En los primeros días de los Juegos Olímpicos de Río 2016, en términos generales, la delegación mexicana sumó sólo fracasos. El origen de esta tragedia anunciada es, en esencia, la corrupción que abunda en las federaciones deportivas y no tanto el empeño de los atletas, a quienes debemos reconocer su esfuerzo que se da en un contexto de escaso o casi nulo apoyo gubernamental.
A pesar de tener un presupuesto etiquetado, el gobierno de México carece de una política pública que realmente impulse el deporte, sobre todo en los primeros años de vida de cada individuo. De acuerdo con datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, “de todos los niños y niñas en México, los que tienen menos de 5 años de edad reciben el menor gasto público en desarrollo humano”.
En términos deportivos, esto nos condena al fracaso permanente en el alto rendimiento, pues es en las edades tempranas cuando los atletas profesionales comienzan a entrenar y formarse. Pero en nuestro país, en preescolar, primaria y secundaria se desperdicia la oportunidad de formar deportistas: la materia de educación física es una vacilada, incluso en la educación privada.
Aunado a ello, no hay infraestructura pública –gimnasios, albercas, canchas, deportivos integrales– con capacidad para atender a la población nacional, en todos los municipios del país, que contribuyan a la formación de atletas fuera de las aulas.
Es por ello que quienes nos representan cada 4 años en las olimpiadas y mundiales, y cada año en los juegos regionales e internacionales, lo hacen prácticamente a título personal: gracias a su propio esfuerzo y el de sus familias, que por años absorben los gastos que implica el entrenamiento (no sólo el pago de entrenadores, sino de la medicina especializada, equipo y uniformes necesarios).
Es claro que cada uno de los participantes de la delegación mexicana en Río 2016 ha sido, en algún momento o en forma permanente, víctima de esa falta de apoyos y sobre todo de la corrupción estructural que ha coexistido en las federaciones y que Alfredo Castillo –director de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte, Conade– no ha podido o querido erradicar.
Muestra de esa corrupción son los casos documentados por la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su más reciente informe de fiscalización, en el que da cuenta del uso indebido de recursos millonarios en el que incurrieron, al menos, tres delegaciones.
El peor caso ocurrió en la Federación de Tiro con Arco, que curiosamente fue una de las que registró un pésimo desempeño al inicio de su participación en Río 2016 (por la derrota del equipo femenil en cuartos de final, el pasado 7 de agosto, frente a sus rivales de China Taipéi; y por el yerro de Aída Román en lo individual 1 día después). A esta Federación se le determinó un probable quebranto a la hacienda pública por más de 4.7 millones de pesos.
Y es que al revisar la Cuenta Pública 2014, el máximo órgano de fiscalización del país emitió un pliego de observaciones en el que señala, literalmente, que “se presume un probable daño o perjuicio o ambos al patrimonio del Fideicomiso Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, por un monto otorgado a la Federación Mexicana de Tiro con Arco, AC, por 4 millones 715 mil 394.17 pesos, por la falta de comprobación o reintegro de los recursos otorgados para asistir a eventos nacionales e internacionales y la adquisición de material deportivo e insumos médicos”.
De acuerdo con la auditoría financiera y de cumplimiento 14-1-11L6I-02-0182-DS-025, en 2014 se le otorgaron recursos públicos por 25 millones 707 mil 500 pesos a dicha asociación civil, para la realización de eventos nacionales e internacionales, la adquisición de material deportivo e insumos médicos. En agosto de 2015, los auditores federales le pidieron que comprobara cada peso ejercido por ese concepto, por ser recursos públicos. La Federación Mexicana de Tiro con Arco, sin embargo, no pudo demonstrar el gasto legítimo por más de 4 millones 700 mil pesos.
Otra irregularidad detectada en la misma Cuenta Pública de 2014 tiene que ver con la compra de materiales y uniformes. En este caso, la ASF revisó 21 procesos de adjudicación simplificados –por 4 millones 952 mil 900 pesos del erario federal– hechos por las federaciones mexicanas de Natación, AC, (por 4 millones 81 mil 300 pesos) y de Taekwondo, AC (por 871.6 mil pesos), y descubrió que ningún proceso contó con las tres cotizaciones y los que las presentaron no lo hicieron dentro de los 30 días previos a su adjudicación, como indica la ley.
Por estas anomalías, la ASF emitió una recomendación para que la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte fortalezca sus mecanismos de control y supervisión, a fin de que, en lo subsecuente, se asegure de que las federaciones mexicanas a las que se les otorgan recursos del Fideicomiso Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento, lleven a cabo los procesos de adjudicación para la adquisición de bienes y servicios, conforme a la normativa.
Asimismo, determinó una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria ante el Órgano Interno de Control en la Conade para que realice las investigaciones pertinentes y, en su caso, inicie el procedimiento administrativo correspondiente por los actos u omisiones de las federaciones mexicanas de Natación y Taekwondo que en su gestión no presentaron las cotizaciones que sustenten los procesos de adjudicación para la adquisición de material y uniformes deportivos.
Por si esto no fuera suficiente, la Auditoría detectó que se subejercieron 32 millones 732 mil 600 pesos de los programas S204 Cultura Física, S205 Deporte y S206 Sistema Mexicano del Deporte de Alto Rendimiento. De acuerdo con la ASF, en ese año, la Conade “transfirió 3 mil 585 millones 266 mil 900 pesos a los beneficiarios y registró reintegros a la Tesorería de la Federación” los más de 32.7 millones de pesos que no ejerció.
Para realmente competir en las fiestas deportivas internacionales es necesario frenar la corrupción de quienes se han amafiado en las federaciones, además de promover verdaderamente la cultura del deporte desde edades tempranas.
Nancy Flores, @nancy_contra
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: AGENDA DE LA CORRUPCIÓN]
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