El procesado Javier Duarte tenía todo calculado. Puso en la balanza la inmensa fortuna de miles de millones que sustrajo de las arcas públicas durante su gestión como gobernador de Veracruz y la sopesó contra todos los riesgos que podía enfrentar si terminaba en prisión. El resultado, aun con su detención y próxima extradición a México procedente de una cárcel guatemalteca, parece que le es favorable al corrupto y cínico político, aleccionado en las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
[bctt tweet=”La ruta crítica de los gobernadores rateros @badillo_contra” username=”contralinea”]
Por ello en las imágenes que observamos en días anteriores por televisión durante el proceso de extradición, se ve a Javier Darte burlarse de la justicia y de todos los mexicanos, incluido por supuesto el mismo presidente de la República, porque sabe muy bien que de muchos de los delitos que le imputan saldrá absuelto, pues el engranaje de corrupción e impunidad le alcanza muy bien para comprar al Poder Judicial, en donde jueces y magistrados están dispuestos a vender la justicia al mejor postor, y Duarte es un cliente con las alforjas llenas.
Por eso el corrupto y cínico exgobernador veracruzano se burla de México y de las autoridades que pretenden enjuiciarlo por delitos graves y otros no tanto. Después de varias semanas de haber sido detenido y encarcelado en Guatemala, Duarte decidió su extradición rápida a territorio nacional, en donde le aguardan varios procesos penales. Ya veremos cómo libra uno por uno con la consecuente reducción en su condena.
Muchos nos preguntamos de qué se ríe Duarte, y de inmediato pensamos en la impunidad y la injusticia a las que nos tienen acostumbrados el Ministerio Público federal y los jueces y magistrados del Poder Judicial, para quienes la corrupción es el pan de todos los días, y por ello los que ostentan el poder (político y económico) jamás pisan la cárcel o, como es el caso de Duarte, será por muy poco tiempo.
Aunque las autoridades mexicanas aseguran públicamente que Duarte será encarcelado por muchos años, lo cierto es que el exmandatario veracruzano ha hecho sus cuentas del dinero público robado contra los años que puede pasar en prisión, y su mensaje –con su risa cínica y ojos desorbitados– es que cualquier burócrata puede abusar del cargo público y sustraer o desviar recursos del erario sin problema alguno, pues las consecuencias son mínimas.
Por eso vemos tan sonriente y bromista a este despreciable político veracruzano, a quien el cinismo le alcanza para ignorar la crítica social y el mismo juicio de la historia que, sin duda alguna, será contundente con él y con su familia cómplice. Por cierto, por qué la Procuraduría General de la República permitió la huida de la esposa y los hijos cuando éstos fueron beneficiarios y hasta parte de la maquinación del desvío de recursos públicos a través de empresas fantasmas, sin descontar el gasto opulento en el que aún viven en Europa gracias al dinero público robado por el jefe de ese clan.
En el control de daños que elaboró Javier Duarte en conjunto con sus asesores trazó la ruta catastrófica que podría enfrentar por robarse la mayor parte del presupuesto público durante los 6 años al frente del gobierno veracruzano.
En esa planeación delincuencial, digna de la peor mafia del crimen organizado, se contempla primero que el gobierno federal jamás actuaría en contra de ese cártel político porque éste había sido muy benévolo en apoyar económicamente al PRI durante la última campaña presidencial. Pero si esto fallara, como ocurrió por las circunstancias de que un panista ganó el gobierno de Veracruz, había todavía muchas instancias para frenar las investigaciones.
En esa ruta de control de daños está corromper y sobornar a fiscales del Ministerio Público federal, quienes entregarían información confidencial a los costosos despachos de abogados contratados para la defensa del grupo delincuencial y poder enfrentar los juicios mediante errores procesales fabricados o subterfugios legales que permitan a los jueces desechar las causas penales.
La tercera vía, contemplada por el grupo de burócratas ladrones, incluye la compra de jueces, magistrados y hasta ministros (de ser necesario) para reducir condenas, frenar procesos y cancelar causas penales. Por supuesto que los sobornos al Poder Judicial incluyen condenas mínimas a los detenidos.
Así que cuando observamos a la decena de gobernadores ladrones, abusivos y cínicos que enfrentan a la justicia –que no son todos los que están porque la mayoría no es investigada–, hay atrás de ellos toda una maquinaria corrupta que los protege aún prisión y que les garantiza, al final, impunidad para enriquecerse ilícitamente del erario público.
Puntos suspensivos… El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Enrique Graue, no puede o no quiere atender el problema de la venta de droga en las instalaciones de Ciudad Universitaria. Aunque éste es un viejo problema en la máxima casa de estudios, lo cierto es que las autoridades universitarias siempre han sido permisivas para que grupos delincuenciales establezcan sus “tienditas”, que todos conocen, para la venta de estupefacientes en territorio universitario. Un problema que ha ido creciendo con el tiempo y que es hora de frenarlo para evitar que la delincuencia se desborde, y se salga del control que las autoridades aseguran tener, pues de lo contrario la comisión de delitos seguirá creciendo con el grave riesgo para toda la comunidad universitaria.
Miguel Badillo
[Oficio de papel]
Contralínea 547 / del 10 al 16 de Julio de 2017