Con el apoyo de su hermano Felipe Calderón, Luisa María Calderón, alias Cocoa, se ha convertido en candidata del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno de Michoacán, entidad a la que, evidentemente, ofrece lo mismo que el presidente ilegítimo ha proporcionado al país: militarización, masacres, agresiones contra trabajadores, despojo de los más pobres, alzas de impuestos, al igual que beneficios para los más ricos, para los mandos militares y para la jerarquía católica.
Igual que Felipe, Luisa María exhibe la obsesión por la supuesta “guerra” contra el narco, pretexto que le sirve para rodearse de guaruras y para promover la militarización del país.
El mandatario de la entidad, Leonel Godoy Rangel, hace notar que, en su precampaña, Luisa María usó indebidamente recursos federales, “particularmente en el rubro de seguridad” (El Universal, 29 de junio de 2011). Más específicamente, el periodista Álvaro Delgado se refiere a las “decenas de militares armados al servicio de su campaña”.
Además, el pasado julio, el gobierno federal envió al estado 1 mil 800 elementos de la Policía Federal con el pretexto de “reforzar las tareas de seguridad”.
Como el presidente espurio, Luisa María hace gala de un autoritarismo ridículo, que ha llevado a sus súbditos a llamarla “la dama de hierro con pantalones”.
Luisa María Calderón proclamó abiertamente sus intenciones de llegar a la gubernatura por lo menos desde octubre de 2010. El pronunciamiento, que hizo durante su fiesta de cumpleaños, generó divisiones dentro del panismo local.
En su partido, Luisa María hace lo que quiere porque cuenta con el apoyo de su hermano, pero el PAN es incapaz de ganar por sí solo la elección; por eso, ha buscado el apoyo del Partido Nueva Alianza (Panal).
El pasado 3 de agosto, ya como precandidata, Cocoa acudió a las oficinas del Panal en el estado para registrarse también como precandidata por ese partido. Para el resto de los cargos que están en juego en las elecciones, el PAN ya había pactado una “alianza total” con el Panal, que como de costumbre se presta a hacerle el juego a la derecha católica, para ayudarle a obtener las 113 alcaldías y 24 distritos electorales de la entidad. El perdedor en la contienda interna del PAN para la gubernatura del estado, el senador Marko Cortés Mendoza, fue elegido para competir por la alcaldía de Morelia.
En Twitter, el presidente del PAN, Gustavo Madero, felicitó a Cortés por su “actitud democrática”, es decir, por obedecer los dictados nepotistas de Felipe Calderón.
Nuevamente, el Panal establece con la derecha confesional una alianza que pueda permitirle a ésta continuar con su política de agresión contra el Estado laico, los trabajadores y en general contra el pueblo de México.
Evidentemente, el Panal no ofrece al PAN grandes posibilidades de aumentar su popularidad, pero sí puede magnificar las capacidades del blanquiazul para recurrir al fraude electoral.
Nacida el 23 de octubre de 1956, Luisa María de Guadalupe Calderón Hinojosa es hija de Luis Calderón Vega, uno de los fundadores del PAN, partido al que ella pertenece desde 1976.
En 1983 fue electa diputada del Congreso de Michoacán. De 1988 a 1991 fue diputada federal de la LIV legislatura y de 2000 a 2006 fue senadora plurinominal.
Se formó en escuelas confesionales; Estudió la primaria en el Colegio Motolinía, de Morelia; la educación media en el Colegio Plancarte Valladolid, y estudió sicología en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, que pertenece a los jesuitas.
En noviembre de 2006, en plena época de la consumación del fraude panista, se publicó una crónica de la infancia de los Calderón Hinojosa, donde se especifica que “la habitación la compartió [Luisa María] con su hermano Juan Luis. Ambos durmieron durante años en literas…”.
Éste ha sido diputado, y cuando Felipe Calderón era secretario de Energía, trabajó en la Comisión Nacional del Agua; luego de la renuncia de Calderón a su cargo, se incorporó al ayuntamiento de Morelia como responsable del Organismo Operador de Agua Potable y Saneamiento.
En la habitación que Juan Luis y Luisa María compartían colgaba “un crucifijo como prueba de su alianza eterna con la Iglesia Católica. Era la década de 1970 en la ciudad de Morelia. Días en los que, por convicción devota, los Calderón asistían cada domingo por la mañana a misa de nueve” (El Universal, 27 de noviembre de 2006).
Esa “convicción devota” no evitó que Felipe Calderón desarrollara su vocación de alcohólico y de asesino, mientras que los lazos familiares se transformarían con el tiempo en descarado nepotismo, como ocurre en el caso de Luisa María.
Pese a que sus correligionarios idealizan el matrimonio, Luisa María es madre soltera de un hijo, hoy de 18 años, de nombre Esteban Calderón Hinojosa, y quien, asegura ella, “ha estado trabajando en la precampaña”.
Públicamente no se ha difundido el nombre del padre de Esteban Calderón Hinojosa (ver: www.geneall.net/H/per_page.php?id=1951849).
Aunque la hermana de Calderón usa el sobrenombre de Cocoa, en espacios críticos de internet, ya la bautizaron con el apelativo de “cacoa”.
*Maestro en filosofía; especialista en estudios acerca de la derecha política en México
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