En Guerrero se desarrollaron de 1959 a 1975 varias organizaciones armadas. Las más importantes fueron: la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) de Genaro Vázquez Rojas, el Partido de los Pobres (PDLP) de Lucio Cabañas Barrientos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR). En esta entrega sólo se aborda la de la ACNR.
“Durante los años 60, Genaro Vázquez y Lucio Cabañas se erigieron como líderes de las causas populares en Guerrero, contra lo que consideraban como anomalías gubernamentales y del cacicazgo regional, y las revueltas y alzamientos, ya civiles ya armados, han sido un rasgo que ha caracterizado el desarrollo político de la entidad”, afirman documentos confidenciales de inteligencia naval.
El documento La guerrilla en Guerrero señala que, desde su creación como estado en 1849, hasta 1968, de los 33 gobernadores registrados en la historia de la entidad, sólo tres logran concluir su mandato: Rafael Catalán Calvo (1939-1945), Baltasar Leyva Mancilla (1945-1951), y Raymundo Abarca Alarcón (1962-1968). El resto se distribuía entre gobernadores electos, interinos y provisionales.
En 1959, las uniones agrarias de Guerrero, integradas por copreros, cafeticultores, ajonjolineros y trabajadores de la palma se fusionaron para formar, bajo la dirección de Genaro Vázquez, la Asociación Cívica Guerrerense (ACG), cuyas primeras acciones se orientaron a protestar contra los bajos precios impuestos por las compañías norteamericanas a través de los intermediarios locales a las materias primas de la región.
La Asociación Cívica Guerrerense adquirió fuerza en la medida en que logró participar del liderazgo de una movilización popular que debilitaba desde abajo al equipo gobernante local y se habría de avocar a la movilización para la destitución del gobernador Raúl Caballero Aburto.
Los cívicos buscaban la participación del magisterio guerrerense, empleados, estudiantes, comerciantes y ganaderos en pequeño; su carácter era heterogéneo y multiclasista bajo el objetivo de constituirse en un núcleo en torno al cual pudieran participar aquellos sectores de la entidad dispuestos a emprender una lucha a fondo contra los malos gobernantes y el cacicazgo regional.
Esta organización se caracterizó por su discurso antigobiernista y por participar en la gestión de demandas y necesidades de campesinos. En su ideario destacó el replanteamiento de un movimiento de masas, dentro del cual el campesinado jugaría un papel de columna vertebral y a partir de él aglutinar otros sectores como el magisterio y el estudiantado universitario cuyos miembros en su mayoría tenían relación con familias campesinas u obreras.
Combinó diversos métodos y gestionó soluciones a problemas de las organizaciones campesinas. Propagó como recurso ante la violación sistemática de los derechos de asociación y manifestación de ideas, la formación de comités clandestinos para repeler las agresiones de las guardias blancas y de las corporaciones policiacas.
Desde el primer semestre de 1960 comenzó a manifestarse una ola de denuncias que partían de los más diversos sectores y lugares a través de la publicación de artículos en la prensa nacional. Estaban dirigidas contra el gobernador Caballero Aburto a cuyo régimen se acusaba de corrupción, arbitrariedades, homicidios, robos, despojos, y enriquecimiento ilícito.
Entre mayo y junio de ese año, quedó constituido el Comité Cívico Guerrerense con la participación de dirigentes regionales del Partido Comunista Mexicano (PCM), del Partido Popular Socialista (PPS), militantes del PRI, miembros de asociaciones de pequeños comerciantes e incluso de ministros del Poder Judicial local y diversas organizaciones políticas, sindicales, docentes y estudiantiles.
Los cívicos se hicieron eco del clima de descontento popular, de comerciantes y productores agrícolas, la mayoría de los cuales pertenecía a la ACG; desarrolló una de las más grandes campañas de desprestigio en contra de gobernador, abanderando la consigna de desaparición de poderes.
Prácticamente todas las agrupaciones sociales locales intervinieron en el movimiento contra el gobierno de Caballero, aunque la columna vertebral la constituyó la ACG como Consejo Coordinador del Pueblo de Guerrero, encargado de coordinar el movimiento integrado por 35 organizaciones.
Entre ellas, asociaciones de ganaderos, agricultores, charros, copreros, cafeticultores, la Cámara de Comercio, el ayuntamiento de Chilpancingo, la delegación agraria de Colonización, el Frente Democrático, el Frente Zapatista, el Frente Cívico de Ayotzinapa, la Federación de Pequeños Comerciantes, mecánicos, choferes, la sección 14 del SNTE, y los barrios de San Francisco, Santa Cruz, San Mateo y San Antonio de Chilpancingo. Así como catedráticos de la Universidad Autónoma de Guerrero, trabajadores al servicio del Estado, electricistas, la Sociedad de Padres de Familia de la Universidad y el sindicato de trabajadores de la industria cinematográfica de Chilpancingo, la unión de permisionarios de taxis y presidentes de barrios y colonias.
Con ellos se creó el Programa de Acción Revolucionaria sustentado por el Consejo Coordinador de Organizaciones del Pueblo de Guerrero, cuyo pliego reivindicatorio exigía la desaparición de poderes en la entidad, la aplicación de la Ley de Responsabilidad al gobernador, y la eliminación de latifundios, así como la integración de un nuevo gobierno.
Bajo la orientación de este programa, Genaro Vázquez Rojas y Blas Vergara recorrieron el estado alentando entre la población inconforme la lucha por la destitución del gobernador; y la ACG se convirtió en garante de las demandas y aspiraciones de la población de carácter democrático, reivindicaciones tales como la lucha por la propiedad de la tierra y créditos para los campesinos, democracia e independencia sindicales y libertades políticas.
El 25 de octubre hizo su aparición el Comité Cívico Guerrerense (CCG) que, a la cabeza de un contingente popular, se instaló frente al Palacio de Gobierno y organizó un mitin permanente en donde denunció a las arbitrariedades cometidas por el gobernador y demandó la desaparición de poderes.
Caballero Aburto fue expulsado de la capital, trató de instalarse en Taxco y Acapulco, de donde por igual fue repudiado por tumultuosas manifestaciones públicas que eran reprimidas por la policía, mientras el Ejército patrullaba las calles de la capital.
El conflicto se extendió a todo el estado, grupos de estudiantes y miembros de asociaciones políticas de oposición formaron brigadas de agitación que iniciaron un recorrido por las diferentes regiones, donde organizaron comités cívicos locales, y se fueron integrando al movimiento estudiantil grupos populares, empleados del servicio de gobierno del estado y federales, comerciantes, campesinos.
Paulatinamente la ACG fue asumiendo el liderazgo del movimiento y las asociaciones guerrerenses presentaron ante la Cámara de Senadores y de diputados local un documento de denuncia de las arbitrariedades cometidas por el gobernador sin que se obtuviera respuesta favorable.
En un clima de creciente tensión, el 25 de noviembre de 1960 el Ejército disolvió la Asamblea Popular Permanente y sitió la Universidad, lo cual agravó el problema y provocó la incorporación de nuevos grupos al movimiento popular.
Para el 30 de diciembre de 1960, el Ejército volvió a intervenir en Chilpancingo, dispersó la Asamblea Popular, desalojó la Universidad y encarceló a dirigentes y participantes del movimiento en prevención de manifestaciones de respuesta armada. El gobierno federal envió militares y reforzó las principales poblaciones del estado, y el 31 de diciembre el gobierno federal declaró desaparición de poderes. El 5 de enero de 1961 se registró la dimisión de Caballero Aburto y Arturo Martínez Adame fue designado gobernador interino del estado.
Bajo el mando del nuevo gobernador, fueron puestos en libertad los prisioneros políticos, cesó el control militar sobre Chilpancingo y Atoyac y se dio marcha atrás a la persecución del movimiento cívico estudiantil, que fue aislado y desmembrado y sus líderes congelados en tanto siguieran dirigiendo organizaciones antigubernamentales.
Los cívicos, a diferencia de otros grupos y organizaciones, conservaron su prestigio ante la población y continuaron su lucha, fortalecidos como resultado de 2 meses de lucha, tomaron presidencias municipales y constituyeron gobiernos populares de coalición.
La Coalición de Fuerzas Populares (CFP), constituida por cívicos, priístas, socialistas y comunistas estuvo integrada por Jesús Araujo Hernández, Genaro Vázquez Rojas, Eulalio Alfaro, Abel Estrada, Pablo Sandoval Cruz, Julia Escobar, Gildardo Valenzo Miranda y Constantino Flores Peña, así como representantes de organizaciones políticas, sociales, populares, estudiantiles, municipales y estatales.
La nueva agrupación tuvo actividades en Chilpancingo, al tratar asuntos de incumbencia del Ejecutivo estatal y se convirtió en un factor de poder con el que el gobierno interino tenía que negociar para reconstituir la maquinaria política y administrativa del estado.
Genaro Vázquez Rojas publicó un programa de trabajo que consideraba los tópicos de tierras, créditos, carreteras, agua potable, clínicas, escuelas, fuentes de trabajo, electricidad y justicia para el pueblo de Guerrero. Sin embargo, luego de una campaña de desprestigio contra este dirigente se le desconoció como líder popular y rechazaron sus gestiones ante el gobierno y fue objeto de persecución.
La CFP entró en descomposición al fortalecerse el nuevo equipo gobernante y al integrar a las tareas políticas y administrativas a dirigentes y militantes de la ACG cuyas tareas eran mediatizadas o saboteadas y al dar solución a algunas de las demandas.
El último bastión cívico, los ayuntamientos populares, se desconocieron y, ante el proceso de exclusión creciente la Asociación Cívica Guerrerense intentó realimentar su fuerza estableciendo relaciones con otros grupos y fuerzas políticas que vivían una situación similar a la suya.
Así, en marzo de 1961 la Asociación Cívica Guerrerense participa en la conferencia Latinoamericana por la soberanía nacional, la emancipación económica y la paz, promovida por el general Lázaro Cárdenas y que sería el antecedente del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), constituido el 4 de agosto de 1961.
Asociación Cívica Nacional Revolucionaria
En agosto de 1964 la ACG publicó en Iguala un manifiesto en el que planteó el modelo de organización y el camino hacia la ilegalidad y con su discurso radical hablaba de la formación de comités de lucha clandestinos en número no mayor de siete ni menor de tres elementos. Desde ellos, se realizaría el trabajo de propaganda, agitación, organización y dirección del pueblo desde la clandestinidad para asegurar la continuidad de la lucha popular.
Como respuesta, en noviembre de 1966 Genaro Vázquez Rojas fue aprehendido en la Ciudad de México y trasladado a la cárcel de Iguala, un comando armado se encargaría de su excarcelación el 22 de abril de 1968.
En este mismo mes en Chilpancingo la línea la Liga Agraria Revolucionaria del Sur Emiliano Zapata, La Unión Libre de Asociaciones Copreras y la Asociación de Cafeticultores Independientes, así como las colonias 5 de Febrero y Villa de Guadalupe de Iguala acordaron expedir el programa de lucha sustentado en siete puntos, en el cual la ACG denunció la situación de explotación, exclusión y violencia sufrida por la clase popular de Guerrero.
Este documento pasaría a ser la bandera de lucha de la Asociación Cívica Nacional Guerrerense (ACNG) y después de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria. Los organismos que siguen este documento programático acuerdan integrarse a una agrupación de carácter amplio, el Consejo de Autodefensa del Pueblo que se encargaría de coordinar las tareas de lucha.
Entre los siete puntos dados a conocer en abril del 1966 destacan la libertad política, la salida de los caciques del gobierno, el advenimiento de un régimen popular de obreros, campesinos, intelectuales y estudiantes, la implantación de libertades democráticas conculcadas por el régimen, la planificación científica de la economía, el rescate de la riqueza minera en manos de empresas de Estados Unidos.
Después de la liberación de Genaro Vázquez se procedería a la reorganización de la ACG en varios frentes, cuyo objetivo principal sería allanar el camino del incipiente movimiento guerrillero y preparar las bases urbanas y campesinas que ayudaran a los hombres de la montaña. Sin embargo, no llegó a realizarse, ya que el 27 de abril de 1966 fue asesinado Pedro Cortés Bustos, militante de la ACG en San Luis Acatlán; y fueron aprehendidos José Bracho Campos Antonio Sotelo Pérez, Filiberto Solís Morales, Abelardo Martínez Figueroa, Fausto Ávila, Pedro Contreras y Linda Arzate.
El 22 de agosto de 1967, desde el presidio, Genaro Vázquez envió a la ACG un documento donde esboza los puntos fundamentales de su programa y estrategia, denominado Lineamientos Programáticos de la ACG, que se convierte en uno de los más importantes de la todavía Asociación Cívica Guerrerense.
Este documento alude a la explotación de las clases trabajadoras por la burguesía, delinea una estrategia de liberación nacional por medio de una revolución democrática que condujera al socialismo a través del levantamiento del pueblo, y propone para ello la instrumentación de la guerrilla urbana y rural como fundamento estratégico y programático de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.
Destaca el derrocamiento de la oligarquía de grandes capitalistas y terratenientes proimperialistas gobernantes, establecimiento de un gobierno de coalición compuesto por obreros, campesinos, estudiantes e intelectuales, lograr la plena independencia política y económica de México, la instauración de un orden social nuevo en beneficio de las mayorías trabajadoras del país. En suma, llegar a la Revolución Democrática.
Para Genaro Vázquez, la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria es el órgano y el programa de los cuatro puntos los planteamientos políticos que coordinan nuestros esfuerzos a nivel nacional los comandos armados de liberación que forman parte de la estructura de la ACNR.
La estrategia que aplica la ACNR a través de sus tres comandos armados de Liberación Nacional, denominados: General Juan Álvarez, general Emiliano Zapata y general Vicente Guerrero, responde a la consigna de “contestar a la violencia gubernamental con la violencia revolucionaria”.
Después de trazar el programa de los cuatro puntos, sustento político de la ACNR, Genaro Vázquez describe el porqué de la guerra de guerrillas, como “la expresión más clara de la determinación y el desarrollo de la decisión revolucionaria y el método eficiente para obtener la liberación y el bienestar de los mexicanos”.
Así en los primeros días de octubre, el carácter democrático popular de corte regionalista, que fuera el rasgo distintivo de la ACG, se sustituye por el de la revolución y la Liberación Nacional y de esta manera es sustituida por la ACNG y reemplazada por la ACNR, cuya vida va de 1968 a 1969, periodo en el que, según Genaro Vázquez habría de sentar las bases y asegurar la subsistencia del movimiento guerrillero en Guerrero, para luego proyectar las acciones armadas a escala nacional y lograr la coordinación con otros grupos
La convocatoria de lucha armada de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria comenzó a tener eco sobre todo después de la masacre del 2 de octubre de 1968, la represión el encarcelamiento y la persecución de agrupaciones de izquierda que habían participado en el movimiento, obligaron a diversos militantes y dirigentes a refugiarse en la clandestinidad e iniciar la formación de grupos armados.
A partir de 1969 se inician las primeras acciones en diferentes partes del país y también los primeros enfrentamientos y desmembramientos de grupos aislados que intentan desencadenar la lucha armada.
Algunas buscan el contacto con la Asociación Cívica guerrerense, el 9 de julio de 1969 se reúne la dirección político militar y define sus principales orientaciones, ya como movimiento armado, entre ellas, se plantea la formación del centro insurreccional y de su núcleo de combate armado de tipo móvil para lo cual era necesario seguir la línea general revolucionaria para la lucha de liberación nacional y por el socialismo en México.
Así mismo se planteaba la necesidad del debate político entre los combatientes, la conformación de un órgano informativo desde el cual se pudieran contestar ataques de la oligarquía gobernante contra el movimiento revolucionario, y se crea un estilo de trabajo revolucionario que condujera la lucha política clandestina.
A partir de 1971, la ACNR se coloca en primera línea de la escena nacional luego de una serie de comunicados publicados en la revista, Por qué?, en la cual por primera vez Genaro Vázquez firma por la Dirección Político Militar Central de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria.
En ese año, el Ejército y la policía tendieron un cerco en torno a la ACNR que se estrechaba cada vez más y los comandos de la organización, impedidos por la persecución y la intensificación de las campañas antiguerrilleras, decidieron deambular a lo largo de la zona montañosa de Guerrero y Michoacán y viajar a Morelos y el Estado de México lejos de sus dos campamentos.
Al grupo armado sobre todo a Genaro Vázquez, José Bracho y otros dirigentes se les impuso un ritmo intenso de sobrevivencia y movimientos constantes que los obligaban a cambiar de sitio todos los días, sin su retaguardia política y sin su base popular estratégica organizada, durante más de dos meses.
Sin embargo, en la Denuncia guerrillera, el último documento escrito por Genaro Vázquez del primero de febrero de 1972, dirigido a refutar las calumnias de los oportunistas Heberto Castillo y Víctor Rico Galán, establecía que solamente podían hablar de democracia aquellos que se plegaran a la lucha guerrillera, y sobre todo, fusil en mano.
Los guerrilleros salen de la sierra hacia las ciudades con el objetivo de garantizar su sobrevivencia y en una de estas salidas muere Genaro Vázquez el 2 de febrero de 1972, de acuerdo con el testimonio de Salvador Flores Bello, militante de la ACNR.
La caída de Genaro Vázquez constituyó la derrota definitiva de la ACNR desvertebrándose los tres comités armados de liberación a mediados de 1972 los militantes de la ACNR que se encontraban en libertad intentaron un secuestro en el estado de Oaxaca con el objetivo de lograr la liberación de sus dirigentes detenidos. Sin embargo, el comando grupo encargado de realizar la acción fue localizado por la policía y detenido en septiembre de ese año.
Los intentos de reconstruir el movimiento hacia mediados de 1973, fue impedido tras la captura del último grupo de militantes, con lo que la ACNR desaparece como opción armada en Guerrero.
Los pocos cuadros y simpatizantes a nivel local que quedaron libres reorganizan la ACNR en 1981, ya como una organización abierta y una parte de esta se unió a la formación del Partido de la Revolución Democrática en 1989. (Con información de Zósimo Camacho)
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