Érika Ramírez / Julio César Hernández, fotos / enviados
Agricultores del Valle del Yaqui advierten que la construcción del Acueducto Independencia o El Novillo, significará un despojo de las aguas que bañan unas 10 mil hectáreas de sus cultivos. Este espacio de tierra representa más del 11 por ciento de todo el territorio estatal. De él se extraen productos como trigo, maíz, frijol, vid, cítricos, nogal y alfalfa. Se trata de un proyecto iniciado con la administración panista de Guillermo Padrés Elías, a través de un plan de infraestructura denominado Sonora Sí. El plan integral contempla la puesta en marcha de 22 obras de ingeniería hidráulica, cotizadas en su totalidad en 10 mil 602 millones 800 mil pesos. No obstante, el acueducto que atravesará la cuenca del Río Yaqui representa ya una amenaza para los más de 22 mil usuarios de las aguas que surten a la región. Documentos oficiales de la Comisión Nacional del Agua evidencian diversas alternativas para surtir de agua a la capital del estado, principal objetivo de esta obra.
Con un rotundo no, los agricultores de esta región han sacado sus tractores a las carreteras y avenidas del distrito de Cajeme, para oponerse a la conclusión del Acueducto Independencia. Y es que, de acuerdo con la información oficial, se pretenden desviar 75 millones de metros cúbicos de agua de la cuenca del Río Yaqui. “Esto es un vil despojo” dice Plutarco Pérez Aguirre, presidente de las Asociaciones Agrícolas del Yaqui. La justificación de sus argumentos está basada en la escasez de agua y las sequías que han deprimido el Valle durante la última década. Ejemplo de ello es que durante los ciclos agrícolas de 2003 y 2004 –cuando se registró una temporada de sequía– los productores de esta zona no sembraron. La depresión económica se dejó sentir entre los grandes y pequeños empresarios de la región. Ahora, son más de 22 mil usuarios los que dependen de la cuenca del Río Yaqui en el Valle. En su mayoría, opositores a la obra que ha iniciado el gobierno de Padrés Elías. Marcos Mejía Salido, agricultor dedicado a la siembra de trigo, es uno de ellos. Víctima de las sequías de 2003, comenta que “es una preocupación constante la que tenemos porque sabemos que las presas no se llenan de la noche a la mañana. Aquí tenemos temporadas de sequías y ha habido años en los que no hemos sembrado”. Se opone a la propuesta gubernamental porque el sistema hidráulico “es muy viejo y no tenemos para crecer más. El agua la hemos cuidado, pero no podemos repartir algo que no alcanza”.
La información oficial que justifica la construcción de El Novillo señala: “Las obras ejecutadas durante los últimos 12 años han sido acciones con una visión de corto plazo o emergentes, que han demostrado que existe una alta vulnerabilidad y riesgo en el sistema de captaciones de agua de Hermosillo”. El gobierno del estado dice que con la obra se garantizará el suministro suficiente de agua para la capital de la entidad por los próximos 25 años. “El Acueducto Independencia, fue seleccionado como la mejor alternativa para abastecer de agua a la ciudad de Hermosillo”, según la administración de Guillermo Padrés Elías, a través de su portal de internet. El argumento que “avala” la ingeniería hidráulica señala que “en la cuenca del Río Yaqui actualmente en el Distrito de Riego 041 Río Yaqui se desperdician 947 millones de metros cúbicos en promedio anual debido a las deficiencias de conducción en la red de distribución; asimismo, se dejan de extraer en este distrito 357 millones de metros cúbicos anuales de aguas subterráneas de los 599 millones concesionados para uso agrícola”. Además, indica que en el verano de 2010 el sistema de presas del Río Yaqui registró niveles de almacenamiento al ciento por ciento, por lo que se realizaron desfogues que sumaron 600 millones de metros cúbicos tirados al mar. La obra tendrá una inversión total de 3 mil 860 millones de pesos, y podría concluirse en 2012. “Esto es, existe volumen que puede recuperarse mediante obras de modernización en el Distrito de Riego para reducir las pérdidas y con esos ahorros una parte utilizarlos para abastecer al acueducto Independencia”, asegura el gobierno de Sonora. Sin embargo para los agricultores y usuarios de la región, los argumentos oficiales son “absurdos”. Alberto Vizcarra Osuna, coordinador del Movimiento Ciudadano por el Agua asegura que “la iniciativa del Sonora Sí presume que a una región le sobra y a otra le falta agua, pero si se hace una revisión estricta del estado vamos a darnos cuenta que somos deficitarios en el recurso”. Planteado a la entrada de la administración de Guillermo Padrés, en 2009, el proyecto gubernamental ha puesto en jaque a los agroempresarios del Valle del Yaqui, que actualmente producen sus cultivos en 10 mil hectáreas de tierra al sur de Sonora. La estrategia para suministrar de agua a la capital del estado forma parte de un proyecto que contempla 22 obras hidráulicas, para ser concluidas en 2012, que será cubierto a través del Fondo de Operación de Obras Sonora Sí.
La investigación Las organizaciones del sector social del Valle del Yaqui. Retrocesos de política agraria, realizada por María Almanza Sánchez, doctora en sociología y agroecología por la Universidad de Córdoba, España, indica que el Valle del Yaqui representa 11.4 por ciento de la superficie del estado y el 1 por ciento a nivel nacional. Almanza Sánchez –quien también se desempeña como profesora de licenciatura y posgrado en el Departamento de Sociología Rural de la Universidad Autónoma de Chapingo–, explica que este territorio se localiza en el Distrito de Desarrollo Rural 148 Cajeme, con una extensión territorial de 2 millones 117 mil 220 hectáreas. Los 71 mil 452 kilómetros que ocupa la cuenca del Río Yaqui reciben precipitaciones entre 300 y 1 mil 400 milímetros. “Pareciera suficiente agua de lluvia para la actividad agrícola, pero 10 años de una prolongada sequía han impedido sembrar los dos ciclos tradicionales, al grado de que en el ciclo 2003-2004 no hubo establecimiento de cultivos”, documenta la especialista. En el Distrito de Riego del Yaqui se localizan los municipios de Cajeme, Bácum, San Ignacio Río Muerto, Navojoa, Guaymas, Rosario, Quiriego, Benito Juárez y Etchojoa.
Javier Castelo Parada, senador por Sonora, comenta que antes de que se concrete la obra El Novillo, el gobierno estatal debería contemplar las diferentes opciones que tiene para proveer de agua potable a la gente de Hermosillo. Reconoce que el abasto de agua sí es un problema en la capital del estado. El legislador integrante del Partido Acción Nacional agrega que es “de aplaudirse que un gobernador haya decidido enfrentar la falta de agua de muchos municipios. Lo único observable es que la opción que se pensó para Hermosillo es un acueducto que le quita el agua al Valle del Yaqui”. Para el también empresario del ramo agrícola, la opción más “sana de todas es la desaladora, pero también hay otras fuentes de abastecimiento como la planta tratadora de aguas residuales de Hermosillo y el riego tecnificado. “Pudiera pensarse que hay mucha agua, que llevarse 75 millones de metros cúbicos no es nada. Sin embargo, hay previsiones con los tiempos de sequías. Es tiempo de detener todavía la obra; hay tiempo. Esto, sin la intensión de adoptar posturas triunfalistas”, comenta. En diciembre de 2007, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) reportó que la problemática del sistema de abasto en Hermosillo correspondía a “que es sobreexplotado, con problemas de intrusión salina”. Lo anterior, como consecuencia del “desconocimiento del funcionamiento del acuífero y problemas interpersonales, como la desconfianza, la desinformación y la apatía (de los usuarios), que han permitido una extracción excesiva”. De acuerdo con el informe final Plan director para la modernización integral del riego del Distrito de Riego 051, Costa de Hermosillo, Sonora, los principales cultivos en otoño-invierno son trigo y garbanzo; en primavera-verano, hortalizas, maíz, frijol y los cultivos de vid, cítricos, nogal y alfalfa. Para ello, la institución que encabeza José Luis Luege Tamargo propuso una serie de “acciones estructurales”, entre las que destacan la rehabilitación de pozos, la instalación de módulos de producción hortícola, la tecnificación del riego y la instalación de medidores. En la rehabilitación de pozos, la Conagua advierte que 105 pozos requieren trabajos de diagnóstico y rehabilitación del sistema electromecánico; se recomienda la tecnificación de riego al ciento por ciento; y la reconversión de productores de granos y forrajes (que son los que ocupan la mayor dotación de agua) a la explotación de hortalizas. La institución estima que sólo el 50 por ciento de los pozos en operación en el Distrito de Riego 051, Costa de Hermosillo, cuenta con medidor volumétrico funcionando. “El presente Plan Director considera que el ciento por ciento de los aprovechamientos debe contar con dispositivo de medición funcionando”.
En marzo pasado, la jueza 8 de Distrito del municipio de Cajeme, María del Rosario Alcántar Trujillo, ordenó dejar sin efecto la licitación para la construcción del Acueducto Independencia. Alcántar Trujillo dio vista al agente del Ministerio Público federal “para que haga valer lo que a su representación corresponda”, e inicie una averiguación previa contra las autoridades. Con esta orden judicial se obliga a las autoridades del estado a parar las obras del Acueducto Independencia, anunciadas el 6 de octubre de 2010. Dos meses después, el gobernador Guillermo Padrés inauguró los trabajos de construcción, que trasvasará anualmente 75 millones de metros cúbicos de agua desde el Sur de la entidad a la capital sonorense. Se solicitó entrevista con Guillermo Padrés Elías, a través de la oficina de Comunicación Social del gobierno del estado, sin que hasta el cierre de edición se obtuviera respuesta. Tipos de organizaciones en el Valle del Yaqui
Según el documento elaborado por la investigadora María Almanza Sánchez, doctora en sociología y agroecología por la Universidad de Córdoba, el Valle del Yaqui está constituido en tres tipos de organización: Primer nivel: sociedades de producción rural, agrupadas en ejidos colectivos que trabajan para conseguir recursos financieros. Segundo nivel: agrupan a las primeras para facilitar servicios de crédito, seguro, comercialización y adquisición de insumos (uniones de ejidos, asociaciones rurales de interés colectivo, sociedades de producción rural, uniones de crédito, fondos de aseguramiento, comités de comercialización y asociaciones de productores de hortalizas). Tercer nivel: organizaciones de representación regional y gestión de demandas. Entre ellas están las incorporadas a los partidos políticos nacionales como la Confederación Nacional Campesina, Alianza Campesina del Noroeste, Asociación de Organismos Agrícolas del Sur de Sonora; productores del sector social, en su mayoría colonos, ejidatarios y pequeños propietarios privados.
Por unanimidad de votos, la Cámara de Diputados aprobó el dictamen de reforma al artículo…
Después de una sesión de dos días, el Pleno de la Cámara de Diputados aprobó…
Las “más de 800 modificaciones” que ha sufrido la Constitución Mexicana, desde su promulgación en…
Con el proyecto Seguridad energética, hídrica y alimentaria para pueblos originarios en regiones costeras semiáridas…
Kuala Lumpur. En Filipinas, un grupo de cuatro barangays (barrios) insulares en Tubigon, situado en…
Tras la solicitud que han realizado diversos funcionarios canadienses para renegociar el T-MEC con Estados…
Esta web usa cookies.