La plataforma Pegasus, el más avanzado software de espionaje en el mundo, fue adquirido originalmente por el gobierno de Felipe Calderón para ser ejecutado por la Sección Segunda –inteligencia militar– y la Sección Séptima –operaciones contra el narcotráfico– de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Los contratos, de los cuales Contralínea posee copia, fueron firmados entre septiembre de 2010 y finales de 2012 por más de 8 mil millones de pesos.
La instalación de la plataforma requirió del acondicionamiento de un edificio completo en el Campo Militar Número 1, en la sede del Estado Mayor de la Defensa Nacional. El establecimiento del sistema se completó en tres fases, mediante sendos contratos y otros 15 más para obras, servicios y bienes relacionados con el funcionamiento del mismo.
Formalmente, Pegasus fue adquirido para espiar y contener los movimientos armados y desarticular a los cárteles del narcotráfico. Sin embargo, como documentó Contralínea de mayo a julio de 2012, desde el primer momento se utilizó para espiar a líderes sociales, campesinos, indígenas, ambientalistas, políticos de oposición y periodistas. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, otras dependencias federales, como los entonces Procuraduría General de la República (PGR), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y la Policía Federal (PF) se hicieron de sistemas similares.
Para cubrir las tres fases de la plataforma, la Sedena celebró, entre 2010 y 2018, ocho contratos con la empresa Security Tracking Devices, de José Susumo Azano Matsura y José Susumo Azano Moritani, por un monto total de 5 mil 628 millones de pesos de aquel entonces. Por el tipo de tecnología, la compra-venta de los equipos tuvo que contar con el visto bueno de la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.
Los equipos y servicios que integran la plataforma Pegasus fueron adquiridos mediante adjudicación directa –a través de la Dirección General de Administración, entonces a cargo del general de división diplomado de Estado Mayor Augusto Moisés García Ochoa–. Las primeras instancias que operaron este software al interior de la Sedena estaban a cargo del general de división Diplomado de Estado Mayor Luis Arturo Olivar Cen.
En los contratos se señala que la adquisición de la plataforma Pegasus tenía como fin modernizar el Sistema de Inteligencia de la Sedena y el Centro de Comando y Control, sus subcentros y módulos.
El proyecto se denominó “Sistema de Inteligencia Regional para Incrementar las Capacidades de la S-2 [Sección Segunda] (Intl) [Inteligencia] EMDN [Estado Mayor de la Defensa Nacional]”. Constó de tres fases, las cuales están amparadas por sendos contratos firmados con Security Tracking Devices: 4550000033, 4550000007 y 4550000006. Además, otros contratos intermedios se firmaron con la misma empresa también para adquirir productos y servicios relacionados con las actividades de inteligencia y la puesta en marcha de Pegasus: 4500006718, 4500006876, 4500006908, 4500000147 y 4500000525. El monto total de estos ocho contratos asciende a 5 mil 628 millones 499 mil 999 pesos de 2012. Los otros 10 instrumentos se celebraron a finales de ese año, a punto de concluir el sexenio de Calderón.
Como se puede leer en los contratos, Pegasus tiene la capacidad de intervenir cualquier tipo de comunicación electrónica. Más aún, de manipular a distancia –mediante órdenes que pasan inadvertidas para los ciudadanos espiados– computadoras, radios, teléfonos celulares y cualquier tipo de teléfono “inteligente” o smartphone, a los que denomina “dispositivos interrogados”.
Para la operación de Pegasus se adquirieron más de 200 computadoras, sistemas de procesamiento de imágenes, 60 teléfonos, sistemas de almacenamiento masivo, una red de comunicaciones del Centro de Procesamiento de Datos, la instalación del Módulo Central de la Plataforma NSO Pegasus de Monitoreo de Smartphones, con capacidad para espiar de manera simultánea 400 BlackBerry, 400 Iphone, 100 Symbian y 100 Android.
En los documentos se detallan las capacidades de espionaje del software: Los agentes podrán “operar con las siguientes funciones de adquisición de datos [de los teléfonos y computadoras intervenidos]: extracción de SMS/MSM; lista de contactos; registros de agenda; monitores de e-mail; intercepción de voz; extracción de mensajería instantánea; información de ubicación GPS/Cell ID; captura de imágenes de pantalla y de la cámara; acceso y manipulación del sistema de archivos; información y estado del sistema; información de la tarjeta SIM; información del hardware, sistema operativo y software; denegación de capacidades de servicio, y detener el funcionamiento del dispositivo”. Además: “intercepción de audio ambiental”.
Todo lo anterior, sin que sea detectado por los usuarios espiados, y aunque éstos cuenten con aparatos encriptados, con antivirus y antiespías. Una de las características de Pegasus es, según los contratos, “ser indetectables en los dispositivos del hardware y por programas de software (antivirus, antispyware) existentes en el mercado”.
El primer pago de la Sedena a Security Tracking Devices, SA de CV, está amparado por el contrato 450000033, con folio SAITE-1203/2010. El 10 de septiembre se ejecutó la transferencia bancaria por 650 millones de pesos a la cuenta 65500952869 con número Clabe 014320655009528691 de la sucursal Lázaro Cárdenas (en Guadalajara, Jalisco) del banco Santander.
Ese primer contrato, firmado con el objetivo de “adquirir la primera fase del Sistema de Inteligencia Regional para incrementar las capacidades de la S-2 (Intl) EMDF”, ampara la adecuación del edificio del Centro de Comando y Control.
El edificio desde el que se opera Pegasus, según el contrato, cuenta con sistemas de videovigilancia, control de accesos y de “videoconferencia multipunto”. Además, un área de Control y Análisis con 104 pantallas led, 156 “posiciones de análisis y operación”, ocho impresoras de color láser; 156 estaciones de trabajo con pantalla dual de 17 pulgadas; nueve estaciones de trabajo para la jefatura, subjefatura oficinas administrativas y de mantenimiento, cinco impresoras multifuncionales; cuarto de servidores para la aplicación Pen Link y para la base de datos Oracle.
Asimismo, en el edificio sede de Pegasus se instalaron cuatro estaciones remotas de análisis de amplio espectro; una estación remota transportable montada en Shleter sobre tráiler y se le proveyó de estaciones móviles montadas en Van E-350 extendido, software TCI para el Centro de Comando y Control y redes para enlazarlo con las estaciones remotas y otras dependencias; servicio de internet de banda ancha por cable, entre otros bienes y servicios tecnológicos.
La segunda fase de Pegasus fue adquirida mediante el contrato 45500000007, con folio SAITE-539/2012, a mediados de 2012. La Sedena transfirió a la misma cuenta citada de Security Tracking Devices 1 mil millones de pesos.
Esta segunda fase constó de la integración de una sala situacional del Subcentro de Control de Desastres; la instalación de un sistema de procesamiento de imágenes, un módulo central del Sistema de Procesamiento de Datos, y el Módulo Central de la Pataforma Pegasus “para la separación de ocho unidades operativas de monitoreo de smartphones” (sic).
Además, “módulos operativos para las ocho estaciones de monitoreo de smartphones de la plataforma NSO Pegasus; módulos y componentes de las estaciones de trabajo”, entre otros bienes y servicios tecnológicos.
La tercera fase también se adquirió a finales de 2012 a la misma Security Tracking Devices. El contrato 45500000006, con folio SAITE-540/2012, ampara otra transferencia de la Sedena por 1 mil millones de pesos.
La fase final de la instalación de Pegasus consistió en la “instalación y puesta en operación de Pegasus Mobile Communication Solution para la Plataforma Iphone”, entre otros bienes y servicios adquiridos, a demás de la capacitación para el personal que lo operaría. Destaca la puesta en marcha de un “sistema táctico de imágenes a través de paredes”.
A estos contratos para la instalación de Pegasus en tres fases, se suman otros contratos intermedios para complementar la plataforma. Por ejemplo, el contrato 4500006718, con folio SAITE-1462/2010, celebrado el 21 de diciembre de 2010 por 300 millones de pesos, ampara la adquisición de un sistema de “designadores electromagnéticos de señales satelitales de telefonía celular”. Esta tecnología tiene la capacidad de localizar y seguir 144 “objetivos”.
Otro contrato –4500006876, con folio SAITE-520/2011–, por 249 millones 999 mil 99.98 pesos, ampara la compra, el 25 de marzo de 2011, de “analizadores de espectros de comunicaciones y computadoras”.
Además, se destinaron otros 200 millones –contrato 4500006908, folio SAITE-556/2011– para reforzar el sistema de seguimiento mediante el sistema de designadores electromagnéticos. El pago se realizó el 1 de abril de 2011.
Por su parte, el contrato 4500000147 con folio SAITE-782/2011 ampara el pago de 1 mi 160 millones de pesos por un sistema procesador electromagnético. La transferencia se hizo el 27 de julio de 2011. En la descripción de lo adquirido por la Sedena a Security Tracking Devices se señala:
“Un Módulo de Administración del Centro de Control de la Plataforma Pegasus; licenciamiento del software de administración de la solución de comunicación móvil de la plataforma Pegasus; un módulo de administración de agentes y usuarios de la Plataforma Pegasus […] un curso de entrenamiento en tácticas de análisis para un mínimo de cinco elementos”.
Con otro contrato –4500000525, folio SAITE-135/2011– se adquirieron ocho estaciones remotas móviles de radiocomunicación y sistemas de inteligencia. La Sedena pagó 1 mil 160 millones de pesos y el instrumento fue firmado el 3 de noviembre de 2011.
Los ocho contratos citados para instalar Pegasus suman un monto total por 5 mil 628 millones 499 mil 999.91 pesos de 2012, es decir, unos 8 mil millones de pesos actuales. A estos ocho contratos se suman otros 10 para fortalecer las “capacidades de inteligencia” de la inteligencia militar.
Después de la adquisición de Pegasus por parte de la Sedena, lo que siguió pagando después el gobierno mexicano fueron las licencias de uso del software. Por ello, lo pudieron usar otras dependencias ya en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Y, como en el caso de la primera compra, cada pago por uso de las licencias tuvo que contar con el visto bueno del Departamento de Estado de Estados Unidos.
La compra de Pegasus generó una serie de auditorías a la Sedena y una disputa entre dos grupos de militares que buscaban controlar la sucesión en la Secretaría al final del sexenio de Felipe Calderón y el inicio del de Enrique Peña Nieto. Uno de los militares investigados, el teniente coronel Héctor Castañeda Sainz, entonces segundo comandante del XII Regimiento de Caballería en el Campo Militar 1-A, se suicidó de un balazo en la cabeza el 2 de julio de 2014.
Este militar de 41 años se había desempeñado como jefe de la Sección de Adquisiciones Especiales y Servicios, dependiente de la Subdirección de Adquisiciones, frente a la cual estuvo el general de brigada José Luis Castañeda cuando se adquirió Pegasus.
En 2012 Contralínea entrevistó sobre Pegasus al entonces al general de división Diplomado de Estado Mayor Ricardo Trevilla Trejo, quien se desempeñaba como director de Comunicación Social de la Sedena. El militar reconoció el equipo adquirido y aseguro que se utlizaría contra “determinados grupos criminales; contra delincuentes en general, no”. Y abundó: “Es contra grupos armados. El equipo es para cumplir con nuestras misiones, establecidas en la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea. En este caso nos referimos a la segunda misión: garantizar la seguridad interior”.
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