Las cinco regiones mineras más tóxicas en México

Las cinco regiones mineras más tóxicas en México

Cinco regiones mineras se identifican como las más contaminadas del país, cuya toxicidad causa muerte prematura por enfermedades terminales
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Cinco regiones mineras se identifican como las más contaminadas del país, cuya toxicidad causa muerte prematura por enfermedades terminales (cáncer y daños renales irreversibles), especialmente entre la población infantil. De acuerdo con el mapa de los 30 infiernos industriales de México –elaborado por científicos del Conahcyt–, esas zonas se localizan en Sonora, Coahuila, Sinaloa, Oaxaca y Michoacán. Datos de la Secretaría de Economía revelan que en las áreas con más daños ambientales operan, entre otras empresas, el  Grupo México –del magnate Germán Larrea–, Minera Frisco ­–del empresario Carlos Slim–; y trasnacionales canadienses como First Majestic Silver, Álamos Gold, Agnico Eagle Mines, Magna Gold y Argonaut Gold

En el mapa de los 30 infiernos industriales –donde la contaminación tóxica enferma y mata a la población, sobre todo infantil– se ubican cinco regiones donde –además de otras actividades manufactureras altamente contaminantes– prevalece la minería a cielo abierto. Éstas se ubican en los estados de Sonora, Coahuila, Sinaloa, Oaxaca y Michoacán.

De acuerdo con la investigación de un equipo multidisciplinario del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt), en las 30 regiones de emergencia sanitaria y ambiental (RESAS) hay una alta incidencia de cánceres –especialmente leucemias en infantes–, enfermedades renales crónicas, enfermedades cardiovasculares, malformaciones, abortos espontáneos, tumoraciones y muertes prematuras, vinculados directamente a la polución de la industria.

Con exámenes de sangre, orina, tejidos y otros fluidos, se ha comprobado científicamente que los cuerpos de las personas que viven en zonas aledañas o trabajan en esos lugares están contaminados con metales pesados, plomo, arsénico, cromo, varios plaguicidas, cadmio, y bifenilos policlorados, entre otros.

Esa misma investigación apunta que cinco de esas 30 regiones se caracterizan por la contaminación minera:

  1. Río Sonora. El principal centro minero en México es Sonora, y el afluente recibe agua de muchas vertientes. En la región se localiza la tercera mina de cobre más grande del mundo, en curso de crecimiento, y con una contaminación crónica de los ríos con otros procesos mineros, represa de entrada, industria automotriz y cementera, agro industria con uso de plaguicidas).
  2. Zona carbonífera del norte de Coahuila. Se caracteriza por la extracción rústica del carbón en la región de Piedras Negras y zona siderúrgica de Monclova.
  3. Región agroindustrial de Los Mochis, Sinaloa. Es una zona de agricultura industrial y de industria agroalimentaria, con escurrimientos mineros de la Sierra Madre Occidental.
  4. Lázaro Cárdenas, Michoacán. Los procesos contaminantes están relacionados con el puerto multimodal más importante de todo el Pacífico americano, la minería del hierro, la industria siderúrgica Lázaro Cárdenas, el complejo industrial, y transportación ferroviaria multimodal de KCSM.
  5. Complejos mineros en los Valles Centrales de Oaxaca.

En entrevista con Contralínea, el doctor Andrés Barreda Marín –coordinador del Programa Nacional Estratégico del Conahcyt: Agentes Tóxicos y Procesos Contaminantes, y académico de la Facultad de Economía de la UNAM–  expone que la industria extractiva ha sido identificada en los estudios científicos entre los cuatro tipos de procesos altamente contaminantes que se toman en cuenta para definir cuáles son las RESAS.

Las regiones de emergencia sanitaria y ambiental, detalla, son las áreas donde convergen distintas fuentes contaminantes altamente tóxicas al mismo tiempo: son zonas “donde la desregulación laboral y ambiental que se fue sedimentando a lo largo del neoliberalismo permitieron que no hubiera un proceso de contaminación, sino una convergencia de procesos diversos de diferentes orígenes”.

Explica que uno de esos procesos de contaminación “tienen que ver con actividades de orden extractivo que no es propiamente industria de transformación, sino que son minas a cielo abierto que contaminan los ríos, que sobreexplotan el agua y que generan grandísima contaminación; como el caso ejemplar de Cananea, en el Río Sonora, pero que son muchísimas”.

Licenciado en economía, maestro en sociología y doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México, el investigador Barreda Marín explica que los otros tres procesos contaminantes son: “diferentes tipos de procesos industriales, que no es un tipo de contaminación: pueden ser 10, 20, 30, depende del número de fábricas, de corredores industriales, de parques industriales; las dinámicas agroindustriales, en donde no se emplea solamente glifosato, sino hay un empleo de alrededor de unos 183 plaguicidas altamente peligrosos; más peligrosos que el glifosato, incluso, que se usan a discreción en infinidades zonas de agroexportación o de producción de alimentos para el país”; y “las megaciudades: México tiene muchas ciudades de más de 1 millón de habitantes, no tiene una o dos, tiene muchísimas. Y pues, en la Ciudad de México toda la mancha urbana es un área de 22 millones de habitantes, entonces evidentemente la masa de basura que genera, la masa de aguas negras que genera, la masa de contaminantes atmosféricos que general es brutal. Y ciudades como México, Monterrey, Guadalajara, las grandes ciudades tienden a concentrar sus desechos en determinadas áreas que son elegidas, y curiosamente se suelen sobreponer con áreas que ya están brutalmente devastadas por causas industriales”.

Las minas en Sonora

La información más actualizada de la Secretaría de Economía –a través del Servicio Geológico Mexicano, que depende de la Subsecretaría de Minería– apunta que la industria minera mexicana produce un total de 53 minerales (11 metálicos y 42 no metálicos), y su riqueza geológica incluye un mayor número de sustancias que pueden ser aprovechadas.

En el Manual del inversionista en el sector minero mexicano, actualizado a noviembre 2022, la Secretaría indica que, a nivel mundial, este país se ubica entre los 10 principales productores de plata, fluorita, celestita, sulfato de sodio, wollastonita, bismuto, molibdeno, plomo, cadmio, sulfato de magnesio, zinc, diatomita, barita, yeso, sal, oro y cobre.

Además de los datos generales, la dependencia federal expone una radiografía completa por cada entidad federativa. En el informe Panorama minero del estado de Sonora, expone que ahí “se tienen los principales yacimientos de cobre, molibdeno y oro del país, mientras que entre los minerales no metálicos están los yacimientos más importantes de grafito, wollastonita y barita ocupando desde hace muchos años el primer lugar dentro de los principales estados mineros productores, debido principalmente a la explotación de las dos minas más grandes del país Cananea y La Caridad”.

Respecto de las minas activas, da cuenta de la existencia de 56; además, de 21 unidades minero-metalúrgicas de transformación; cuatro plantas fundidoras y de refinación; y 30 plantas de beneficio de minerales no metálicos. Además, en la entidad hay 18 unidades minero-metalúrgicas de transformación inactivas.

Algunas de las empresas que explotan esos yacimientos son: Compañía

Minera Parreña, SA de CV; Minera Frisco, SA de CV (del magnate Carlos Slim); las canadiense First Majestic Silver, Álamos Gold, Agnico Eagle Mines, Magna Gold y Argonaut Gold; la empresa Inventure Group (fundada por John Detmold, exdirector de Banca Quadrum); Buenavista del Cobre (de Grupo México, propiedad de Germán Larrea); Minera Columbia (de Compañía Minera Autlán, fundada por Enrique Madero Bracho); Arcelor Mittal, SA de CV (con oficinas centrales en Luxemburgo); New Best; Minera Roca Rodando S de RL de CV; Grafitos Mexicanos, SA de CV; Minera Real de San Javier, SA de CV; Minera Carson, SA de CV; La Colorada SA de CV; Hermanos Olavarría y Antracita de Sonora, SA de CV; Holcim Apasco; Calhidra de Sonora, SA de CV.

Además de la contaminación tóxica que causa de forma constante la industria extractiva en Sonora, en uno de sus principales afluentes ocurrió el “peor desastre ambiental de la historia de la minería metálica en México”, de acuerdo con la secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales, María Luisa Albores González. Se trató del derrame de 40 mil metros de sulfato de cobre acidulado en el Río Sonora, el 6 de agosto de 2014, en el que incurrió la empresa Buenavista del Cobre.

Por ello, el 17 de agosto pasado, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador denunció penalmente al Grupo México –propiedad del magnate Germán Larrea–, pues el derrame “no fue un accidente, fue una negligencia de construcción”, sino que se debió a un mal diseño hidrológico del sistema Tinaja 1.

En conferencia desde Palacio Nacional el pasado 12 de octubre, la secretaria de Estado afirmó que, a la fecha, “a lo largo del río hay concentraciones de metales pesados asociados a jales que comprueban la contaminación del agua. A lo largo del río se encontró mercurio, geológicamente inexistente en agua y en sedimentos”. Y reiteró: “el derrame no fue un accidente, no lo aceptamos como un accidente. El gobierno de México se debe al pueblo y a las comunidades de la cuenca del río Sonora, y continuaremos impulsando la justicia social y ambiental en la región”.

Del estado de Coahuila, la Secretaría de Economía apunta que en 2020 fue “el primer lugar en la producción de cadmio, fierro, carbón, celestita, sílice, sulfato de magnesio, sulfato de sodio; tercer lugar en la producción de dolomita; cuarto lugar en barita y fluorita; quinto lugar en caolín y plomo; séptimo en plata, zinc, arcillas; y en menor producción oro, cobre, agregados pétreos, arena, caliza, grava y yeso”.

En esta región, considerada uno de los 30 infiernos ambientales mapeados por los científicos del Conahcyt, hay 14 minas en explotación: una en el municipio de Guerrero: Canoitas, de la empresa Materias Primas de Lampazos, SA de CV, que explota arena sílica; dos en Múzquiz: la mina Tajo La Sauceda, propiedad de Minera del Norte, SA de CV (MIMOSA), que extrae carbón, y Tajo La Soledad, de la empresa MINSA, también de carbón; una en Sabinas: Las Conchas, de MIMOSA, que extrae carbón; una, en Progreso: Mina VII, de MIMOSA (carbón); dos en San Juan de Sabinas (carbón): Mina 2 Santa María, de MINSA, y Mina 3 Santa María, también de MINSA; cinco en Ocampo: La Encantada (de First Majestic Silver Corp, plata, plomo), y Chihuahua Dos, Angelina, Angelina 1 y Laguna del Rey (estas cuatro, de Magnelec, SA de CV –Química del Rey–); una en el municipio de Sierra

Mojada: Hércules (de Minera del Norte, que explota hierro; y una más en Candela: Mina Panuco (de Mexican Moly Mines, SA de CV).

Región minera en Sinaloa

Para el caso de Sinaloa, el reporte de la Secretaría de Economía apunta que hay 19 minas activas en la región. Se trata de las empresas: Americas Silver Corp; Minera Cosalá, SA de CV; Capprepa, SA de CV; Silverstone Resources; Comercializadora de Metales y Minerales de Sinaloa, SA de CV; Compañía Minera Pangea, SA de CV; McEwen Mining Corporation; Desarrollos Mineros del Pacífico, SA de CV; IMSSA Industrial Minera Sinaloa, SA de CV; ESCOB Minera, SA de CV; Arcelor Mittal, SA de CV; Met Sin Industriales, SA de CV; Miguel de la O Vizcarra; Minera Dos Señores, SA de CV; Mineras de Dyna Resource, SA de CV; Dyna Resource Inc; Minera Real de Cosalá, SA de CV; Minera Tapacoya, SA de CV; Minera del Pacífico, SA de CV; Oro Gold de México, SA de CV; Mako Mining Corp.

A estas minas se suman otras de minerales no metálicos, operadas por las empresas Productora de Cerámica, SA de CV; e Industrial Salinera del Pacífico, SA de CV.

Los datos oficiales apuntan que, en 2021, el estado ocupó el doceavo lugar a nivel nacional como productor de oro, onceavo en plata y décimo en cobre, entre los minerales metálicos; mientras que entre los no metálicos, ocupó el noveno lugar en la producción de agregados pétreos, quinto en andesita y séptimo en riolita.

Minas de Oaxaca y Michoacán

De Oaxaca, la SE detalla que ese estado cuenta con yacimientos de cobre, plata, zinc, hierro, grafito, carbón, micas (flogopita, moscovita y biotita); además, hay yacimientos de rocas dimensionables: ónix, mármol, cantera verde y rosa, travertino, yeso, barita, granito y caliza para la industria del cemento cal y agregados pétreos. En la entidad hay 11 minas activas de metálicos y no metálicos.

En tanto, el documento Panorama minero del estado de Michoacán informa que en esa entidad se explotan recursos metálicos, como oro, plata, cobre, fierro, plomo; y no metálicos, como piedra caliza, cantera, tezontle, grava, caolín, yeso, diatomita, arcillas, andesita, riolita, basalto, zinc.

Al respecto, detalla que hay cinco yacimientos activos de metálicos (Arcelor Mittal Steel; Compañía Minera El Baztán; Ternium; Las Encinas, SA; Compañía Minera Los Encinos, SA de CV; Sago Import Export), y seis de no metálicos.

El equipo multidisciplinario del Conahcyt demostró con evidencias científicas que la contaminación industrial –como la de la industria minera– enferma y mata a las personas con exposición crónica a esa toxicidad.

Con estudios de sangre, orina, tejidos y otros fluidos de población aledaña a estas regiones comprobaron que desde la primera infancia, las personas están contaminados con metales –arsénico, níquel, plomo, cobre, vanadio, yodo, selenio, estroncio, litio– y plaguicidas –malatión, glufosinato, glifosato, picloram, AMPA, molinato, paratión y 24-D–, entre otros elementos altamente tóxicos.

Esto repercute en el desarrollo de enfermedades como: leucemias agudas, (linfoblástica, mieloide, de linaje mixto) especialmente en menores de 20 años de edad; así como enfermedades cardiovasculares y renales crónicas.

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