La “maestra”, graduada en disponer de las cuotas de los maestros a los que dice “defender”, apareció súper maquillada para dar el gatazo a la Dorian Grey y ocultar las señas de sus maldades sindicales al servicio de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón. E incluso de Peña, hasta que sacó sus garras contra el reformismo peñista; ahora asegurando soberbia y provocadoramente que se ha “derrumbado”. Este personaje ha instruido a sus abogados para solicitar que la Judicatura de la Suprema Corte, deslinde responsabilidades por daño moral del que acusa al periodista y comunicador Carlos Loret de Mola, porque éste, con información veraz y en el contexto de las libertades constitucionales de prensa en los Artículos: 6 y 7, hizo críticas a la conducta elbista por la que fue imputada por varios delitos; en un proceso por el que fue inexplicablemente absuelta tras más de 5 años, dejándola en libertad. ¿Daño moral a la inmoral exdueña del SNTE que, ahora, a la sombra del lopezobradorismo, dejó entrever que va por sus antiguos fueros?).
Durante ese lapso, Loret de Mola y otros periodistas comentamos los hechos que fueron ocurriendo ante el Ministerio Público Federal y sus audiencias ante el tribunal penal, por lo que ella y su abogado están acusando sin fundamento, ya que ella no puede imponer la censura previa ni retroactiva. Y menos que lo hecho por los medios de comunicación escrita, audiovisual, así como por internet a través de sus periodistas y comunicadores, incurrieran en daño moral a la que durante 24 años dispuso a su antojo y para su beneficio del magisterio nacional, al estilo de los “líderes” del corrupto sindicalismo, en cuya alineación de los Deschamps, CTM y sus semejantes, ella ha sido portera y árbitro.
No le queda a doña Elba Esther darse “baños de pureza”. A Peña ni lo ha mencionado ni a los tres titulares de la PGR que le fincaron responsabilidades penales graves. A su sucesor y ex cómplice: Juan de la Torre, le ha sacado la vuelta. Pero le gustó Loret de Mola para enseñarle sus garras y erigirse en la maestra de la censura, la profesora contra la libertad de informar y la ex presa contra la crítica, para seguir “enseñando”, doctrinariamente, su concepto de la moral; que ha de ser el de aquel cínico que expresó que: “la moral es un árbol que da moras”. A ningún precio, salvo que en el nexo-transición de Peña-AMLO, estén en marcha las inquisiciones contra los medios de información y contrapoder.
La amenaza cumplida de la Gordillo contra Loret de Mola, al demandarlo porque como muchos otros ventiló los hechos por los que estaba consignada penalmente, es un abuso de la prepotencia que siempre la ha caracterizado. Y ahora nuevamente ingresa a la élite del poder fáctico a la sombra de la candidatura que apoyó a trasmano, para presumir su impunidad; y tras su espectáculo al asegurar haber sido traicionada y exhibir su expediente de absuelta, querer “derrumbar” las libertades de prensa, en busca de una reivindicación pública que no podrá rescatar al calor del “perdón y olvido”.
Cerramos filas en torno a Loret de Mola para impedir la agresión de doña “Perpetua”. La única que ha causado daño moral a los maestros es ella. Enriquecida, dice, hereditariamente y que se la pasó cómodamente en sanatorios por supuestas enfermedades, ha salido otra vez como personaje público a quien el periodismo debe cuestionar; pero pretendiendo ser intocable se fue contra el periodista y lo demandó para recibir una indemnización acumulable a sus millones de pesos, en vestuarios de diva comprados en Nueva York y París, con el “sudor” del magisterio.
Estamos los periodistas en alerta máxima contra la censura y las inquisiciones judiciales, con las que la Gordillo quiere volver a imponer su “ley” y como parte de sus venganzas en marcha. Para de esta manera volver al estrellato montada sobre el tsunami lopezobradorista, tras haber sido defendida por la próxima secretaria de Gobernación: Olga Sánchez Cordero, al celebrar que haya sido puesta en libertad. Están puestos de nueva cuenta los intereses a la Gatopardo: “hay que cambiarlo todo de tal manera que todo permanezca igual” (de la novela de Lampedusa a la real-política).
En cuestión de libertades y garantías y de la Constitución, no daremos un paso atrás. Se trata de la Gordillo o el Estado de Derecho. De su interpretación y sus leyes reglamentarias con apego a la justicia democrática, depende que prevalezca el imperio de la ley centra los abusos de los funcionarios y actores de la vida pública, que deben ser cuestionados, criticados y puestos en el aparador de la información consecuente con los hechos que se van sucediendo. Ésta es la tarea del periodismo en todas sus modalidades. La embestida de la Gordillo contra Loret de Mola, la vuelve a mostrar como capataz del magisterio. Permitirle el uso y ejercicio de sus derechos, es parte de su absolución; pero, eso no la autoriza a abusar para querer imponer la censura e inquisiciones judiciales.
Con aspavientos melodramáticos festejó su libertad de la que fue privada por casi seis años, para que respondiera de las imputaciones penales. Y de su catálogo de venganzas quiere empezar por atacar al periodista Loret de Mola, y así a las libertades de prensa, para que veamos de lo que es capaz. Esperamos la resolución del tribunal sobre la demanda de la Gordillo, confiados en que será de improcedencia. Pues ésta se presenta bañándose de “moralidad” para que le reparen un supuesto “daño moral”. Si el fallo le fuera favorable, los periodistas recurriremos a todas las instancias judiciales, para defender a Loret de Mola.
Álvaro Cepeda Neri
[OPINIÓN][DEFENSOR DEL PERIODISTA]