Aunque en el discurso existe equidad de género, la realidad es que en Tamaulipas falta mucho por hacerse en este tema pues, empezando por los partidos políticos, se siguen implementando acciones que privilegian la presencia de hombres en los espacios poder y toma de decisiones
Blanca Isela Martínez / Matamoros, Tamaulipas
Para el género femenino abrirse paso en cualquier ámbito social o económico sigue siendo un desafío aún en la época actual, en la que se resaltan como avances los primeros signos de reconocimiento a los derechos de las mujeres que, desafortunadamente, distan de aproximarse a la equidad.
La presencia de mujeres en puestos de decisión sufre de un rezago que se evidencia al comparar su número frente al que ocupan los hombres.
Un ejemplo: de los 161 países registrados en la Organización de las Naciones Unidas, sólo 17 tienen a una mujer como primera ministra o presidenta. En América Latina son: Laura Chinchilla, de Costa Rica; Cristina Fernández de Kirchner, en Argentina y DilmaRousseff en Brasil.
En Tamaulipas las mujeres también comienzan a emerger de la invisibilidad con el arranque de los nuevos gobiernos estatal y municipal.
En la administración que encabeza Egidio Torre Cantú, tres funcionarias titulan carteras de nivel de secretaría; sin embargo, siguen siendo minoría en comparación de los 13 varones los que tienen puestos en ese mismo rango.
Blanca Dinorah Guerra Garza está la Secretaría de Desarrollo Social; Mónica González García en Desarrollo Económico y Turismo y Gilda Cavazos Literas en la Contraloría del Estado. Ellas representan una quinta parte de los cargos de mayor jerarquía en el gabinete estatal.
Mientras tanto en los 43 municipios tamaulipecos, solo dos tienen alcaldesas. Se trata de Magdalena Peraza, postulada por el Partido Acción Nacional (PAN) en Tampico y María del Carmen Rocha Hernández, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en Camargo.
A 57 años de que las damas comenzaron a participar en la democracia de México mediante del sufragio, por primera vez en el Congreso del Tamaulipas, dos mujeres coordinan las fracciones parlamentarias mayoritarias. Por el PAN, Beatriz Collado Lara y por el PRI, Guadalupe Flores Valdés, quien además es presidenta de la Junta de Coordinación Política.
La deuda histórica de la sociedad y la clase política con las mujeres crece con la simulación y las estrategias que practican los partidos políticos para mantener un predominio masculino en los espacios de poder.
Y es que todavía se ejercen acciones para burlar los candados que pretenden equilibrar la distribución de los espacios políticos entre ambos sexos, pues queda abierta la posibilidad de filtrar a más hombres mediante la figura de las suplencias.
De ese modo a unas horas de iniciado el trabajo en los nuevos Cabildos de Tamaulipas, algunas mujeres solicitaron licencias indefinidas a sus cargos ganados por votación popular y cedieron su lugar a sus suplentes, que en todos los casos fueron varones con los que tienen algún parentesco o relación, como la de padre, esposo o compañero de partido.
EN MATAMOROS, LAS MUJERES NO SON PRIMERO
En la política pública de esta frontera no se incluye, ni siquiera en el discurso, el respeto a la igualdad de género.
Muestra de ello es la forma en la que el gobierno municipal saluda a los cibernautas que abren su página de Internet www.matamoros.com.mx.
Al abrir el portal el visitante?se encuentra con un video promocional de la ciudad en el que se dice: “Matamoros es tierra de hombres cabales” y “De mujeres hermosas”.
Con tales frases, la figura femenina queda reducida al grado de un artículo decorativo, mientras las cualidades que hacen parte de la honorabilidad se adjudican tan solo al sexo masculino.
Además, sólo una mujer alcanzó?una posición de primer nivel de la estructura de gobierno del alcalde Víctor Alfonso Sánchez Garza. Ese fue el caso Claudia Griselda Martínez Castillo, quien recibió el nombramiento de contralora municipal.
Con esa excepción, las mujeres en Matamoros no han merecido confianza para conducir las dependencias donde se manejan recursos o programas que impliquen la administración del presupuesto público.
A lo más, existen mujeres ocupando direcciones de institutos o coordinaciones de áreas, donde la toma de decisiones está a cargo de un varón.
Además, las responsabilidades que se les asignaron a estas funcionarias están limitadas al desempeño de tareas que tienen que ver con rubros como parques y jardines, el cultural, el de la juventud y la dirección de museos, aparte del Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), institución encargada de ejecutar la política social en el municipio y que por cumplimiento al protocolo debe ser presidida por la esposa del alcalde, Silvia Guerra de Sánchez.
Ni siquiera en el Cabildo, compuesto por 23 personas se dejó una a las mujeres por delante de los hombres, ya que de las dos sindicaturas disponibles, la primera es para Héctor Antonio Hernández Canales y la segunda para María del Rocío Escobar Domínguez.
En las regidurías ocurre lo mismo. El número uno es José Guadalupe Soto Pérez y Elsa Astudillo Zolezzi, la dos.
Esta última aseguró que inicialmente ella fue inscrita en el primer sitio, pero debido a que en el orden de la planilla estaba enseguida de la segunda síndico, se le corrió hacia esa otra posición.
“Según me dijeron fue por equidad de género, para evitar que hubiera dos mujeres juntas”, sostuvo.
Tanto Rocío Escobar como Elsa Astudillo recibieron el argumento que el orden de ubicación en el cuerpo edilicio es irrelevante, ya que uno u otro lugar tienen la misma investidura y facultades, pero no se les ha podido aclarar porqué, en ese caso, no se dejó en segundo sitio a los señores.
BENEFICIO RELATIVO
De las 21 regidurías que componen el Cabildo de Matamoros, un total de siete deberían corresponder a mujeres, porque la ley que establece a los partidos políticos un tope mínimo del 30 por ciento de representación femenina en sus planillas, no obstante, tras la solicitud de licencia de la decimotercera regidora, Sandra Lizeth Ávila Reyes, dicho propósito se frustró.
Desde diciembre de 2010, la ex dirigente del Partido Convergencia y ex candidata a la diputación federal por el Cuarto Distrito, Rosa Pérez, denunció a través de un desplegado a la opinión pública, tener conocimiento de que había un pacto para que el padre de Ávila Reyes, de nombre Julio Ávila Coronado, asumiera dicho cargo.
En entrevista, el hoy edil justifica su llegada al puesto al explicar que no fue un acuerdo previamente elaborado sino de un problema de salud de su hija, quien se sometió a una operación de urgencia por complicaciones en su embarazo, lo que ocurrió el 28 de diciembre de 2010.
“Mi hija tiene una incapacidad de maternidad por 90 días y su licencia se pidió por tiempo indefinido, por lo que estará en condiciones de regresar a sus funciones en el momento en que lo considere conveniente, ya que los puestos de elección popular son irrenunciables”, afirmó Ávila Coronado.
El edil negó que haya montado un escenario para fingir respeto a los espacios femeninos y se pronunció en contra de tales prácticas, señalando incluso los casos suscitados en otras ciudades de Tamaulipas que “fueron más descarados”.
“Si tanto le preocupa a los partidos o a las mujeres la equidad de género, creo que se debería legislar, porque mientras la ley permita que haya suplencias, se va a seguir dando esto”, dijo.
Por otra parte, los propios partidos políticos ejercen la marginación y aplican criterios que privilegian la inserción del hombre en los espacios de poder. Basta recordar que tras los resultados del proceso electoral del pasado 4 de julio de 2010, en donde el PAN obtuvo el segundo lugar de la votación, lo que lo hizo acreedor a seis lugares en el Cabildo de Matamoros, donde apenas uno fue para alguien del género femenino, es decir, Sandra María Rodríguez Estrada.
El Partido de la Revolución Democrática (PRD) alcanzó por primera vez un asiento en el Cabildo, pero ya se tenía destinado para su exdelegado local, David Morales Vélez, quien afirma haberlo ganado por méritos de trabajo y decisión de la asamblea municipal del partido del sol azteca.
“No porque yo soy hombre me tocó estar en el número uno, fue por capacidad. Nosotros tuvimos una asamblea interna con asambleistas municipales, en las que gané esa posición, no fue un acomodo”, sostuvo.
Asimismo, el perredista reconoció que ha faltado participación femenina dentro de su partido y es por eso que no hubo a quién más posicionar en el lugar que ocupa. De hecho destacó que a menudo existen dificultades para completar el porcentaje mínimo de representación que exige la ley en las contiendas electorales, porque también se observa una inhibición entre las mujeres para luchar por los espacios.
UN PAíS DE MACHISTAS
María del Rocío Escobar Domínguez es la segunda síndico en el Cabildo de Matamoros, pero es la primera mujer en ostentar este cargo, que desde siempre ha sido ocupado por hombres.
De extracción priista -partido al que también dirigió de forma interina-, Escobar Domínguez asume el reto de pasar a la historia como una punta de lanza para el sexo femenino en la lucha por conquistar más espacios públicos.
Su llegada al cargo, en representación del sector obrero del PRI, ocurre 23 años después de que se ganó la posición de delegada sindical en la maquiladora Cepillos de México, donde predomina la mano de obra femenina, con la que se ha fortalecido no sólo la economía local sino también la Confederación de Trabajadores de México (CTM), de la que forma parte el Sindicato de Jornaleros y Obreros Industriales, al que pertenece.
Sus méritos le hicieron escalar hasta el lugar más alto al que su sector tiene derecho en el Cabildo matamorense, por lo que no le incomoda figurar en el número dos.
Opinó que si la participación de las mujeres se ha limitado en la política no es por falta de capacidad sino de apoyo, porque en la actualidad se le adjudica toda la responsabilidad de criar a los hijos y no se considera que los hombres deban contribuir con esta responsabilidad.
“Nosotras mismas tampoco hemos sido lo suficientemente fuertes para sostenernos, y nos hemos inclinado más por cumplir con la familia y con los roles tradicionales de madre o ama de casa”, expresó.
Sin embargo, agregó que esta es una realidad que se debe ir transformando.
“Desafortunadamente todavía estamos en un país y en una ciudad de machistas, pero si entre nosotras mismas, como luchadoras sociales nos apoyamos, de seguro vamos a estar más en los primeros lugares”, finalizó.
En gobierno son minoría
Tres de las 15 secretarías del gobierno estatal son tituladas por mujeres
Dinorah Blanca Guerra Garza
Secretaría de Desarrollo Social
Gilda Cavazos Lliteras
Contraloría Gubernamental
Mónica González García
Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo
Las ‘adelitas’ tamaulipecas
Regidoras que renunciaron a sus puestos de elección popular en los municipios de Tamaulipas, para dejárselos a un hombre
Municipio: Altamira
Nombre: Alma Gabriela Galván Sánchez
Puesto: Regidora
Suplente: Roberto Polanco Aguilar
Parentesco: Esposo
Municipio: Matamoros
Nombre: Sandra Lizethávila Reyes
Puesto: Regidora
Suplente: Julio ávila Coronado
Parentesco: Padre
Municipio: Reynosa
Nombre: María Cristina Salinas Segovia
Puesto: Síndico Segundo
Suplente: Prisiciliano Gracias Gracia
Parentesco: Cuñado
Municipio: Río Bravo
Nombre: Margarita Vázquez Tavares
Puesto: Regidora
Suplente: Arturo Meza Espinoza
Municipio: Mante
Nombre: Marisela Aguilar Coronado
Puesto: Síndico Segundo
Suplente: Luis Enrique Balderas Terrones
En Altamira las regidoras priistas
LeslySujey Gallegos Hernández y Aralia Guadalupe Jiménez Martínez
solicitaron licencia a sus cargos
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