En la recta final de este año se libera un nuevo tratado comercial que tendrá que ser ratificado por el Senado: el Acuerdo de Asociación Transpacífico. Representantes de sectores como salud y alimentos ya prevén la quiebra
Tras 9 años de negociaciones, a espaldas de las sociedades que conforman el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por su sigla en inglés), el 4 de octubre pasado se firmó el pacto comercial más “ambicioso”, según el gobierno federal; el más devastador para muchos sectores, advierten especialistas.
Una vez hecho público el total del acuerdo, los primeros días de noviembre (como lo anunció el gobierno federal) será el Senado de la República quien deberá ratificar algo a lo que los mismos legisladores no tuvieron acceso desde que iniciaron los primeros encuentros. Sólo se conocieron algunos contenidos por filtraciones o informes secretos.
Para el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal, el TPP será “sin duda, un modelo de negociación para futuros acuerdos comerciales, y pone a México a la vanguardia en la materia”.
El comunicado que se difundió a través del Sistema de Información sobre Comercio Exterior indica que el acuerdo “abre nuevas oportunidades de negocio para el sector productivo mexicano en seis mercados de Asia-Pacífico (Australia, Brunéi, Malasia, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam), la región que registrará el mayor crecimiento económico en los próximos 25 años.
“Además, el TPP fortalece la integración de las cadenas productivas de México, Estados Unidos y Canadá, contribuyendo a la meta de convertir a América del Norte en la región más competitiva del mundo. Por otro lado, consolida el acceso preferencial a los mercados de Chile y Perú, socios comerciales prioritarios de México en América Latina; y profundiza las preferencias de acceso al mercado de Japón.”
Jorge Retana Yarto, economista y maestro en finanzas, especializado en economía internacional e inteligencia para la seguridad nacional, miembro de la Red México-China de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, dice en entrevista que la orientación que sigue México para regionalizar su economía, ahora con rumbo a la región asiática, es correcta por su dinamismo. Sin embargo, “esta orientación se ha venido procesando bajo una idea totalmente economicista muy restringida; es decir, la diplomacia mexicana se ha orientado a firmar acuerdos de carácter económico y a seguir la huella del nuevo posicionamiento que sigue Estados Unidos en Asia como la parte fundamental de su estrategia de reposicionamiento global. Esto es una falla fundamental.
“En segundo lugar, México tiene acuerdos ya de libre comercio con la mayoría de los países que están en el TPP. Con éstos tiene aranceles de los más bajos del mundo que van del 0 al 10 por ciento. Entonces ¿cuál puede ser el gran atractivo de incorporarse? Fundamentalmente, seguir la huella de Estados Unidos y tratar de cuidar las posiciones que tiene México en el mercado estadunidense.”
Para el investigador universitario, todo indica que hubo retrocesos importantes, pues lo presentan como un acuerdo del siglo XXI, pero con métodos de opacidad y ocultamiento propios del siglo XX o del periodo de entreguerras.
La versión pública de Estados Unidos
De acuerdo con el Resumen ejecutivo del TPP, en la versión pública del gobierno de Estados Unidos, encabezado por Barak Obama, “el resultado es un acuerdo de estándar alto, ambicioso, integral y equilibrado que promueve el crecimiento económico; apoya la creación y retención de empleos; mejorar la innovación, la productividad y la competitividad; eleva estándares de vida; reduce la pobreza en nuestros países; promueve la transparencia, el buen gobierno y el aumento de la mano de obra, así como protecciones laborales y ambientales”.
El resumen estadunidense considera que es un nuevo estándar de tratado global que incluye:
Acceso comprensivo al mercado: esto significa que el TPP elimina o reduce las barreras arancelarias a través de sustancialmente todo el comercio de productos y servicios y cubre todo el espectro de comercio, a fin de crear nuevas oportunidades y beneficios para negocios, trabajadores y consumidores.
Enfoque regional de los compromisos: el TPP facilita el desarrollo y producción de cadenas de suministro y comercio sin fisuras, mejora la eficiencia y el apoyo a puestos de trabajo, eleva el nivel de vida, la mejora los esfuerzos de conservación y facilita la integración trasfronteriza, así como la apertura de los mercados nacionales.
Abordar los nuevos desafíos comerciales: incluyendo el desarrollo de la economía digital y el papel de las empresas estatales en la economía global.
Comercio inclusivo: El TPP incluye nuevos elementos que buscan asegurar que las economías en todos los niveles de desarrollo y empresas de todos los tamaños puedan beneficiarse con el acuerdo, se aproveche de estas oportunidades, y llevar sus desafíos a los gobiernos que integran el TPP.
También incluye compromisos específicos sobre el desarrollo y la creación de capacidades comerciales, para asegurarse de que todas las partes son capaces de cumplir con los compromisos asumidos en el acuerdo y sacar el máximo provecho de estos beneficios.
“Tenemos la visión de este acuerdo con sus nuevos y altos estándares para el comercio y la inversión en la región Asia Pacífico, como un paso importante hacia nuestro objetivo final de la apertura comercial para mejorar la integración regional”, indica el documento.
La única versión hecha pública por mucho tiempo sobre este acuerdo fue en inglés; pero se pudo saber que consta de 30 capítulos.
Campo mexicano, en desventaja
Las partes se comprometieron a eliminar y reducir los aranceles por el bien industrial, y para eliminar o reducir los aranceles y otras políticas restrictivas sobre los productos agrícolas, indica el Resumen ejecutivo del TPP, en la versión de la representación de Estados Unidos.
Un análisis de la organización campesina El Barzón advierte de las desventajas para este sector primario y, en específico, para los granos básicos y los productores de leche.
Firmado por el presidente nacional de El Barzón, el documento titulado Afectaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) en granos básicos y sector lechero indica: “el gobierno mexicano está sobrevalorando los supuestos beneficios que se conseguirán con la firma del TPP. A 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte los resultados han mantenido estancado el crecimiento de la economía, con un promedio de 2 por ciento anual, y en la mayoría de las regiones dicho acuerdo comercial no ha generado ningún crecimiento del empleo; el de las exportaciones ha descansado en mano de obra barata y en un aumento de componentes e insumos importados, tanto en la agricultura como en las manufacturas”.
En la actualidad, México tiene firmados 11 tratados de libre comercio con 46 países, 32 acuerdos para la promoción y protección recíproca de las inversiones con 33 países, y nueve acuerdos de alcance limitado (acuerdos de complementación económica y acuerdos de alcance parcial) en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración. “Es decir, el problema no es la firma de tratados sino el abandono en que se encuentra la planta productiva nacional para poder aprovechar la relación comercial con otros países”, anota Ramírez Cuéllar.
Entre las observaciones que hace la organización se encuentran: “En México sólo quedan 3 mil 800 productores de arroz y somos dependientes en un 80 por ciento de las importaciones para cubrir la demanda nacional. La apertura indiscriminada que se está proyectando en el TPP y los plazos tan cortos para desgravación arancelaria provocarán la ruina de todos estos productores y la afectación de estados como Nayarit, Michoacán, Veracruz y Morelos frente a la enorme potencia que tiene Vietnam, quien produce 28 millones de toneladas, o Japón, con 7.9 millones de toneladas frente a las 232 mil que tenemos de producción en México”.
Asimismo, en estos momentos México padece una dependencia de aproximadamente 70 por ciento del consumo de trigo, pues sólo tiene capacidad de producir al año 3.6 millones de toneladas frente Estados Unidos, con casi 60 millones de toneladas anuales.
“Ha sido esta relación tan desventajosa lo que ha llevado prácticamente a desaparecer a los productores nacionales de trigo. Las nuevas ventajas que el TPP dará a Estados Unidos y Canadá afectarán de manera severa a Sonora, Baja California, Guanajuato, Sinaloa, Chihuahua y Jalisco, donde los productores cada día sufren los estragos de la falta de apoyo gubernamental y el crecimiento de los costos de producción”, dice el informe.
En el caso de carne y leche, “la participación de Nueva Zelanda, la desgravación arancelaria y los plazos tan cortos van a provocar la destrucción de miles de productores, con una dependencia del 49.6 por ciento de importaciones, de las cuales 90 por ciento es proveniente de Estados Unidos, 5 por ciento de Nueva Zelanda y 1.5 por ciento de Canadá”.
De la carne, indica El Barzón, “el 87 por ciento de las importaciones proviene de Estados Unidos y el 11 por ciento de Canadá. En México hay cerca de 1.5 millones de productores de carne, con una producción de 1.8 millones de toneladas, siendo los principales estados productores: Veracruz, Jalisco, Chiapas, Sinaloa, Baja California, San Luis Potosí y Michoacán”.
En entrevista con Contralínea, Miguel Ramírez, integrante de esta organización campesina, dice que el TPP evidencia el “entreguismo del gobierno; el campo será un sector muy afectado, podemos ver que va a ser muy difícil competir con productores de países que son potencia en la producción de leche, como Nueva Zelanda; arroz y café, con Vietnam. Será muy complicado que los pequeños productores puedan competir contra aquellos que tienen más apoyos”.
Alerta en medicamentos
Desde 2014, Contralínea documentó que uno de los sectores más sensibles de este acuerdo es el de la salud. Filtraciones a los que tuvo acceso la organización internacional humanitaria Médicos sin Fronteras revelan que las grandes farmacéuticas han logrado que se les devuelvan patentes de viejos medicamentos y que se les otorguen mayores periodos para conservar las de los nuevos. Además, han conseguido que, por primera vez, se les conceda patentar métodos quirúrgicos, terapéuticos y hasta de diagnóstico.
Henry Rodríguez, coordinador de la misión de MSF en México y Centroamérica comenta que Vietnam “es una guerra total contra la producción de genéricos. La industria genérica ha hecho la balanza entre los que producen e innovan a unos precios muy altos y ésta, que produce hasta el 99 por ciento más barato y hace más accesible el mismo medicamento. Es una barrera total para el acceso a medicamentos, vacunas y en prestaciones de servicios de salud”.
Con estas disposiciones, más de 500 millones de personas en todo el mundo, en condiciones de pobreza y consumidoras de medicamentos genéricos, podrían resultar afectadas, según el documento Comerciando con la salud: Acuerdo de Asociación Transpacífico, elaborado por la organización internacional Médicos sin Fronteras.
El capítulo de la propiedad intelectual cubre el tema de patentes, marcas, derechos de autor, diseños industriales, indicaciones geográficas, tratados secretos y otras formas de propiedad intelectual. Establece estándares para las patentes, contiene disposiciones en materia farmacéutica para el desarrollo de productos innovadores, medicamentos salvavidas y la disponibilidad de medicamentos genéricos, “teniendo en cuenta el tiempo que varias personas puedan necesitar para cumplir con estas normas”. Incluye los compromisos relativos a la protección de la prueba no revelada y otros datos, presentados para obtener la aprobación de comercialización de un nuevo producto farmacéutico o productos químicos agrícolas.
La defensa del internet
El capítulo de la “Propiedad intelectual”, dice la versión estadunidense del TPP, “hará que sea más fácil para las empresas buscar, registrar y proteger los derechos de propiedad intelectual en nuevos mercados, especialmente para las pequeñas empresas”.
En derechos de autor, indica, se establecen compromisos para la protección de obras, actuaciones y fonogramas, como canciones, películas, libros y software, e incluye la obligación de que las partes busquen continuamente lograr el equilibrio entre los sistemas de derechos de autor, las excepciones y limitaciones para fines legítimos, incluso en el entorno digital. El capítulo exige a las partes establecer o mantener un marco de puertos seguros de derechos de autor para los proveedores de servicios de internet.
Carlos Brito, director de Incidencia de la Red 3D: Red en Defensa de los Derechos Digitales, dice que en el caso específico del internet hay casos muy preocupantes, y es que en México, de manera reiterada, se han intentado leyes que buscan vulnerar una plataforma con un carácter democrático indiscutible, como es internet; esto, con en el sentido de que empresas o los Estados recuperen el control. Ahora se refiere a vigilancia y capacidad de censura, “elementos que son nocivos y que nadie quiere en internet”.
Para el especialista en el tema, hay varios Caballos de Troya en este acuerdo, y uno de ellos es el de la propiedad intelectual. “Los miedos se confirman, pues estaríamos viendo que quienes comparten un tipo de material con derechos de autor en un meme o video, aunque no se esté lucrando con ella, se puede ser sujeto de un tipo penal, la remoción del uso justo haría que estas empresas puedan seguir exprimiendo hasta el último momento sus contenidos, incluso, cuando eso vulnere acciones legítimas de todas las personas que usan internet”.
Érika Ramírez, @erika_contra
BLOQUE: INVESTIGACIÓN SECCIÓN: CAPITALES
Contralínea 462 / del 09 al 15 de Noviembre 2015