Los drones aéreos se han convertido en características estándar de los arsenales de terroristas, insurgentes y guerrilleros. Pero no son los únicos: los usos criminales y los comandos de cárteles en México están atacando a las bandas rivales y a las fuerzas de seguridad con drones armados, mejorando su poder de combate entre los principales grupos criminales, aseguran expertos.
Este conflicto violento va mucho más allá de la violencia criminal típica, incluidas las tácticas terroristas, las operaciones de infantería y la barbarie en una búsqueda de control territorial, poder y ganancias, consideran Robert J Bunker y John P Sullivan, expertos de Small Wars Journal, un centro de investigación de la amenaza epidémica criminal en América Latina, alimentada por una economía de drogas y migración.
En ocasiones, los niveles de violencia sostenida y sofisticación de los grupos involucrados alcanzan niveles que legítimamente se convierten en conflictos armados no internacionales, se reconozca o no, argumentan.
En ese contexto, afirman que el uso de drones en México en conflictos entre cárteles se ha observado durante décadas, en el que autoridades y la población han sido testigos de carreras armamentistas entre las diversas organizaciones criminales beligerantes, como Los Zetas, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel de Sinaloa, Cárteles Unidos, Cártel del Golfo, Santa Rosa de Lima, entre otros.
Los analistas consideran que si bien el desarrollo, adquisición y despliegue de drones de combate de cárteles son representativos de solo una de estas carreras armamentísticas, esta tecnología también se está integrando para operaciones de armas combinadas y, al mismo tiempo, advierten de que también impactará en la trayectoria de otros armamentos de cárteles, como el diseño y tácticas de vehículos de combate blindados improvisados.
Con esto en mente, los expertos observan cuatro formas en que los cárteles utilizan cada vez más los drones, después de usarlos para el contrabando de narcóticos alrededor de 2010: Después de un período de experimentación, comenzaron a usar drones para vigilancia, unos años más tarde, como armas en 2017, para propaganda en 2020 y para el combate de visión nocturna en 2021.
Los cárteles utilizan drones para observar, explorar y recopilar información para respaldar sus propias operaciones de armas combinadas. Estas operaciones de combate tienden a involucrar fuerzas de infantería desplegadas en unidades de comando basadas en vehículos blindados de combate improvisados.
Inicialmente, estos vehículos de combate blindados improvisados fueron desplegados en grupos de uno y dos por los cárteles (especialmente en las operaciones de Los Zetas para el Cártel del Golfo desde finales de la década de 1990 hasta 2009), pero desde entonces se han formado en unidades montadas mucho más grandes, unidades de infantería, con las redes sociales del CJNG ahora dominando gran parte de las imágenes relacionadas con ellas.
Estas unidades de comando y las tácticas que utilizan (así como las contratácticas utilizadas por las fuerzas que se defienden de ellas) están viendo la inclusión de armas antitanque (generalmente granadas propulsadas por cohetes, más rifles antimaterial calibre .50 y ametralladoras de varios calibres) cada vez más en torretas blindadas. También, zanjas anti-vehículos de combate blindados improvisados que, a veces, están vinculadas a posiciones defensivas complejas con campos de tiro entrelazados; la aparición esporádica de fuegos indirectos (morteros); e incluso la posibilidad del uso de minas antitanque (por ejemplo, artefactos explosivos improvisados enterrados, detonados a presión y/o bombas de alcantarilla).
Durante 2021, los expertos comenzaron a presenciar drones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento vinculados directamente a cárteles (así como a autodefensas), vehículos de combate blindados improvisados y unidades de comando, a medida en que evolucionan y el valor de las misiones de reconocimiento de ruta y objetivo se vuelve cada vez más reconocido.
Robert J Bunker y John P Sullivan explican que el uso de drones armados por parte de los cárteles está cambiando de plataformas de un solo uso a plataformas de usos múltiples. Esta es una tendencia documentada que se puede rastrear a través de incidentes, incluidos los ataques en Valtierrilla, Guanajuato, el 20 de octubre de 2017, advierten.
En Tecate, Baja California, el 10 de julio de 2018; en Puebla los días 26 y 27 de abril de 2020; Tepalcatepec, Michoacán, el 25 de julio de 2020; Aguililla, Michoacán, el 20 de abril de 2021; San Andrés Cholula, Puebla, el 22 de abril de 2021; y Tepalcatepec, Michoacán el 4 de mayo de 2021.
En un incidente temprano de un solo uso en Tecate, Baja California, un comandante de policía encontró un dron armado, con dos granadas y una nota asegurada, sentado en su patio al aire libre. Para su sorpresa, la nota le advertía que dejara de meterse con los negocios del cártel local o de lo contrario lo matarían.
En un incidente posterior de usos múltiples en Aguililla, Michoacán, dos policías estaban despejando un control de carretera cuando, para su horror, un dron del cártel arrojó un explosivo junto a ellos y ambos resultaron heridos. El CJNG ha perpetrado principalmente estos incidentes con una participación limitada del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Los informes fragmentarios sobre los incidentes posteriores vinculados a las nuevas capacidades de bombardeo aéreo del cártel se validaron en el otoño de 2021 con base en la publicación de un video del cártel en el que se bombardeaba una estructura e imágenes relacionadas con las publicaciones en redes sociales de bombas explosivas improvisadas del cártel y las incautaciones del gobierno.
Los expertos señalan que los cárteles también están utilizando videos grabados por drones para propaganda y operaciones relacionadas, imágenes fijas y videos para transmitir sus narrativas entre sí, para la población del país y el gobierno federal durante décadas en sus publicaciones en las redes sociales.
“Este mensaje puede abordar tanto temas de patrocinio, como los relacionados con el bandolerismo social y los arquetipos de jefe benévolo (jefe de plaza), como los relacionados con el conflicto y la barbarie, incluido lo que puede considerarse la aplicación de tácticas de narcoterrorismo y abuso psicológico continuo”, refieren..
Aclaran que el uso de videos de drones de cárteles con fines propagandísticos es un evento relativamente reciente y actualmente sólo se enfoca en la provisión de supuesto bienestar social.
“Tal uso de videos de drones tuvo lugar en Tecalitlán, Jalisco en abril de 2020 en relación con la provisión de ayuda alimentaria Covid-19 a la población local por parte del CJNG. Al menos un evento del 22 de septiembre de 2021, en la que se publicó un video de bombardeo aéreo con drones del cártel con fines de propaganda y operaciones psicológicas, ya ha tenido lugar”, indican..
Los drones de reconocimiento y contrabando de narcóticos de cárteles han operado en condiciones nocturnas durante unos cinco o seis años, utilizando cámaras térmicas (infrarrojo con visión de futuro) para fines de navegación/vuelo visual y de inteligencia y vigilancia, explican Robert J Bunker y John P Sullivan.
El uso de baja visibilidad incluye la caída de un paquete de narcóticos cerca de San Luis, Arizona, en noviembre de 2015; otra caída cerca del puerto de entrada de San Ysidro en San Diego en agosto de 2017; uso de contravigilancia (“vigilancia” contra la trata de personas) en el puerto de entrada de Antelope Wells y también en Sunland Park, Nuevo México en abril de 2019; gotas de narcóticos en Yuma, Arizona en mayo y noviembre de 2020; y un ataque nocturno con drones armados contra policías en Aguililla, Michoacán, en abril de 2021.
Ambos expertos concluyen que se puede esperar la proliferación continua de drones aéreos por parte de actores no estatales, delincuentes y grupos armados criminales, ya que los sistemas aéreos no tripulados ofrecen una serie de beneficios tácticos y operativos. Brindan a estos actores una dimensión de maniobra aérea para las capacidades de contrabando, vigilancia y reconocimiento, y ahora la capacidad de apuntar a sus adversarios con municiones aéreas improvisadas y militares tanto en condiciones diurnas como nocturnas.
Las fuerzas policiales y militares se enfrentan a estas amenazas y necesitan desarrollar contramedidas; integrar en sus marcos legales doctrinas y capacitación para neutralizar las amenazas de los drones aéreos. Además, estos servicios de seguridad deben continuar monitoreando estas tendencias para detectar futuras innovaciones tecnológicas y tácticas.
En su análisis Drones y delincuencia organizada, la consultora IntelBrief | Strattia refiere que el uso de estos vehículos como armas, muestran retos y amenazas dentro de los conflictos asincrónicos en el país y el uso de drones. “Los grupos del crimen organizado, principalmente el CJNG, podrían escalar sus capacidades armamentísticas al tener entre sus filas “brigadas” de personal especializado en el uso de VANT”, aduce.
Ante esto, advierte de dos posibles escenarios que se vislumbran: El secuestro de ingenieros y/o estudiantes de ingeniería con capacidades para el manejo de drones y/o telecomunicaciones o incluso, contar con instructores especializados.
Ante esto, a través de fuentes abiertas, se ha podido identificar como “Operadores Droneros” a la unidad encargada de los VANT en el CJNG. Esta unidad estaría operando principalmente en Michoacán y Jalisco.
Estos escenarios, si bien no son nuevos -como se daba en el pasado para tareas de videovigilancia y telecomunicaciones así como el envío de personal a universidades para incrementar sus capacidades, pueden volverse a replicar.
La utilización de vehículos aéreos no tripulados, drones, gran parte de ellos comerciales, por parte de la delincuencia organizado no es un fenómeno reciente. Según datos de la consultora C/O Futures, el Cártel Jalisco Nueva Generación lleva usándolos desde al menos 2017.
El uso de los VANT no se limita a este grupo, sino que también se ha identificado su uso por parte del Cártel de Sinaloa, Cártel del Golfo y Cártel del Noreste, así como grupos de Autodefensas, confirma la consultora en seguridad nacional e inteligencia estratégica IntelBrief | Strattia.
Señala que en las pugnas entre grupos antagónicos de la delincuencia organizada, la utilización de los VANT se ha afianzado para tres fines: exploración, recolección de inteligencia y ataque. Sin embargo, también pueden ser usados para transportar pequeñas cantidades de drogas a lugares de difícil acceso (centros penitenciarios, por ejemplo).
Considera que la mayoría de los drones comerciales son ligeros y con costos relativamente bajos y, dependiendo del uso que se les dé, son las características que deben poseer.
Desde su uso para recolección de información (reconocimiento) e inteligencia, con los drones más pequeños, pero alta autonomía de batería, maniobrabilidad y resolución de cámara hasta los más grandes y con mayor capacidad de “carga”, para su adaptación como VANT de ataque.
Los drones más baratos y “caseros” pueden proveer información de inteligencia con un bajo costo/riesgo para sus usuarios. Asimismo, sus capacidades de reconocimiento son comúnmente utilizados para la identificación de objetivos y el direccionamiento de planes de ataque.
Drones más grandes, pero aún comerciales para su compra, pueden adaptarse para portar artefactos explosivos improvisados, capaz de tener impactos de precisión y efectos psicológicos.
Además del uso bélico, los VANTS se utilizan para ingresar a áreas remotas y/o controladas con mucho mayor facilidad que por sobre tierra o a través de una incursión con personal.
La adquisición de este tipo de artefactos no sólo se hace a través del comercio lícito a través de internet, si no que podrían darse eventos de robo de dispositivos como ya se ha reportado en el pasado.
Señala que el uso de los principios de los conflictos asimétricos, utilizados principalmente por grupos extremistas de Medio Oriente y guerrillas ha sido efectivamente manejado por el crimen organizado en México.
Ejemplo de esto ha sido la evolución de artefactos explosivos, pasando del uso de vehículos bomba a drones bomba kamikaze para ser detonados remotamente. La precisión en el objetivo se ha acotado significativamente.
Destaca que no cualquier persona puede elaborar dispositivos explosivos improvisados ni operar efectivamente drones, lo cual habla del nivel de sofisticación del personal y la creación de unidades especializadas por parte de la delincuencia organizada que representa nuevos retos a las autoridades en materia de seguridad.
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