La Conagua, sin objetivos claros ni perspectiva de mediano plazo en el tema hídrico, señala la Auditoría Superior de la Federación. Expertos opinan que, a dos años del actual gobierno, la gestión de Blanca Jiménez ha sido “decepcionante” y “lenta” respecto de lo que esperaban
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), encabezada por Blanca Jiménez Cisneros, “careció de objetivos claros y de una perspectiva de mediano plazo en el tema hídrico, debido a que en ese año [2019] se inició la formulación de la política hídrica nacional para ser establecida en el Programa Nacional Hídrico…”, dictaminó la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su más reciente fiscalización.
Apenas el 27 de diciembre pasado, el organismo anunció que “en materia de planeación, en apego a la Ley de Aguas Nacionales, se concluyeron los trabajos para la integración del Programa Nacional Hídrico (PNH), documento rector de la política en el país para la presente administración”.
No obstante, expertos en la materia consideran que, a dos años de la actual gestión, ésta ha sido “decepcionante” y “lenta” en términos de lo que esperaban de la llamada cuarta transformación.
El Informe individual del resultado de la fiscalización superior de la Cuenta Pública 2019, elaborado por el máximo órgano de fiscalización del país, observa que: “en cuanto a la coordinación, en 2019, aun cuando la Conagua realizó 44 reuniones con diferentes actores, no acreditó con evidencia que efectuó las gestiones correspondientes para coordinar la planeación de la política hídrica mediante la operación del Programa Presupuestario P001, ‘Conducción de las políticas hídricas’, ni tampoco acreditó que tuvo mecanismos, acuerdos y convenios con las entidades federativas y gobiernos municipales para tal fin. Por lo anterior, el órgano desconcentrado no implementó la planificación y programación de la política en materia hídrica”.
Francisco López Bárcenas, investigador del Colegio de San Luis en el programa de Agua y Sociedad, señala que “el agua no es cualquier recurso natural: es de los principales que tenemos. La Conagua ha ido lenta en términos de lo que esperaba la gente con un gobierno de cambio y de la extensión de los grandes problemas que tenemos con relación al recurso”.
Destaca que “se esperaría que el organismo impulsara el derecho humano al agua. Tenemos el debate legislativo sobre si se va a aprobar o no la Ley [General de Aguas]. Hay muchas resistencias, pero también ha habido mucha propuesta de la sociedad y ése es un pendiente importante”.
La ASF, encabezada por David Colmenares Páramo, precisa en su dictamen que “en cuanto al indicador ‘Objetivos de política hídrica alcanzados’, se identificó que no se registró la meta respectiva, lo que evidenció que la comisión no se aseguró del cumplimiento de objetivos con oportunidad y eficiencia”.
Para Miguel Ángel Montoya, consultor legislativo en materia de gestión integral del agua, el papel que ha desempeñado la Conagua en los últimos dos años es “decepcionante”. La primera gran decepción, agrega, “es en términos y principios de la 4T: en la política nacional del agua, la Conagua tenía la enorme oportunidad de disminuir, suavizar, las enormes asimetrías en el acceso al agua, y no lo ha hecho”.
Entre los avances que podría haber presentado, considera, están los relacionados con los conflictos socioambientales que tienen que ver con el vital líquido y el impulso de la Ley General de Aguas con una perspectiva social y que elimine el acaparamiento del recurso.
Si algo caracteriza a la Conagua, dice, es que existe (con todo y los cambios que se dieron en seis subdirecciones) una “línea de continuidad neoliberal; inclusive con la Ley actual, aún se pueden matizar las enormes asimetrías que hay en el acceso al agua y la enorme concentración que existe por unos cuantos poderosos”.
Ejemplo de ello, destaca, es que uno de los principales adversarios del presidente de la República, el empresario Claudio X González, ha sido beneficiario del sistema de concesiones y por la renovación de este mecanismo, a través de su empresa Kimberly-Clark. Los datos del Registro Público de Derechos de Agua (Repda) muestran 10 títulos de concesión a su favor, comprometidos desde 1994.
La lista de conflictos ambientales atendidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y entregados a Contralínea a través de la Ley General de Transparencia y Acceso a la Información Pública, involucra a 11 relacionados con el tema del agua. Estos van desde la “gestión del agua de los pueblos zapotecos”, hasta la contaminación del vital líquido por parte de Grupo México en el Río Sonora.
Además, la respuesta 0001600086220 precisa que entre los 32 casos (en los que se involucra a la Conagua) se encuentran: Acueducto Independencia (Sonora), la presa El Zapotillo (Jalisco), los pobladores de Mexicali y Constellation Brands (Baja California), la Presa Los Pilares (Sonora), la Presa Endhó (Hidalgo), Río Blanco (Veracruz), aguas negras en Miahuatlán (Oaxaca), el proyecto hidroeléctrico Jalcomulco (Veracruz) y el embalse La Parota (Guerrero).
Fermín Reygadas, cofundador y director Ejecutivo de Cántaro Azul, señala en entrevista que en diciembre de 2018, la Conagua inició con toda la fuerza de la cuarta transformación y un discurso que sí parecía distinto a lo que venía funcionando. “Se ven también cambios importantes al reducir parte de la corrupción. Sin embargo, en la práctica la falta de capacidad del equipo directivo de un inicio hace ver que no se tenían claros los objetivos principales de esta política que, en el discurso, busca mejorar las condiciones para las personas más vulnerables”. Para él, aún es incierto si realmente va haber un cambio o no. Pero, con dos años de trabajo, es claro que “los resultados no están ahí”.
En opinión de la ASF, en 2019 la Conagua condujo la política hídrica nacional “con deficiencias en el proceso de planeación, ya que aún no se contaba con el documento rector del sector; además, tampoco acreditó que efectuó gestiones de coordinación mediante acuerdos y convenios con las entidades federativas y gobiernos municipales…”
López Bárcenas, investigador del Colegio de San Luis, indica que entre los asuntos prioritarios que debe atender la Conagua, es el problema que atraviesan los pueblos indígenas para acceder al recurso hídrico, como ocurre en los Valles Centrales de Oaxaca (https://bit.ly/2WTXa3l ) y en la comunidad Yaqui, en Sonora, donde ha habido avances, pero aún siguen pendientes de ser resueltos o concluidos. “Son propuestas muy novedosas que apuntan a lo que pudiera ser el reconocimiento de los derechos de los pueblos al agua y esperemos que se impulsen desde Conagua”.
El especialista asegura que “está demostrado que, sobre todo en áreas rurales, en comunidades indígenas, la Conagua no llega, prácticamente no cuenta. La gente tiene servicios porque lo han hecho ellos mismos y eso debería apuntar a que se le reconocieran el derecho humano al agua”.
En tanto, el director Ejecutivo de Cántaro Azul comenta que si la cuarta transformación se define como atender primero a los pobres, a los más vulnerables, a no mentir al pueblo y eliminar la corrupción; “en las tres ha fallado la Conagua”.
En términos de atender a la población más vulnerable, “todo el presupuesto de la Conagua ha bajado, pero el que más ha bajado ha sido el asignado para las comunidades rurales… Pasó de invertir más de 6 mil millones de pesos al contexto rural a 1 mil millones.
“También vemos a la Conagua, en particular a la directora, trabajando muy de cerca con los actores que mantuvieron la situación del agua en el pasado, como la Asociación Nacional de Empresas de Agua y Saneamiento de México, la Asociación Nacional de Usuarios de Riego, el Consejo Consultivo del Agua, los industriales [Confederación de Cámaras Industriales], con ellos se mantenía una relación muy cercana decidiendo si va una Ley General o no, decidiendo con ellos en dónde invertir y en dónde no, y esto nos parece una decepción muy grande porque el pueblo de México votó realmente por una transformación y no se está llevando a cabo”.
Fermín Reygadas añade que en términos de darle información y transparencia a la gente, sí hubo un esfuerzo para abrir los datos de la Red Nacional de Monitoreo de la Calidad del Agua que tiene la Conagua, pero se dejaron de suministrar los recursos en esta base de datos. Entonces, “se abrieron datos del pasado que tienen que ver con las fuentes de agua, no necesariamente con el agua que la gente consume de manera directa en la red, y dejaron de invertir en obtener esa información… Llegas a esta institución y te das cuenta de que la calidad del agua en todo el país está muy mal, es muy grave”.
En términos de corrupción, comenta: “si no inviertes en la administración del agua, el entender cómo los concesionarios están usando el agua, cómo están haciendo las descargas, si no inviertes en eso, que es algo que esta administración no han hecho, estás permitiendo dos cosas: la impunidad y que los grandes usuarios estén pudiendo extraer agua, agotándose las aguas subterráneas, contaminando las aguas superficiales y sin ninguna consecuencia”.
Para la elaboración de este trabajo se solicitó entrevista con la directora general de la Conagua, Blanca Jiménez, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta del área de Comunicación Social.
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