De cara al proceso electoral de 2024, el movimiento de cuarta transformación empezó a cerrar filas en torno a Claudia Sheinbaum, la nueva coordinadora y futura candidata a la Presidencia de la República. En los próximos comicios está en juego el llamado Plan C, con el que los partidos Morena, Verde y del Trabajo buscan tener mayoría calificada en el Congreso para, entre otras cosas, reformar y democratizar al Poder Judicial. En ese contexto, el presidente López Obrador cerró su ciclo como dirigente de la 4T y cedió el mando a la exjefa del gobierno capitalino, quien tendrá que trabajar –primero– para conseguir una votación masiva, y –después– para consolidar y profundizar programas y proyectos a favor de los más pobres, así como la fortaleza del Estado de bienestar. Todo ello, con la oligarquía y sus medios de comunicación en contra
Uno de los principales retos para el movimiento de cuarta transformación es el Plan C: conseguir –en los próximos comicios de 2024– la mayoría calificada en el Congreso de la Unión. Ello, para desactivar el llamado golpe judicial o guerra legaloide, mediante una reforma constitucional al Poder Judicial de la Federación. Hasta ahora, la mayoría de jueces, magistrados y ministros han favorecido a grupos oligárquicos y obstaculizado la profundización de las políticas públicas a favor de los más pobres.
A pesar de que todas las tendencias electorales le dan la ventaja al movimiento de la 4T, el trabajo que deberá consolidar la doctora Claudia Sheinbaum Pardo –como coordinadora nacional y futura candidata presidencial– es precisamente una movilización masiva a las urnas que arrastre no sólo a las bases de los partidos Regeneración Nacional, del Trabajo y Verde Ecologista de México, sino también a otros sectores de la sociedad que simpatizan con el Estado de bienestar y las políticas públicas que favorecen a los más desprotegidos.
El tema no es sencillo. Los grupos oligárquicos que también controlan los medios de comunicación y –como ya se ha visto con los temas del sismo de 2017 y la tragedia de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México– desatarán las peores campañas de guerra sucia con tal de arrebatar algunos votos. Lo que buscan es imposibilitar el Plan C y seguir controlando al Poder Judicial y también incidir en el Presupuesto de Egresos.
La bandera de la 4T
El encargo que le transfirió el presidente Andrés Manuel López Obrador –mediante la simbólica entrega del bastón de mando– es muy grande: consolidar la cuarta transformación de la vida pública de México, mediante un gobierno justo y con políticas, proyectos y programas que siempre beneficien a los de abajo. Por ello, tanto Sheinbaum Pardo como las dirigencias de los partidos han llamado a cerrar filas y actuar en unidad.
Ganar la Presidencia de la República y conseguir el Plan C, para después acompañar la reforma al Poder Judicial de la Federación, son sólo apenas los primeros retos para Sheinbaum. En caso de llegar al máximo cargo público, la que sería la primera presidenta del país se enfrentaría a los obstáculos que sistemáticamente han interpuesto al gobierno progresista de López Obrador los grandes capitales a través de sus grupos de presión. Ello incluye la guerra de noticias falsas orquestada por los medios corporativos de comunicación.
La exjefa de gobierno tendrá no sólo que enfrentarse a sabotajes de todo tipo, sino salir avante para poder consolidar la cuarta transformación. Por eso, deberá poner especial atención en uno de los pilares en el cumplimiento de los objetivos: un sólido sistema tributario. Es decir, que el SAT cobre los impuestos a los que más tienen –aún si no hay una reforma en la materia– para poder tener finanzas sanas, presupuesto para los programas sociales y recursos para las obras de infraestructura. Esa área, junto con las secretarías de Hacienda y Economía son fundamentales.
Tan sólo en 2023, el gobierno federal dispone del 50 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación para protección social y energía. Al cierre de este año, ambos rubros sumarán un ejercicio superior a los 4.1 billones de pesos, de los 8.2 billones que aprobó la Cámara de Diputados como gasto total. De acuerdo con el Prontuario del Presupuesto de Egresos de la Federación en México, 2022-2023, protección social tiene una asignación de 2 billones 867 mil 701 millones de pesos; mientras que el rubro de combustibles y energía cuenta con 1 billón 299 mil 625 millones.
Y es que en el tema de la protección social, el erario nacional debe alcanzar para cubrir los programas sociales: Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores; Sembrando Vida; Jóvenes Construyendo el Futuro; Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Básica; Beca Universal para el Bienestar Benito Juárez de Educación Media Superior; Beca para el Bienestar Benito Juárez de Educación Superior; Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad; Programa de Niñas y Niños Hijos de Madres Trabajadoras; La Escuela es Nuestra; Producción para el Bienestar; Bienpesca; Tandas para el Bienestar; Fertilizantes para el Bienestar; Programa por Una Mejor Vivienda; Programa Nacional de Reconstrucción; y Precios de Garantía. Además de sumar nuevos beneficios sociales que contribuyan a salir de la pobreza y seguir garantizando la salud universal.
Ya quedó demostrado que una política laboral sólida que proteja a los trabajadores –con salario mínimo digno, sin outsourcing “malo” y seguridad social garantizada–, así como la entrega de programas sociales que impactan directamente en la economía de las familias logró que salieran de la pobreza 5.1 millones de personas entre 2018 y 2022.
El presupuesto también debe consolidar al sector energético. Si bien uno de los principales avances del gobierno de López Obrador fue recuperar las industrias petrolera –con Dos Bocas y Deer Park– y eléctrica –con la nacionalización de plantas de Iberdrola y la recuperación de las chatarrizadas–, falta rescatar la petroquímica y mantener los avances sobre todo con el litio. Además, la doctora tendría que impulsar sus propios proyectos para generar empleos y mejores condiciones de vida para los lugares más apartados.
Además, deberá concretar el Plan B: la reforma electoral que buscará acabar con vicios del pasado que propiciaron los grandes fraudes de 2006 y 2012, cuando el PRI y el PAN, en asociación con los grandes capitales, impusieron a Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en la Presidencia.
En cuanto a la política exterior, Sheinbaum deberá mantener la soberanía del país frente a intereses extranjeros, particularmente frente al injerencismo estadunidense. Como se recordará, en este gobierno de López Obrador, México expulsó a las 14 agencias de Estados Unidos de México por considerar que sus labores son invasivas y contrarias a la independencia nacional.
Adicionalmente y como parte incluso de su propia formación, la doctora deberá defender al medioambiente y a los maíces nativos. Otros retos serán los de mantener el combate a la corrupción y la lucha contra la impunidad como ejes centrales de la llamada 4T. Por su género, también deberá hacer suya –como ya lo ha hecho– la lucha feminista y por los derechos de las mujeres de forma justa y siempre propiciando la equidad de género y la no discriminación.
Y deberá atender con urgencia los temas relacionados con víctimas y violaciones a derechos humanos, entre ellos, los casos de los desaparecidos, los feminicidios.
Los compromisos de Claudia
La noche del 7 de septiembre, tras recibir el símbolo del movimiento de manos del presidente de la República y líder moral de la 4T, y arropada por los ex aspirantes presidenciales (Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López, Manuel Velasco y Ricardo Monreal) y los gobernadores y gobernadoras de la 4T, Claudia Sheinbaum se comprometió –con los mexicanos y mexicanas a los que les pedirá los próximos meses su voto y su confianza– a tomar el bastón de mando “con orgullo y compromiso y con humildad. Pero, con la plena responsabilidad de continuar el rumbo trazado por nuestro pueblo, el de la transformación que ha iniciado el presidente Andrés Manuel López Obrador”.
Ahí, en el Centro Histórico de la Ciudad de México y con el bastón en mano, pronunció las siguientes palabras que enmarcan el inicio de su candidatura presidencial:
“Tengan la certeza que voy a estar a la altura de las circunstancias. Que vamos a caminar juntos y juntas en unidad. Y que jamás traicionaré el anhelo de seguir construyendo un México aún más justo, fraterno, soberano, libre y democrático.
“Licenciado Andrés Manuel López Obrador, dirigente de nuestro movimiento, presidente de la República:
“Estamos orgullosos y orgullosas de caminar junto a su liderazgo incansable. Lo digo fuerte para que se oiga lejos: ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!¡Es un honor estar con Obrador! ¡Es un honor estar con Obrador!
“Es un honor haber caminado junto a usted cuando fue jefe de gobierno, cuando lo desaforaron, cuando hicieron el fraude del 2006, cuando el gobierno legítimo, cuando luchamos por la defensa del petróleo con las adelitas, cuando se formó Morena como asociación civil, cuando se formó como partido político, cuando la reforma energética de 2013, en el triunfo del 2018, como jefa de gobierno y usted como presidente. Es un honor haber caminado juntos en aquella histórica marcha del 27 de noviembre y es un honor recibir de sus manos este bastón de mando.
“Usted querido presidente por muchos años ha representado y representa el anhelo de justicia del pueblo de México. Con su energía y empuje ha cambiado para bien la historia de nuestro país. Usted querido presidente es un referente ético y moral que nos ha enseñado a no caernos frente a ninguna adversidad, a no arrodillarnos frente al poder del dinero, a confiar en el pueblo y su dignidad, y a que cuando hay revolución de las conciencias y un pueblo se empodere y reconoce su fuerza y su historia, no hay nada que lo detenga.
“Sepa querido presidente que siempre tendrá nuestro apoyo. Cuidaremos su gran legado. Y sepa que el cierre de su gobierno será espectacular porque una vez más que ¡el pueblo de México estaremos haciendo historia!
“México ya no es un país de unos cuantos. México es de todas y de todos. Pero, sobre todo, es de los más de 8 millones de personas mayores que reciben su pensión cada bimestre. Es el de los cientos de miles que reciben apoyo por discapacidad. Es el de millones de jóvenes que escriben y construyen futuro. Es el de las y los ingenieros y obreros y obreras que construyen trenes, aeropuertos, refinerías, plantas solares, puertos, presas, carreteras. Es el de las y los maestros que enseñan con los nuevos libros de texto y que son reconocidos. Es el de las y los trabajadores de la salud que están siendo basificados. Es el de las y los trabajadores de CFE y de Pemex que reconocen el rescate de sus empresas. Es el de los que han visto crecer como nunca su salario y el reparto de utilidades. Es el de las y los trabajadores de Mexicana, de Luz y Fuerza del Centro, para los que hubo justicia. Es el de las y los campesinos que siembran vida.
“México es hoy el de las comunidades, que este fin de semana vitorearon el Tren Maya, pues por primera vez vieron justicia porque el desarrollo con Bienestar llegó al sureste. Es el de las y los indígenas que construyen con el gobierno sus planes de justicia.
“Hoy la vasta mayoría de nuestro país sabe que el humanismo mexicano da resultados, fortalece la economía y nuestra moneda, da estabilidad política, crea riqueza, la distribuye y disminuye la pobreza. Por eso hablamos de continuar el cambio verdadero. Continuar con la transformación que significa garantizar que México seguirá siendo cada vez más de todos y de todas. Con un mandato que no debemos traicionar; el que establece que la democracia, la libertad, la fraternidad y la verdadera justicia se hace realidad cuando se apoya a las y los de abajo.
“Y que un país no puede prosperar cuando se apoya al más próspero. Y que la prosperidad sólo tiene sentido cuando es compartida. O dicho de otra forma, ‘por el bien de todos, primero los pobres’.
“Por supuesto siguen presentes los que quieren regresar al pasado. Ahora con máscara de cambio. Como la mentira de Fox que prometió un cambio y acabaron con un fraude. Ellos, los del pasado nunca cumplieron sus promesas y nunca las podrán cumplir porque son la imagen viva de la corrupción, porque defienden el privilegio, porque marcharon al mismo compás del desafuero, del fraude, del clasismo y del racismo. Solo hay que seguir mostrándolos porque suelen usar disfraces de feministas, de demócratas, o más recientemente, de ciudadanos que llaman a una falsa reconciliación.
“Las y los mexicanos no quieren reconciliarse con la corrupción o con el conflicto de interés, con la guerra o con la represión y el autoritarismo, o con el pasado de privilegios. Las y los mexicanos, todas y todos, con excepción de aquellos que añoran el pasado, saben que hay rumbo, hay proyecto, y que hay mujeres y hombres honestos de convicción que estamos dispuestos a defenderlo y a fortalecerlo.
“¡Muchas gracias! ¡Gracias! ¡Muchas gracias!
“Muchas gracias a la dirigencia de nuestro partido, Morena. A Mario Delgado, a Citlali, a nuestro compañero Alfonso Durazo. Muchas gracias al Partido del Trabajo y al Partido Verde. Muchas gracias a todos los que son parte de este movimiento. Y desde aquí les digo: las puertas de nuestro movimiento están abiertas, siempre vamos a convocar a la unidad. Pero, sobre todo a los dirigentes, gobernadores, gobernadoras, de nuestro partido, de nuestro movimiento, por supuesto a Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña, Manuel Velasco, Adán Augusto López, nuestro reconocimiento.
“Quiero culminar con lo que nos caracteriza en nuestro movimiento. Desde aquí, con este histórico bastón de mando que recibo del presidente de la república, de quién ha sido y es nuestro dirigente, Andrés Manuel López Obrador. Aunque entrega el bastón de mando, vamos a resguardar siempre su legado. Y hay mucho trabajo que hacer hacia delante, porque vamos, no sé si se pueda decir, pero vamos por el 2024.
“Y con este bastón de mando que recibo del presidente Andrés Manuel López Obrador en su calidad hoy de dirigente, y que recibo con honor y con orgullo, con mucha responsabilidad. Desde aquí les digo lo que decimos: ¡Jamás voy a mentir! ¡Jamás voy a robar! ¡Jamás, jamás voy a traicionar al pueblo de México! ¡Qué viva el presidente López Obrador! ¡Qué viva la cuarta transformación! ¡Qué viva México! ¡Qué viva México! ¡Qué viva México!”
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