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Ampliar el horizonte, objetivo fundamental de la segunda década del BRICS

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Red Voltaire

Zhao Minghao/Global Times (China)/Red Voltaire

En Occidente, la prensa optó por ignorarla. Pero la cumbre de los países del grupo BRICS [Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica], realizada en la ciudad china de Xianmen, abre una nueva etapa en el desarrollo de esa institución internacional.

Luego de varios meses de conflicto, China y la India acabaron resolviendo pacíficamente su diferendo sobre la frontera de Doklam. Ambos países son miembros fundadores del grupo BRICS y esperan mantener su unidad con las otras economías emergentes. Como dijo el presidente Xi Jingping:

“La cooperación del BRICS es una innovación que trasciende el viejo esquema de las alianzas políticas y militares y prefiere las asociaciones antes que las alianzas.”

Además, los países del BRICS tratan todos de dejar atrás sus diferencias ideológicas y las divergencias entre sus sistemas políticos respectivos para buscar puntos de entendimiento en los que todos salgan ganando en vez de oponerse entre sí.

La primera reunión de los ministros de Exteriores del BRICS se convocó en septiembre de 2006 y marcó la fundación del mecanismo de los BRICS. Diez años después, el grupo BRICS se ha convertido en un importante bloque económico internacional que representa a varios de los más importantes países en vías de desarrollo y economías emergentes.

Desde entonces, los Estados miembros del BRICS han incrementado su peso en la economía del mundo, pasando de un 12 a un 23 por ciento; su comercio aumentó de un 11 a un 16 por ciento y en el sector de la inversión pasaron de un 7 a un 12 por ciento. Más importante aún es el hecho que la contribución de las economías de los países del BRICS al crecimiento de la economía mundial ha sobrepasado el 50 por ciento.

Ante la política de Donald Trump de “America First”, la economía mundial corre el peligro de que pierda terreno el multilateralismo. Si los países desarrollados y las naciones emergentes siguen replegándose hacia sí mismos y retrocediendo en materia de cooperación en cuanto a las políticas macroeconómicas, la vacilante llama del saneamiento de la economía mundial podría llegar a apagarse.

Durante los últimos meses, varios economistas, como la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, han declarado que la economía mundial muestra al fin síntomas de una nueva vitalidad, 10 años después de la crisis financiera. Estados Unidos, Europa y Japón han registrado un crecimiento constante mientras que Rusia, Brasil y Sudáfrica también muestran cifras en alza. China y la India, por su parte, han mantenido su crecimiento a niveles que van de medios a elevados.

La cumbre de los BRICS realizada en Xiamen pretende hacer entrar ese grupo en su segunda década dorada.

En primer lugar, los países del BRICS se esforzaron por instaurar nuevas medidas de estímulo de los intercambios en materia de servicios, inversiones y comercio electrónico. En 2015, las exportaciones de los miembros del BRICS en el campo de los servicios se elevaron a 540 mil millones de dólares, o sea sólo 11.3 por ciento del total mundial. Con la expansión de la clase media en los países del BRICS, las oportunidades de cooperación florecen por todas partes, en la salud, el turismo y la educación, así como en otros sectores.

Los países del BRICS han trabajado además en la implantación de esquemas que faciliten la inversión, incluyendo medidas para mejorar la eficacia de la aprobación administrativa y la apertura de las diferentes industrias. El grupo de trabajo sobre el comercio electrónico del BRICS se creó en agosto [de 2017] para ayudar al desarrollo de pequeñas y medianas empresas de comercio electrónico y convertirlas en una fuerza dinámica capaz de respaldar, en el futuro, la cooperación y el intercambio en el grupo.

En segundo lugar, los países del BRICS tratan de promover activamente el perfeccionamiento de la gobernanza global. Aparte de todas las reformas ya previstas que emanan de instituciones internacionales, como el Consejo de Seguridad de la ONU y el FMI, los países del BRICS ya han establecido mecanismos de cooperación en sectores como la lucha contra el terrorismo, la actividad espacial, la ciberseguridad y la seguridad energética. Al hallarse entre los mayores consumidores y exportadores de energía del mundo, los países del BRICS van a establecer mecanismos de cooperación tendientes a elevar las reservas estratégicas de energía, a desarrollar las energías renovables y mejorar la eficacia energética.

En tercer lugar, los miembros del BRICS buscan mejorar la cooperación sobre las cuestiones de seguridad nacional y regional vinculadas a ciertos puntos estratégicos. Durante el séptimo encuentro de altos representantes sobre los temas de seguridad, realizado en julio, se decidió que una colaboración más profunda, tanto en el plano político como en temas de seguridad, es fundamental para el fortalecimiento del mecanismo del BRICS. La situación política en el Medio Oriente y el norte de África fue el centro de atención y la Declaración Conjunta [1] aborda en varias ocasiones cuestiones vinculadas a la situación en Afganistán.

Más importante aún es el hecho que la cumbre de Xiamen expresó la intención de llevar adelante el concepto de “BRICS Plus”. Este último estimula a los miembros del BRICS a profundizar las relaciones con los demás países en vías de desarrollo para apoyar y garantizar sus intereses, teniendo como objetivo final el de extender su influencia internacional. Durante la cumbre del BRICS realizada en Durban, Sudáfrica, en 2013, se pactaron negociaciones entre el BRICS y los dirigentes de los Estados africanos mientras que la India invitaba a los dirigentes de los países del Golfo de Bengala a la Cumbre realizada el año pasado en Goa. Este año, los dirigentes de países como México, Egipto y Tayikistán participaron en la cumbre de Xiamen, por iniciativa del BRICS Plus.

Es indudable que la cooperación en el seno del BRICS enfrenta numerosos retos. Los dirigentes de China, Rusia y la India deben manejar mejor los efectos negativos de las relaciones geopolíticas entre sus países y contribuir a la construcción de una identidad colectiva más fuerte para el bloque. El BRICS debe trabajar también para convertir los documentos que prometen cooperación en acciones concretas en vez de empantanarse en discusiones inútiles.

Se estima que en 2021, el Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS habrá prestado un total de 32 mil millones de dólares. La oficina africana de ese banco acaba además de iniciar, en agosto 2017, sus operaciones en Sudáfrica.

Es evidente que esos mecanismos internacionales, bajo la bandera de los BRICS, deben desempeñar en la gobernanza mundial un papel mucho mayor del que hoy tienen.

Zhao Minghao/Global Times (China)/Red Voltaire

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