El fin de año, debido a sus fiestas, despedidas, brindis y vacaciones, es propicio para que muchas noticias que pudieran ser importantes y hasta preocupantes resulten intrascendentes, pasen desapercibidas. Es el caso nuevamente en este 2015.
Dos de estas informaciones no han traído mayores comentarios; ni siquiera han alcanzado relevancia en las páginas de los diarios o en los noticiarios en televisión o radio. Ellas son la caída del precio del petróleo a niveles realmente dramáticos y la subida del dólar más allá de la famosa barrera de 17 pesos.
El 8 de diciembre pasado, por ejemplo, el barril mexicano bajó de 29. 91 dólares a 29.65 pesos, y al parecer continuará su descenso. En tanto el billete estadunidense se situó en 17 pesos con 40 centavos.
Un análisis inicial –y por tanto limitado– es que tendremos menos recursos por el llamado oro negro en los próximos meses, lo que afectará el presupuesto aprobado hace días, no importando la cobertura que tiene la Secretaría de Hacienda y Crédito Público al respecto. Subirán, además, las erogaciones que haremos de nuestra amplia deuda externa, pero incluso empresas como Ingenieros Civiles Asociados, la famosa ICA, que debe millones al exterior, se verá en graves problemas, en situación de quiebra.
Asuntos que son de primera importancia, a pesar de las posadas o los reyes como cortinas de humo.
Quedan también como escenografía las palabras de Enrique Peña Nieto: estamos casi predestinados para tener un futuro luminoso. No. Con esta clase política y empresarial lo que nos espera es otra crisis profunda y tal vez un nuevo caso como el del Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro).
Que la cosa está para tomar cartas en el asunto, lo muestran varias informaciones.
La agencia calificadora internacional Moody’s bajó las perspectivas de Petróleos Mexicanos (Pemex) y nuestra situación ya es en segunda división, de la letra A pasamos a la B. Es decir, estamos en problemas incluso para obtener préstamos. Y es que la empresa mexicana tan conocida ha perdido 20 mil millones de dólares en 9 meses. Además, la extracción que realiza desciende, las inversiones se ven limitadas y hasta lo que le quita Hacienda es ahora más bajo de lo que era normalmente, llegando a menos de 30 por ciento del dinero presupuestal. En síntesis, la cuestión va mal en la llamada reforma energética.
Si a esto le agregamos que Pemex ya abrió gasolinera en Houston, Texas –una de siete– y el carburante lo vende a 7 pesos por litro, mientras acá lo da a más del doble, el mexicano ya no entiende para qué sirve la compañía antes orgullo nacional.
Las expectativas para el crecimiento del producto interno bruto (PIB) del próximo año fueron bajadas rápidamente, antes de que inicie 2016, de 3.8 a 2.8 por ciento. Y es que no obstante todos los seguros que pagamos, de todas maneras no recibiremos, cuando menos, cerca de 9 mil millones de dólares por la baja del crudo. Ello se debe a que si los países petroleros no disminuyen su producción, el combustible mencionado seguirá en picada. Esto no será posible si continúa la extracción de gas y otros energéticos por el fracking, algo que se decía era benéfico para México y resultó una tragedia mundial que únicamente ha servido a Estados Unidos para tener mayores reservas de combustible y abaratar costos.
Por otro lado, que el dólar tendrá un efecto inestable en grado extremo ya lo aceptó hasta el llamado Doctor Catarrito, el señor Agustín Carstens, lo que traerá una mayor salida de las reservas que tenemos, constante especulación y un endeudamiento más amplio del sector público y la iniciativa privada.
En este último caso, leemos que ICA le debe a 1 mil 500 empresas medianas y pequeñas (Reforma, 9 de diciembre de 2015), lo que traerá que varias de ellas puedan quebrar próximamente si no es que el gobierno interviene para salvar a esa corporación que fue orgullo internacional tiempo atrás. Y claro, de ocurrir esto último será con dinero del bolsillo de todos los mexicanos, lo que mostrará una vez más que los negocios quebrados son rescatados por el sufrido pueblo.
Si a estas movidas económicas y políticas le sumamos que el Fondo Nacional de Pensiones de los Trabajadores al Servicio del Estado, llamado Pensionissste, se privatizó a pesar de todo, lo que imposibilitará la jubilación de millones de mexicanos; la supuesta reforma educativa se impondrá a como dé lugar –policía como herramienta fundamental para hacer la tarea–, y la ley de cultura se aprobará de volada en los próximos días, el panorama no es para festejar o echar cuetes.
Jorge Meléndez Preciado*
*Periodista
[BLOQUE: OPINIÓN][SECCIÓN: ARTÍCULO]
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