A lo largo de la historia de la humanidad, desde siempre ha habido una batalla por la conquista de la mente y el corazón de las masas. Esto está directamente relacionado con las cuestiones del ejercicio del poder y la conquista de la lealtad y la confianza de la gente.
Igualmente, es algo que no se puede ver desvinculado de los conflictos y las guerras. En todo caso, si bien los objetivos en uno u otro caso pueden haber sido diferentes, hay una herramienta universal que se utiliza tanto para la tecnología electoral como para otras formas de manipulación política, y claro está, para lograr la victoria en guerras y batallas.
Esta es, en esencia, una combinación de astucia, engaño, desinformación y relatos, que han encontrado espacio en las operaciones psicológicas y de información. Como regla general, el blanco de tales operaciones es la conciencia humana. Dependiendo del objetivo, puede ser un pueblo o un grupo específico de personas, como por ejemplo, los militares o los decisores políticos.
En la historia encontramos cómo en los últimos 200 años varios Estados de Occidente, principalmente Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia han perfeccionado sus habilidades para llevar a cabo operaciones de propaganda y desinformación dirigidas tanto a sus propios ciudadanos como a la conciencia del enemigo.
Con la aparición de los periódicos y las revistas, la propaganda política tomó diferentes formas: ensayos, noticias, caricaturas, manifiestos y convocatorias abiertas. Durante los conflictos militares, se utilizaron folletos, pasquines y agitadores que eran enviados para influir sobre la conciencia del contrincante. El espíritu patriótico se promovió y divulgó a través de la industria del entretenimiento: primero los teatros y más tarde la radio y el cine.
Los líderes de los países occidentales se han manifestado abiertamente sobre la importancia de la conquista de la mente y el corazón de las personas, mientras que a menudo emplean métodos claramente antidemocráticos para conseguirlo. La aparición de nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) fortaleció considerablemente la actividad de los servicios a cargo de las operaciones de información y psicología, independientemente de su pertenencia a algunos de los poderes, civil o militar.
A su vez, esto llevó a la aparición de nuevos términos como: “Guerra de la Información”, “Guerra de Redes”, “Guerra Cognitiva”, “Guerra por otros medios”, etc. El último de estos conceptos en aparecer es el de la “Guerra Tik – Tok”, que debutó en el cíberespacio gracias a la oleada y al uso desmedido de esta herramienta por los servicios secretos occidentales pro-ucranianos para manipular a la gente sobre lo que ocurre en Ucrania.
Pero eso no es nuevo. Ya en el siglo pasado Edward Berneis, sobrino de Sigmund Freud, hizo una contribución significativa al campo de la tecnología del predominio psicológico en los Estados Unidos, cuando utilizó las ideas psicoanalíticas de su tío junto con otras técnicas de manipulación y control de las masas.
Gracias a lo anterior, Berneis ha sido miembro de relaciones públicas de varias compañías, que van desde “The Procter & Gamble Company” y” General Motors” hasta “American Tobacco Company” y “General Electric”. Para referirse a la construcción artificial de la opinión pública, introdujo el término “ingeniería de consentimiento”. Igualmente fue gracias a Berneis, que el concepto de relaciones públicas se hizo ampliamente conocido, ya que lo propuso para reemplazar el de “propaganda”. Él creía que, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial, esa palabra había sido muy desacreditada por la Alemania nazi.
Otro autor clave en los Estados Unidos fue el sociólogo y periodista Walter Lippman, que ha publicado los libros: Opinión Pública y Sociedad Fantasma. Es importante señalar que Lippman tuvo acceso a los más altos círculos del poder estadounidense, al que le fue orgánico como coautor de la convención sobre la creación de la “Sociedad de las Naciones”. También introdujo el término “estereotipo” y desarrolló en detalle el concepto de “Guerra Fría”.
El cine de Hollywood también ha contribuido a la manipulación de la conciencia pública. El surgimiento mismo de esta industria cinematográfica se debió a la necesidad de cubrir a las masas con una tupida red de materiales de entretenimiento, ya que para los pobres de los Estados Unidos, los teatros eran un lugar de ocio demasiado caros.
La gran depresión impulsó el surgimiento de un nuevo género especial de superhéroes, los que debían servir como una suerte de consuelo y compensación ante la adversidad social y el crimen desenfrenado. Si las cosas iban muy mal en la vida real, entonces había que dar a las masas una buena píldora de ilusiones para que no perdieran las esperanzas en el futuro.
La historieta “SteamboatWillie”, con Mickey Mouse de protagonista, llegó a las pantallas en el propio 1929, convirtiéndose en una especie de símbolo del optimismo y la diligencia. Del mismo modo otra historieta “Los tres cerditos”, que vio la luz en 1933, tenía una clara connotación con lo relativo a la superación de las adversidades y los problemas que se asociaban con “el lobo”. Los jóvenes pobres y las niñas, de repente, lograron milagrosamente el triunfo y se convirtieron en símbolos de éxito y fe en las posibilidades ilimitadas de cualquier estadounidense común en las imágenes producidas por Hollywood.
Aunque no todos intentaron imitarlos en la práctica, casi todos comenzaron a creer que esta es una especie de norma para Estados Unidos. Este enfoque se justificó, e incluso, trajo buenos beneficios a los estudios de animación y a las compañías cinematográficas, por lo que en lo adelante tales héroes comenzaron a aparecer cada vez más en los cómics y en las pantallas. Como colofón, Superman llegó al público al final de la gran depresión, en 1938, y rápidamente se hizo muy popular, aunque había sido creado en 1933 por los autores Jerry Siegel y JoeSchuster, pero en ese momento no habían podido encontrar quien se hiciese cargo de la producción de la historieta. Un año después la Gran Depresión había terminado, pero pronto comenzó la Segunda Guerra Mundial y los métodos de propaganda necesitaron ser ajustados. Expertos muy versados en las técnicas de manipulación, incluidos sus propios ciudadanos, se alistaron entonces para trabajar en las nuevas tareas.
Para el despliegue en el exterior de la influencia estadounidense antes de la Segunda Guerra Mundial, oficialmente no se hizo mucho desde los círculos de poder de Estados Unidos. El presidente Woodrow Wilson creó el “Comité de Información Pública” en abril de 1917, en plena Primera Guerra Mundial, quesolo duró hasta agosto de 1919. Pero en 1921 fue creado el Consejo de Relaciones Exteriores, que fue mucho más activo en la defensa de las empresas a partir del accionar de los grupos de interés.
Entre los fundadores de este consejo, junto con aproximadamente 150 científicos, se encontraban el antes mencionado Walter Lippman, así como el asesor del presidente Wilson, el coronel Edward House. Para finales de los años 30, la Junta del consejo comenzó a apoyar los capitales de los magnates Ford y Rockefeller y durante la Segunda Guerra Mundial experimentó un crecimiento considerable, gracias a las actividades específicas del grupo para el estudio de la guerra y la paz, y una de las direcciones en esta estructura estuvo dirigida por el tristemente célebre Allen Dulles.
Aparte de la articulación de una amplia red de comités en muchas ciudades de los Estados Unidos, el Consejo de Relaciones Exteriores incorporó a numerosos funcionarios y más tarde, comenzó a abrir sucursales en el extranjero, que fueron sus oídos y ojos y cumplían una triple función, se encargaban de recopilar la información necesaria, distribuían su propio contenido a través de organizaciones y medios de comunicación controlados y relacionados y reclutaban al personal necesario para su trabajo.
En las fuerzas armadas de los Estados Unidos, en 1942, apareció una oficina independiente de servicios estratégicos, que fue creada sobre la base del Comité de Jefes de Estado Mayor, pero que en 1947 fue reemplazada por la recién creada Agencia Central de Inteligencia (CIA). Paralelamente funcionó la oficina de información militar, que existió desde junio de 1942 hasta septiembre de 1945.
En 1948 fue creada la Corporación RAND, cuya tarea era la planificación militar basada en la investigación y el uso intensivo de la ciencia y las tecnologías. Inicialmente fue desplegada en el sitio que ocupaba la Douglas Aircraft Company, en Santa Mónica, California, que lanzó el proyecto en octubre de 1945, pero luego RAND se convirtió en una organización independiente y sin fines de lucro.
Para 1946, poco antes de su escisión como una organización independiente, se completó el primer proyecto dedicado a la creación de un satélite espacial, y en 1948, John von Neumann comenzó a trabajar en una computadora para analizar y procesar información de una manera más eficiente. En 1950, se lanzó un proyecto de investigación sobre la Unión Soviética: el primer trabajo fue el informe de NathanLeites: “The Operational Code of the Politburo”. En 1957 se lanzó una investigación en el campo de la inteligencia artificial y en 1962, Paul Baran, trabajó sobre un nuevo tipo de comunicación que se basaba en paquetes de datos independientes e interconectados y que se convirtió en la base de Internet de hoy.
En general, muchos de sus estudios han sido considerados exclusivos y prometedores. Los analistas de RAND detectaron problemas en su etapa inicial y trataron de encontrar soluciones para ellos. A menudo, estas recomendaciones luego sirvieron a la praxis política. Por ejemplo, un estudio especial sobre el tema de la homosexualidad en las fuerzas armadas de los Estados Unidos fue desarrollado por la RAND en 1993 y las conclusiones sugirieron la necesidad de combatir la discriminación contra los homosexuales en las fuerzas armadas estadounidenses, para lo cual se adoptaron enmiendas legales y se ajustaron las políticas sociales dentro de los Estados Unidos en general.
Se podría señalar, que desde 1991, cuando ya no fue necesario estudiar el comportamiento de los líderes soviéticos y el curso político de la URSS, la RAND se “reorientó” y se centró parcialmente en otras cuestiones globales como la propagación de enfermedades y el tráfico de drogas, el hambre en los países pobres, entre otros.
Un proyecto hermano de los de la RAND se articuló en la oficina de proyectos de investigación avanzada del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, DARPA, creada en respuesta al lanzamiento del primer satélite artificial de la tierra por la Unión Soviética en octubre de 1957. La Agencia cuenta ahora con siete departamentos que se ocupan de la adaptación tecnológica: Ciencias de la Defensa; Innovación de la Información (el objetivo es lograr la ventaja tecnológica de los Estados Unidos en todos los ámbitos); Tecnologías de Microsistemas como chips, Fotónica y micro materiales; Tecnología Estratégica; Tecnología Táctica y Biotecnología. En cierto sentido, algunos de todos estos programas están interrelacionados.
Durante sus muchos años de existencia, la agencia ha implementado muchos programas y productos relacionados con la manipulación de la conciencia humana, por ejemplo, en el apoyo informativo a las operaciones militares.
El centro “Belfer” para la ciencia y los asuntos internacionales de la Universidad de Harvard, es otra herramienta importante para analizar y tomar decisiones en la política exterior de los Estados Unidos. En este momento, el director del centroBelfer es el ex Secretario de Defensa de los Estados Unidos Ash Carter. Una de sus colaboradoras, Kelly Greenhill, publicó un estudio sobre cómo usar los flujos migratorios como un arma de guerra. Dado que su primera publicación sobre el tema data de 2008, se puede suponer que en el futuro esta técnica se adaptó y se aplicó para crear una situación de crisis con los migrantes en Europa. En el centro Belfer hay un grupo especial para Rusia y se están llevando a cabo estudios sobre los países de América Latina.
De los otros ThinkTanks, sobresale por derecho propio el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, que se ocupa de la estrategia, la geopolítica, la planificación política, la tecnología, la ciberseguridad, la defensa, la economía y la energía. En el personal del centro, alrededor de cien expertos, también participa personal externo de manera aleatoria.
La Fundación Carnegie para la Paz Internacional, la Fundación Rockefeller, son de los ThinkTanks más antiguos que promueven activamente su agenda, incluso, a través de la creación de contenido mediático y el empleo de una amplia agentura residente. La Fundación Nacional para la Democracia (NED), está estrechamente relacionada con el Departamento de Estado de los Estados Unidos y ha intervenido en los asuntos internos de otros países.
En junio de 2021, como resultado del trabajo investigativo de este centro, se publicó otro estudio sobre el tema de las guerras cognitivas, en el cual se señala que: “…la guerra cognitiva es un enfoque de armas combinadas que articula las capacidades de combate no cinéticas de la ingeniería cibernética y de la información psicológica y social para ganar sin necesidad de recurrir a la lucha física. Este es un nuevo tipo de guerra, definido como el uso de la opinión pública por actores externos como un arma. Esto se hace con el propósito de influir y/o desestabilizar a la nación agredida. Estos ataques se pueden representar como una matriz: abarcando a pocos y a muchos; afectando pensamientos y acciones y los objetivos por afectar van desde la población en general hasta las medidas individuales; entre comunidades y/u organizaciones. Los ataques tienen como objetivo cambiar o fortalecer los pensamientos. La forma en que se lleva a cabo es diferente de las áreas más tradicionales de la guerra. La guerra de la información intenta controlar lo que ve el público objetivo, la guerra psicológica controla lo que siente el público objetivo, la guerra cibernética intenta interrumpir las capacidades tecnológicas de los países objetivo, mientras que la guerra cognitiva se centra en controlar cómo piensa y reacciona el público objetivo…”.
En marzo de 2022, el centro publicó los materiales de su simposio sobre la guerra cognitiva, que se celebró en Burdeos (Francia) en junio de 2021.
La guerra cognitiva es una forma no convencional de guerra que utiliza herramientas cibernéticas para alterar los procesos cognitivos del oponente, el uso de sesgos mentales o el pensamiento reflexivo, y también provoca distorsiones en el pensamiento, afecta la toma de decisiones e impide acciones con consecuencias negativas para el agresor, tanto a nivel individual como colectivo.
Esto, obviamente, se deriva del concepto de guerra cibernética, que utiliza herramientas de información digital para obtener el control, la alteración o la destrucción de dichas herramientas. Sin embargo, la guerra cognitiva va más allá de la información y se centra en el “trabajo” sobre los cerebros humanos que manejarán esa información. Por lo tanto, va más allá de las consecuencias humanas de la guerra cibernética, que involucra ingeniería informática, robótica y programas. Así las cosas, el efecto cognitivo no es un subproducto de la acción, pero es muy objetivo.
Este objetivo es independiente de las tecnologías utilizadas para lograrlo. Es una suerte de “guerra psicológica, social y técnica”, por un lado, y una forma de “guerra de influencias”, por el otro, utilizando como medios las herramientas cibernéticas. Concretamente, en el contexto militar, esto implica la utilización de una estrategia de combate, vigilancia y/o seguridad.
Existen otras definiciones para conceptos relacionados. El “combate cognitivo”, es el que se refiere al uso real, local y temporal de herramientas tácticas para influir en las capacidades cognitivas. Esta acción se lleva a cabo como parte de una estrategia más amplia dirigida a lograr objetivos cognitivos. Las acciones ofensivas se caracterizan por un enfoque centrado en la persecución, el uso sistemático de puntos débiles, mientras que en una posición defensiva implica el desarrollo de capacidades sostenibles y preventivas utilizando herramientas similares. Uno podría usar el concepto de “Conflicto Cognitivo”, donde el contacto es generalizado y la confrontación de los procesos cognitivos es la regla. Pero este concepto aún no ha sido definitivamente elaborado desde lo teórico.
Los materiales del simposio incluyen presentaciones sobre el tema del uso de la inteligencia artificial, un análisis de los métodos de China para difundir su propaganda, así como presentaciones de nuevos conceptos como la cognición (similar a la genética, pero solo para el campo de la investigación cerebral) y la ciberpsicología (síntesis de la cibernética y la psicología).
Teniendo en cuenta estos desarrollos y el curso general hacia la militarización de las ciencias, las declaraciones abiertas sobre la necesidad de librar un nuevo tipo de guerras no cinéticas dirigidas a la conciencia de las personas, surge la cuestión no solo de la necesidad de contrarrestar tales intentos agresivos, sino también de su permisibilidad, ya que ni siquiera se trata de adversarios condicionales (que la OTAN puede inventar a su propia voluntad, disfrazándolos de promoción de los derechos humanos u otras consignas políticas), sino que se convierten en una amenaza para la mayoría de los países y pueblos del mundo, incluidos los ciudadanos de los propios países de la OTAN, ya que estas tecnologías de manipulación e influencia, en primer lugar, se prueban en ellos y se les aplica a ellos.
Finalmente, además de la OTAN, hay un proyecto paralelo que cuenta con el apoyo de esta y se llama “North Atlantic Fellas Organization” (NAFO), donde “Fellas” se traduce como “novio” o “amigo”. El centro de estudios estratégicos e internacionales de Washington define a NAFO como: “un grupo orgánico en línea de partidarios de la posición pro-ucraniana que ha llamado la atención de políticos y líderes mundiales por su uso creativo de los medios digitales para combatir las fuentes clave de la desinformación rusa”.
Obviamente, no se trata de luchar contra la desinformación, como se afirma, sino de tratar de devaluar y “cancelar” la información oficial y las pruebas y otros materiales que la parte rusa hace públicos. Y esto se puede comprender de una forma muy sencilla, basta acceder a un somero análisis y un breve conocimiento de los métodos de trabajo de la NAFO.
Se cree que la organización se creó el 24 de mayo, cuando se publicó un primer tweet a ella atribuido. Uno de los principales símbolos de NAFO es la imagen de un perro de raza japonesa Shiba Inu, pintado por un artista que se identifica con el apodo de Kama. Los partidarios de Ucrania comenzaron a usarlo como sus avatares en las redes sociales y a partir de ese momento circulan diferentes memes con esta imagen.
A continuación, aparecieron imágenes con los sistemas antitanque estadounidenses “Javelin”, que fueron estilizados como iconos con la Virgen (aunque esto es una obvia blasfemia). Igualmente fueron utilizadas otras imágenes de santos, con las que el periodista canadiense, Christian Boris, con raíces ucranianas, comenzó a medrar cuando creó el sitio Web “Saint Javelin”, donde se pueden comprar varios artículos tipo suvenir que recrean atributos similares y se indica que el dinero recaudado se destina a la compra de equipos y municiones para las fuerzas armadas de Ucrania y las formaciones militarizadas neonazis.
Estas dos áreas, la recaudación de fondos y la difusión de mensajes en forma de memes o comentarios, son la base del trabajo de la NAFO que llevan a cabo los neonazis ucranianos y sus partidarios en los países occidentales. Y verdaderos especialistas en operaciones de información fomentan y dirigen este proceso.
El sitio Web del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales indica que el cofundador de NAFO es Matt Moores, un ex miembro del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. La huella del cuerpo de Marines de los Estados Unidos en esta actividad no es accidental. Más bien incluso, natural. Fue el comandante del cuerpo de Marines de los Estados Unidos, Michael Prosser, quien propuso el concepto de “guerra memética” en 2006.
Argumentó que al usar la progresión lógica de vincular memes con ideas y creencias políticas, cualquier ataque a cualquier ideología debe considerarse un ataque a una “idea” o grupo de ideas centrales o trascendentes como un medio para lograr el éxito. Además, los memes como idea sirven en forma de herramientas (o medios) para atacar la ideología.
Prosser propuso una analogía según la cual las ideologías tienen las mismas características teóricas que las enfermedades (en particular, como sistemas adaptativos complejos). Entonces la ideología debe ser reconocida como una enfermedad y los memes como un método para propagarla.
Durante este tiempo, los métodos de guerra memética han avanzado significativamente y se han adoptado dentro de la OTAN. Aquí, en este caso, los memes creados en la NAFO tienen como objetivo reemplazar o devaluar el contenido que se designa como ideología enemiga. Internet es el campo donde se lleva a cabo esta guerra de información.
En su lógica, “Polítiko” se convirtió en nuevo objetivo sobre el que profundizar desde la NAFO y que debe ser aprendido, aprehendido y asumido por las comunidades en línea con la misma intención que con el “Estado Islámico” y hasta con el movimiento de extrema derecha “Boogaloo”, y desde entonces, esta heterogénea banda de guerreros en línea han convertido la cultura de Internet en un arma.
En el mismo artículo, Ivana Stradner, del think tank conservador de derecha de la Fundación para la Defensa de las Democracias de Washington, comenta que ella “…se siente como una propagandista civil de la NAFO…”. Pero esta aparente “estructura amorfa” también incluye a otros pesos pesados políticos como Adam Kintzinger, al presidente de Estonia, Thomas Hendrik Ives, al ministro de defensa de Ucrania Alexei Reznikov y al mayor general del ejército de Estados Unidos, Patrick Donahue.
En septiembre de 2022, el Washington Post señaló que el trabajo de la NAFO era una guerra de “trolling” (duendes), y que en sí misma no es nada nuevo. La publicación cita a Eliot Higgins, fundador del famoso sitio web BellingCat, vinculado a los servicios de inteligencia británicos, quien en un twitter anunció que hablaría sobre NAFO en la conferencia “NAFO como ejemplo de comunidades en línea que responden orgánicamente a la desinformación de los gobiernos y las comunidades que se oponen a los “buenos”, y agregó que eso era “bueno para la moral”.
Ahora sobre los métodos de difusión de información por parte de los agentes de la NAFO. Todos los observadores occidentales están de acuerdo en que la misma basa su trabajo en el llamado shitposting: publicar mensajes o contenido intencionalmente agresivo, irónico y de baja calidad en foros en línea y redes sociales. La característica clave de este “shitposting” es que el comentarista mismo sabe perfectamente que publica un delirio completo.
Los propagandistas de la NAFO simplemente hacen comentarios bajo declaraciones oficiales, tratando de hacerlos sin sentido. O con la ayuda de eslóganes vulgares, como el famoso eslogan «el barco ruso fue a x…», reducen el valor del contenido oficial o la discusión que se desarrolla en los comentarios.
En este sentido, la publicación británica The Economist escribe que: “…en muchos sentidos, la frivolidad de la NAFO oscurece su papel como una forma sorprendentemente exitosa de guerra de información…”. Es significativo que todas estas técnicas de shitposting en Rusia no funcionen. Como no funcionan en varios países con una sólida cultura conservadora. Es decir, donde la sociedad conserva los fundamentos de la alta cultura y no la deja degradarse.
Pero en Ucrania y en Occidente, tales memes vulgares han encontrado una creciente demanda, lo que muestra una grave regresión en la cultura y la educación, no importa cuánto digan los propagandistas británicos sobre la moral. Aquí se sugiere una comparación con la tendencia general de los neoliberales en los Estados Unidos y la UE de promover la “abolición de la cultura” en todas sus manifestaciones, desde nuevas teorías extravagantes (claramente dirigidas contra algunos grupos sociales o políticos) hasta el abandono de su propia historia.
Y el trabajo de la NAFO, en este sentido, es harto elocuente. Después de todo, la totalidad de sus memes y chistes rusofóbicos son solo una narrativa visible, que es importante lanzar a las masas prisioneras en las trampas de la censura severa. Pero detrás de esta semiótica se esconden no pocos ganchos psicológicos destructivos.
El perro Shiba Inu, deliberadamente ha sido posicionado como un ser neutral en cuanto a género, como para que pueda ser utilizado por ambos sexos para difundir propaganda pro-ucraniana, pero si se mira más profundamente, sirve de propaganda para promover el tema LGBT. Al propio tiempo, la promoción de los «Santos javelines» no es más que una burla de las imágenes cristianas donde todo fluye como un escenario donde se cultiva el odio a nivel del subconsciente de las personas.
Finalmente, si tenemos en cuenta que los autores clave de los memes más comunes no son nativos de la Ucrania moderna, la lectura de los símbolos y memes de la NAFO confirma una vez más que para Occidente, el pueblo de Ucrania es solo “material desechable” que debe usarse para debilitar a Rusia.
Y todos estos memes solo sirven para hacer aún más tonto a quienes los consumen, después de todo, las masas estúpidas son más fáciles de manejar.
Leonid Savin*/Prensa Latina
*Investigador y científico de la Universidad de Rusia; director de la Fundación Fidel Castro para el Desarrollo de las Relaciones Ruso-Cubanas, con sede en Moscú; investigador científico asociado de la Universidad de Rusia de la Amistad con los Pueblos (RUDN)
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