El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) acusó al gobierno estatal de Rutilio Escandón de querer provocar una guerra civil en Chiapas y de sabotear tanto al movimiento rebelde como al gobierno federal. Enumeró las agresiones que los zapatistas han estado soportando desde hace meses; señaló que el secuestro de dos integrantes de la Junta de Buen Gobierno Patria Nueva ha colmado la paciencia de los indígenas y, ante una nueva agresión, “ya no habrá comunicado. O sea no habrá palabras, sino hechos”.
Mediante un comunicado, firmado por el subcomandante insurgente Galeano, denunció que el 11 de septiembre del 2021 paramilitares de la Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (Orcao) secuestraron a las autoridades autónomas Sebastián Núñez Pérez y José Antonio Sánchez Juárez. El EZLN ya había decidido actuar, pero organizaciones defensoras de derechos humanos y párrocos progresistas evitaron la confrontación y lograron la liberación de los zapatistas secuestrados.
Acusó que el gobierno del estado trató de sabotear la salida de la delegación zapatista que participa en la Travesía por la Vida, capítulo Europa, “ordenando a sus paramilitares de la Orcao el secuestro, para provocar una reacción del EZLN con el fin de desestabilizar al estado cuya gobernabilidad pende de un hilo”.
En un comunicado, indicó que Núñez y Sánchez Juárez fueron despojados de un radio de comunicación y 6 mil pesos, y liberados el día de hoy, gracias a los párrocos de San Cristóbal de las Casas y de Oxchuc, “mientras el gobierno de Rutilio Escandón saboteaba y estorbaba la liberación”.
Señaló que el gobernador Rutilio Escandón hace todo lo posible porque se desestabilice al estado, al reprimir con lujo de violencia a normalistas rurales; sabotear acuerdos entre el magisterio democrático y el gobierno federal, orillando a los maestros a movilizarse radicalmente.
Destacó que la alianza del gobierno estatal con el narcotráfico provoca que las comunidades originarias se vean obligadas a formar grupos de autodefensa, porque nada hace para preservar la vida, libertad y bienes de los pobladores.
“El gobierno de Chiapas no sólo solapa a las bandas de narcotraficantes, también alienta, promueve y financia a grupos paramilitares como los que atacan continuamente comunidades en Aldama y Santa Martha”, sostiene.
Le dice al gobierno de Rutilio Escandón que si lo que busca con una guerra en el Sureste mexicano es desestabilizar al gobierno federal, que mejor participe en la consulta de revocación del mandato del próximo año.
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