Todavía no hay una explicación amplia y cabal acerca de por qué el huracán Patricia, considerado 5A (algunos científicos dijeron que de haber existido otra escala hubiera llegado al número 7), no trajo los estragos que se esperaba, afortunadamente.
Para algunos especialistas, las montañas de nuestro país y la suerte hicieron que el meteoro bajara su intensidad (The New York Times y The Economist, citados por Sin Embargo, 27 de octubre de 2015). Para otras investigaciones, el gobierno mexicano hizo un buen trabajo y los medios de difusión lograron persuadir a la ciudadanía de no arriesgarse, como en otras ocasiones.
Esperemos que pronto vengan las explicaciones, ya que es indispensable saber bien a bien qué sucedió. Porque los superhuracanes continuarán (La Jornada, ídem), pues el deterioro ambiental en todos los órdenes, los fenómenos de El Niño y La Niña, la edificación de edificios para quienes tienen ingresos altos en zonas como Santa Fe, en la Ciudad de México, y en los manglares de varias costas y la depredación del entorno son cada vez mayores sin que exista atención a lo que ocurre.
[blockquote pull=”right” align=”left” attributed_to=”” attributed_to_url=”{{attributed_to_url}}”]Los poderes Legislativo y Judicial deberían llamar la atención a Peña Nieto por hacer apología de la fe en un país que respeta la libertad de cultos”[/blockquote]
Ante ese panorama contrastan las declaraciones de Enrique Peña Nieto en Jalisco. Dijo que se evitaron las tragedias ya que: “Cerramos filas, generando una gran energía positiva [sic que busca su libro de autoayuda]. Hubo, para quienes son creyentes, cadenas de oración, rezos, llamados [sic que muestra su Biblia]. Yo creo que en buena medida el tener un saldo blanco ante el impacto de este huracán se debe en mucho a la fe del pueblo de México [sic donde la Iglesia repica las campanas y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos laica sufre], a tener fe en sí mismo y al haberse unido todos para convocar a esa fuerza que en mucho evitó este desastre” (sic que desprecia a Superman y llama a los poderes astrológicos).
Resulta sorprendente que el funcionario más importante de este régimen nos dé clases de fe, religiosidad y fuerzas superiores. Carlos Monsiváis abriría tamaños ojotes donde estuviera, ya que comprobaría que no ha leído su libro: El Estado laico y sus malquerientes. Claro, era difícil que el señor que no se acordó de tres títulos de obras escritas siquiera tenga en mente la existencia de un libro capital en el país.
Además de ser congruentes, los miembros del Poder Legislativo y/o el Judicial le deberían hacer un llamado de atención a Peña Nieto por hacer apología de la fe en un país que tiene como base la libertad de cultos y de conciencia (sic que espera sentado y se aburre). Máxime que enfrentar a los fenómenos naturales no tiene nada que ver con la voluntad interna, sino con prevenciones, llamados a la cordura, atención de las situaciones que se viven y planeación con el fin de evitar desastres.
[blockquote pull=”right” align=”left” attributed_to=”” attributed_to_url=”{{attributed_to_url}}”]Por el huracán Patricia hay más de 10 mil afectados, hasta 3 mil 500 casas dañadas, y se perdieron cosechas de maíz, caña, chile, plátano y papaya”[/blockquote]
Antes el mismo Peña había dicho: “corresponderá a los expertos y a los científicos determinar qué fue lo que afortunadamente evitó que hubiera este efecto devastador” (sic contradictorio que se rasca la cabeza).
Con todo, hubo 42 planteles dañados, uno cuyo techo voló porque no era de cemento, en La Huerta, Jalisco (El Universal, 27 de octubre). Tenemos más de 10 mil afectados y hasta 3 mil 500 casas dañadas. Y se perdieron cosechas de productos como maíz, caña, chile, plátano y papaya, a decir del encargado de la Secretaría de Desarrollo Social, José Antonio Meade (varios periódicos).
Y antes, como supimos, llegó el huracán electoral a Colima y anuló el triunfo del priísta Ignacio Peralta (apoyado al extremo por Luis Videgaray), lo que molestó grandemente a Peña Nieto, ya que al encontrarse con el panista Jorge Luis Preciado (contendiente de Peralta) éste lo increpó y le reclamó que anduviera en aquel estado sin ayudar a las víctimas, más bien haciendo propaganda a su causa (sic que hace berrinche).
Otra tormenta fue anunciada en Jalisco en una de las reuniones que organiza Miguel Alemán Velasco (de quien se asegura que ha escrito más libros de los que ha leído): 740 mil millones de pesos cuesta a México la corrupción anual, es decir, el 4 por ciento del producto interno bruto. Frente a ella nada se hace, todavía. Y ésta no se puede, aunque se diga, combatir con fe ni rezos, sino con leyes precisas y castigos efectivos.
¡Oh, la Casa Blanca! Y los mitos geniales.
Jorge Meléndez Preciado*
*Periodista
BLOQUE: OPINIÓN SECCIÓN: ARTÍCULO
Contralínea 462 / del 09 al 15 de Noviembre 2015
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