismo que ellos. Pero es un asunto que el abogado tiene que ganar, como si las reglas fuesen justas, como si los dados no estuviesen cargados, como si las cartas no estuviesen marcadas, pero todo así, es una concepción. Lo otro [que propusieron:] ‘vamos a guardar por seguridad nacional los contenidos de los libros’. No. ¡Cómo! Que todo el que quiera verlos que los vea”.
Al respecto, López Obrador indicó que el pueblo es mayor de edad, muy avispado, muy inteligente y muy consciente. “Sí hay quienes se dejan manipular porque pues son muy conservadores, pero hay quienes no, hay quienes no se dejan manipular. Entonces, si les dicen:
“—No, es que los libros tienen el virus del comunismo, nos quieren vacunar comunismo con los libros.
“—Oiga, pero si ni aparece la palabra ‘comunista’ o ‘comunismo’, más que en referencia a un poema, que es exactamente lo opuesto a lo que pueden… No hay adoctrinamiento en nada.”
Y refirió el gran negocio que representa la impresión de los libros de texto gratuitos, el cual estimó en 4 mil millones de pesos. “En esto están las empresas, las editoriales, que están muy vinculadas a medios de información […]. En la impresión de los libros hay empresas periodísticas que tenían ese negocio, dos o tres. Vamos aquí a dar a conocer más adelante las facturas, o sea, porque la vida pública cada vez más pública, y todo esto ayuda mucho”.
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