Un cadáver que probablemente corresponde a José Noriel Portillo Gil, el Chueco, jefe de plaza del Cártel de Sinaloa en la Sierra Tarahumara, Chihuahua, fue hallado con el tiro de gracia. El sujeto era buscado como el autor del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Urique, municipio del mismo estado. El hallazgo ocurrió en el paraje serrano Entronque de la Viuda, de Choix, Sinaloa.
Diana Carolina Portillo Gil reconoció el cuerpo como el de su hermano, José Noriel. Sin embargo, el fiscal general de Justicia de Chihuahua, César Jáuregui Moreno, estableció que se confirmará la identidad hasta que se tenga el dictamen y sustento científico (ADN).
Explicó que el cuerpo fue hallado el martes 21 de marzo a las 20:00 horas, sin dar detalles de las circunstancias de modo, tiempo y lugar. Indicó que la muerte del Chueco pudo haber ocurrido 24 horas antes del hallazgo, pues exhibía sangre seca y rigor mortis (dureza de músculos).
Junto al cadáver se encontraron 16 casquillos percutidos. Tan pronto se hizo el levantamiento, el cuerpo se puso a disposición del Ministerio Público y se le condujo a la funeraria Moreh –custodiada por personal militar– en Los Mochis, Sinaloa, debido a que en esta ciudad no hay Servicio Médico Forense.
Este miércoles, el cadáver llegó a Los Mochis, Sinaloa. Personal especializado de las fiscalías de Sinaloa y Chihuahua, así como de Inteligencia Militar, le practican pruebas para confirmar la identidad con testimonios directos (familiares) y genéticas de ADN.
El funcionario añadió que desde hace meses la fiscalía de Chihuahua y personal de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina seguían al Chueco y lograron cercarlo. Durante las investigaciones se detuvo a 32 integrantes de su banda.
Al Chueco se le imputan varias ejecuciones de sujetos antagónicos a la célula criminal Gente Nueva, del Cártel de Sinaloa, y la ejecución de Javier Campos y Joaquín Mora, sacerdotes jesuitas. También, del guía de turistas Pedro Palma y un joven beisbolista. Los asesinatos ocurrieron el pasado 20 de junio en el municipio Urique, Chihuahua.
El ataque contra los sacerdotes jesuitas se consumó en la parroquia San Francisco Javier, del poblado de Cerocahui. Estos hechos desataron un operativo con integrantes del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Armada de México y otras corporaciones federales y estatales.
Por el Chueco se ofrecía una recompensa de hasta 5 millones de pesos para quien ofreciera información de su paradero.
José Noriel Portillo se movía en la Región de San Rafael, Cerocahui, Urique y Témoris, Chihuahua y en la zona serrana de Sinaloa, Sonora.
A El Chueco se le imputa asimismo la muerte del profesor estadunidense Patrick Braxton, asesinado en la Sierra de Chihuahua en 2018.
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