Como en los tiempos de la Guerra Sucia –cuando gobernaba el PRI– o de la supuesta “guerra” del panista Felipe Calderón contra el narcotráfico –y que sirvió para que la sociedad entre el entonces secretario de Seguridad, Genaro García Luna, y Joaquín el Chapo Guzmán posicionaran al Cártel de Sinaloa como la principal organización criminal del continente–, la candidata de la derecha Xóchitl Gálvez mostró su vena autoritaria y dejó abierta la posibilidad de la represión de Estado.
“No tengo miedo de aplicar la fuerza del Estado cuando sea necesario, para eso me la va a conferir la Constitución y para eso quiero ser presidenta de México, para usar lo que establece la Constitución para devolverle la paz y la tranquilidad. Trataré siempre de con inteligencia [sic], trataré siempre de evitar la confrontación que cueste vidas humanas, pero cuando sea necesario no voy a permitir que al Ejército lo saquen a escobazos [sic] y lo saquen los criminales de los lugares”, declaró en conferencia de prensa.
La panista fue más allá, al indicar que el no responder con violencia a la violencia “es lo que le ha quitado la honorabilidad al Ejército, y después del Ejército ya no hay nada. así que, más nos vale cuidar al Ejército”.
Por ello, se declaró abiertamente cercana a la llamada “mano dura”: “si lo vamos a mandar [al Ejército], lo vamos a mandar con todas las facultades”, dijo Gálvez, en referencia a la capacidad de fuego y la doctrina militar de acabar con “el enemigo”.
Para matizar su postura, y luego de haber prometido supuestamente la desmilitarización del país, la panista dijo: “tampoco tenemos que ser de entrada el enfrentamiento[sic]. A lo que yo me refiero es que hay muchas maneras de recuperar el territorio con inteligencia, y cuando ya no haya de otra y los criminales estén persiguiendo al Ejército, pues ni modo, se tienen que defender”.
En su momento, el panista Felipe Calderón justificó las masacres y violaciones graves a derechos humanos como los “daños colaterales” que eran necesarios para supuestamente acabar con el crimen organizado. Ahora, la candidata del PRIAN emula aquellas palabras al indicar: “ni modo, se tienen que defender”.
Xóchitl Gálvez remató: “Yo, en ese sentido, no tengo miedo de utilizar lo que me da el Estado mexicano, y el monopolio de la fuerza la tiene la presidenta, la comandanta suprema de las Fuerzas Armadas. Y voy a ser una buena comandanta de las Fuerzas Armadas, porque vaya que agallas tengo, y vaya que capacidad tengo para regresarle la paz y la tranquilidad a este país”.
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