A partir de los primeros minutos de octubre, la autopista Monterrey-Saltillo abrió su vialidad para dar paso a los automovilistas que necesitan trasladarse con mayor rapidez entre estas dos ciudades. Sin embargo, a pesar de ser estrenada con un año de retraso, los detalles aún saltan a la vista, y para muestra basta un botón: a menos de 24 horas de haber comenzado su operación, un deslave fue registrado, lo que no representa un buen comienzo para esta nueva vialidad.
Por Guadalupe Carranza / Monterrey, Nuevo León
LA CONCESIóN
Durante la primera quincena de octubre de 2005, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes aseguró que pronto saldrían a la luz las primeras licitaciones para la construcción de la autopista de cuota Monterrey-Saltillo, misma en la que invertirían 2 mil millones de pesos.
La empresa española Isolux Corsán fue la beneficiada con la concesión para construir esta obra, misma que representaría su primer trabajo fuera del continente europeo, arrancando así los trabajos el 1 de marzo de 2007.
El proyecto establecía un plazo de 30 años en el que podrían explotarlo, luego de una inversión de 355 millones de dólares que, junto con el gobierno mexicano, invertirían. Aunque la promesa fue que los 50 kilómetros de longitud entrarían en servicio antes de noviembre de 2008, fue hasta el 1 de octubre de 2009 cuando comenzaron a funcionar.
LOS PERMISOS
En varias ocasiones la obra estuvo en riesgo, y es que el papeleo necesario para su construcción se vio trabado. En mayo de 2008, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes liberó el derecho de vía para la realización del proyecto, y aunque por su parte todo estaba en orden, los trabajos estaban suspendidos, ya que existían otras vías que requerían de urgente inversión.
En tanto, los permisos ambientales también eran otra de las limitantes. En junio de 2007 la Semarnat estudiaba suspender de manera definitiva los trabajos de esta autopista, ya que la SCT desmontó 15 kilómetros sin permiso cuando sólo contaba con la autorización para hacerlo en 8 de ellos.
Para el mes de octubre de 2008, la Dirección General de Gestión Forestal y Suelos dio salida a la petición de la SCT de cambiar el uso de suelo en esta zona correspondiente a los municipios de Santa Catarina y García, para ello la secretaría federal tuvo que pagar 2 millones de pesos para compensar el daño ambiental.
ARRANCA
A escasos días de entrar en operaciones, de nuevo “las piedras” se interpusieron en el camino. Durante la segunda quincena de septiembre un derrumbe a la altura del kilómetro 64 tapó los cuatro carriles de circulación en los límites de Nuevo León y Coahuila.
Durante el primer día de servicio un nuevo deslave ocurrió en la carretera, pero solamente obstruyó la vialidad de un carril en el tramo de Santa Catarina. Aunque la vialidad cumple con las medidas de seguridad, el director de Protección Civil de este municipio advierte que se debe revisar el movimiento de suelo, así como las medidas para evitar más deslaves.
La promesa de esta nueva conexión vial es unir a las dos ciudades con una reducción de tiempo de unos 25 minutos en comparación con la arteria libre, ofreciendo además servicios como seguro de viajero, telefonía de emergencia y asistencia vial.
Dado que la construcción está prácticamente libre de curvas, prevén se reducirá el índice de accidentes. Sin embargo, la neblina que se registra en la zona, posiblemente dificultará el manejo de los automovilistas.
Los ojos están puestos en ella y sólo el tiempo otorgará la razón al que la tenga, puede ser a los empresarios que la promueven como una excelente alternativa vial o a los elementos de Protección Civil que vaticinan más deslaves.