El desalojo y ulterior detención de los moradores de las casas de estudiantes Nicolaita, 2 de Octubre y Lucio Cabañas, ubicadas en la capital michoacana, derivaron en más de 60 quejas por violaciones a derechos humanos. Éstas refieren principalmente el uso excesivo de la fuerza por parte de los policías estatales y federales que participaron en el operativo. Sin embargo, las violaciones podrían ser más: por temor o desconfianza, algunos estudiantes no denuncian. Para Luis García, primer visitador de la CNDH, es preocupante “que se criminalice a los estudiantes y a la protesta social”. Si es así, advierte, “sería la violación más delicada, porque derivado de ello vienen violaciones a la seguridad jurídica”