Los tres principales partidos políticos en México preparan un “gran acuerdo nacional”, en el que empleo, seguridad y justicia serían los ejes básicos. Desde luego, los acuerdos son indispensables para superar conflictos, pero deben partir de puntos de convergencia que, por ahora, son inexistentes. Y no ya entre los propios partidos, sino en la sociedad, tan dividida por una lucha de clases cada vez más violenta por las ambiciones de los sectores más privilegiados, y favorecida por una política económica deshumanizada y ajena a los intereses fundamentales de todo el país.