Tiene retrocesos la calidad democrática mexicana por sus dosis autocráticas del presidencialismo
El politólogo estadunidense Al Smith fue quien planteó que “la democracia debe resolver con más democracia los problemas de la democracia” (Estados Unidos, una Civilización, varios autores; obra dirigida por Daniel J Boorstin; editorial Labor).
El derecho de réplica por encima de principios constitucionales
En vigor ya la Ley Reglamentaria del primer párrafo del adicionado –por el peñismo– Artículo 6 (no sexto, como dice el decreto publicado en el Diario Oficial, el 4 de noviembre de 2015), contiene, como casi todos los cambios constitucionales de Peña y sus aprobaciones por los Congresos, incluido el de la Unión, muy drásticas violaciones a los principios fundamentales de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en lo dispuesto en su Artículo 136.
¿Quién va a recapturar el crecimiento, el peso y el petróleo?
Como si el cumplimiento de sus obligaciones fuera un mérito, Enrique Peña y sus empleados celebraron haber recapturado al delincuente Joaquín Guzmán Loera, a quien algunos de ellos, mediante sobornos, dejaron escapar de manera espectacular para que pareciera real. La noticia, como se dice, dio la vuelta al mundo. El ungido como “enemigo público número uno” en Chicago regresaba a la cárcel tras haber sido materialmente pescado en las aguas negras del alcantarillado del municipio de Los Mochis, Sinaloa, cuando trataba de huir burlando a policías, marinos y soldados que lo tenían cercado. Ya pasó el hecho y el escándalo mediático.
Pobreza, impunidad, corrupción, derechos humanos e inseguridad
No es el tercer año, sino los 2 anteriores de este sexenio –al que desgraciadamente le falta la mitad– los que han mostrado que el peñismo no ha sabido resolver los problemas de su competencia. Ha sido éste un mal gobierno. Y no porque los anteriores hayan sido mejores. Nada de eso, pero lo que está en cuestión es el presente, que de esto trata la política responsable. En todos los frentes de sus obligaciones, Enrique Peña y su grupo han resultado ineficaces. Se agudizan esos problemas. La pobreza aumenta y ya debe haber más de 55 millones que, con comedores dizque gratuitos que no atienden ni a 2 millones de mexicanos necesitados, busca el peñismo paliar el hambre. Y todo porque crece el desempleo, al no saber Peña cómo convencer a los empresarios para que su capitalismo genere ocupación.
Urge un nuevo presidencialismo para enfrentar la crisis general
Durante los 90 minutos de charla que tuvo el historiador Enrique Krauze en la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara (Reforma, 3 de diciembre de 2015), declaró que no quiere “que haya una revolución violenta, pero sí quiero que haya cambios pacíficos y rápidos para México”. Y es que negar la crisis general de la nación en todos sus frentes y no atenderla cuanto antes es casi un suicidio; pues no hay tiempo, o apenas lo hay para implantar lo que en otros países se llama instalar un “gabinete de crisis” (Bernard Schwartz, Los poderes del gobierno; volumen II: Los poderes del presidente, editado por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México; y de Harold Zink, Los sistemas temporáneos de gobierno, Libreros Mexicanos Unidos).