Brooklyn, Nueva York. El gobierno de Estados Unidos, a través de la Fiscalía, señaló que el exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, Genaro García Luna, es culpable de conspirar con el Cártel de Sinaloa para introducir toneladas de cocaína a este país. Por ello, en su alegato final en el juicio que se entabló contra el “súper secretario” de Calderón en la Corte federal del Distrito Este de Brooklyn, la Fiscalía solicitó a los 12 miembros del jurado que determinen la culpabilidad del defendido en los cinco cargos que se le imputan:
La fiscal Saritha Komatireddy –especializada en casos internacionales de narcóticos y lavado de dinero– indicó que Genaro García Luna nunca imaginó que los más de 20 testigos se presentaran ante esa Corte y describieran las actividades presuntamente delictivas del acusado. Agregó: pero las cosas pasan y por primera vez en este juzgado se puede decidir que se trata de un caso de corrupción al más alto nivel en el gobierno mexicano [de Calderón, pero también de Fox].
Con el dedo, señaló hacia el lugar de García Luna e instó a los jurados que lo vieran: él es culpable, sentenció. La representante del gobierno federal estadunidense señaló que el defendido sabía que se estaba asociando en una organización criminal, el Cártel de Sinaloa.
Asimismo, indicó que el exfuncionario mexicano sí participó en la comisión de los delitos que se le imputan, pues por actuar u omitir hacerlo mediante diversas órdenes a sus subordinados, los crímenes sucedían. Uno de los ejemplos que puso fue la penetración y control que tuvo el Cártel de Sinaloa en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y recordó todas las pruebas al respecto, incluidas las declaraciones de los testigos cooperantes. Y recordó que hay consecuencias por las acciones.
La fiscal Komatireddy fue repasando cada una de las evidencias aportadas a lo largo de este juicio y destacó los detalles de los testimonios. Además, presentó la estructura de lo que podría denominarse el “cártel de García Luna” encabezada por el exfuncionario.
En el diagrama tipo pirámide se apreciaba en el primer peldaño al exsecretario calderonista; en el segundo, a Luis Cárdenas Palomino y a Ramón Pequeño; en el tercero, a Armando Espinosa de Benito, Facundo Rosas, Millán, Iván Reyes, Víctor Garay Cadena, Édgar Bayardo y Gómez Meza; y en el cuarto y último peldaño a Vigueras, Fidel, Jorge, Guillermo Báez, Eloy y Víctor Hugo García.
Asimismo, se centró en las coincidencias que revelan el nivel de corrupción al que presuntamente llegó García Luna:
-Los pagos del Cártel de Sinaloa a él y a sus subordinados, en especial a Luis Cárdenas Palomino.
-Las diferentes evidencias y testimonios de que García Luna trabajaba para el Cártel y hasta se le llamaba por la palabra compa, de compañero. Con lo que se comprobaría que al interior del grupo criminal se le veía como a un igual.
-La guerra entre el Cártel de Sinaloa y grupos Antagónicos como Los Zetas y el Golfo, en la que el gobierno habría participado en defensa de la primera de estas dos organizaciones criminales
-El uso de información del gobierno mexicano para eliminar a los enemigos del Cártel de Sinaloa [en este punto, profundizó sobre las pruebas como por ejemplo los operativos conjuntos entre la Policía Federal y el grupo criminal de Joaquín Guzmán Loera, alias Chapo, para detener o abatir a líderes de las otras agrupaciones; la entrega a los narcotraficantes de credenciales de identificación y uniformes de corporaciones federales).
-El miedo de los testigos a declarar contra García Luna, por el enorme poder que éste había acumulado y que mantenía aún después de 2012. En ese sentido, recordó que las cárceles federales de México estaban bajo la custodia del exsecretario de Seguridad Pública, lo que era una amenaza real contra la vida de detenidos en conflicto con García Luna.
-En el periodo de 2000 a 2006, indicó la fiscal, la AFI –a cargo entonces de García Luna– colaboró con la violencia, entre otros.
Luego de que la defensa presentara su propio alegato final, en voz del abogado César de Castro y en el que se anotó que no había evidencias de la corrupción de García Luna porque no se presentaron videos, fotografías, documentos ni dinero, y buscar descalificar los testimonios de los testigos cooperantes mediante el argumento de que ellos son los verdaderos criminales; la fiscal Erin Reid volvió a defender las pruebas de la Fiscalía.
Ella criticó que la defensa presenta a García Luna como la persona más desafortunada del mundo por ser víctima de una persecución del gobierno estadunidense y sus agencias. Asimismo, añadió que si bien la evidencia en este caso es chocante por tratarse de criminales confesos, hay cosas muy claras, como el hecho de que la Fiscalía sí presentó testigos y que en una conspiración de esta magnitud se debe sopesar a quién se le debe creer, pues ambos polos recurrían a la violencia y mataban.
Además, indicó que señalar que no hay fotografías o videos es una distracción, pues este es un caso de corrupción al más alto nivel del gobierno de México y ésta ocurre en secreto. Y cerró diciendo que está en manos de los 12 jurados declarar culpable al exsecretario de Calderón.
A lo largo de esta última intervención, García Luna –traje negro, camisa blanca, corbata gris– movía la cabeza en señal de negativa, alzaba las cejas, se movía en su asiento. Por primera vez en estos tres días de la semana de cierre se le vio descolocado, enojado, haciendo gestos y viendo hacia el reloj que cuelga en la sala.
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