La licitud relativa de las detenciones por sospecha
A abogado penalista que sea defensor le ha tocado que la detención de algún cliente haya sido motivada por la sospecha. La policía, muy confiada de su instinto, justifica las detenciones que realiza con lugares comunes: “iba caminando de manera sospechosa”, “andaba en una colonia en la que nadie lo conocía”, “vestía de manera sospechosa”, “incurrió en varias contradicciones que lo hicieron sospechoso”. Pero resulta que, en casi todos los casos, los agentes no dicen en qué consistió la conducta sospechosa que motivó una detención; y lo peor: los jueces avalan esta forma de actuar de la policía porque generalmente omiten analizar exhaustivamente los motivos de las capturas; prácticamente han renunciado a su obligación de controlar las detenciones.