Berlín, Alemania. La epidemia del coronavirus sigue su curso inexorablemente con nuevos giros. A raíz de una reunión entre la canciller alemana, Angela Merkel, y los primeros ministros de la entidades federales se establecieron nuevos lineamientos generales más estrictos para combatir la propagación en la población. Hasta entonces estos habían sido diferentes a cada región. En la tarde del domingo 22 de marzo un comunicado informaba que la canciller Angela Merkel pasaría a cuarentena de 14 días, al sospecharse que podría haber contraído el coronavirus.
El virus Covid-19 ya se encuentra presente en la mayoría de los países, sin embargo Alemania se encuentra dentro de los más afectados en Europa tras Italia, España, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos. Desde el pasado 13 de marzo se había comenzado por limitar la actividad en el país, mas no fue una medida de carácter coercitivo… hasta el pasado lunes 23 de marzo.
A partir de ahora rigen reglas estrictas en todo el territorio alemán: se prohíbe toda reunión de más de dos personas en público. Se permite el contacto de personas a 1.5 metros de distancia mínimo. Todas las actividades están suspendidas, exceptuando las sesiones de parlamentos regionales y el Bundestag (Parlamento alemán) y las relacionadas con la salud. También constituyen una excepción los funerales. En general se debe de reducir las salidas a los supermercados, para asistir a otras personas o por citas médicas.
En general todos los negocios están cerrados, exceptuando farmacias, supermercados, gasolineras y kioskos. Todas los hoteles y restaurantes, bares y similares quedan cerrados hasta nuevo aviso. No se admiten estadías por motivos de turismo en nignún establecimiento hotelero. Las instituciones educativas quedan clausuradas, a la vez que las bibliotecas u otros establecimientos académicos anexos.
Desde el 13 de marzo en adelante los países vecinos a Alemania fueron sucesivamente cerrando sus fronteras, comenzando con Dinamarca, Polonia, República Checa, Austria y Suiza. La región fronteriza de Alsacia, en Francia, acordó con el estado federado de Baden-Württemberg una vigilancia férrea en los puentes internacionales para contolar el tránsito de personas. Posteriormente Bélgica y Países Bajos optaron también por esta medida. Mientras que el tráfico aéreo se ha reducido a su mínimo desde entonces el aeropuerto internacional de Frankfurt sigue operando, al ser además el más importante y actualmente la puerta de entrada al país en plena crisis de pandemia.
Cuando España, Italia y Francia habían optado por cerrar sus fronteras, el presidente francés, Macron, anunció el pasado miércoles 16 el cierre de toda la zona Schengen para el tráfico de fuera de la unión aduanera. Esto fue posteriormente confirmado por la presidenta de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, por un periodo de 30 días. Así quedaba excluida toda visita a todo ciudadano extra-europeo o que no contara con una residencia permanente en un país del espacio Schengen. Tan sólo los vuelos de los países para repatriar a sus conciudadanos son los que tienen permiso de entrada, y con la consecuencia de que los pasajeros tienen que pasar inmediatamente a una cuarentena de 14 días.
Las primeras reacciones en general fueron de compras de pánico a los supermercados, en particular de productos de higiene y de papel de baño en lo particular. Además de que los productos de deinsfección y geles antibacteriales rápido se hicieron raros. Los llamados para entrar en razón no fueron del todo atendidos por parte de la población berlinesa.
El pasado 22 de marzo Merkel acordó ahora sí una regla vinculante para toda Alemania. Esto no era posible antes porque el país es de estructura federal, y las competencias de la canciller Merkel no abarca las competencias de cada estado. Por ello también su margen de decisión nunca ha pasado de una recomendación general, y recién ahora adquiere un sentido concreto, que sin embargo se verá sujeto a las condiciones de cada entidad.
Se puede decir al menos en el caso de Berlín que la reacción de la población no fue de un acatamiento espontáneo desde los primeros anuncios de restricciones. Lejos de ello, algunos siguieron su vida en los parques y en las plazas públicas, aunado al hecho de que muchos de los trabajadores están ahora mismo dispensados de sus obligaciones. Con la iniciativa propia de Bavaria del pasado 21 de marzo de decretar el toque de queda es probable que se hayan disparado las decisiones. Sin turistas ni empresarios de paso en la ciudad, se hace notar lentamente el estado de excepción imperante en las calles de la capital.
Al ser el uno de los focos de atención en el viejo continente, muchos tienen su mirada sobre estos acontecimientos actuales. Como la principal economía de la zona euro –y cerca de entrar en recesión según algunos economistas– su capacidad de recuperarse de esta crisis es elemental para el retorno a la normalidad para toda la Unión Europea. Para ello el gobierno incluso ha renunciado a su política de no-endeudamiento que llevaba por años, y ha relajado los requisitos para obtener ayudas al desempleo para el gran número de personas que se encuentran en paro. Sin duda el impacto a mediano plazo de esta epidemia se hará sentir por muchos meses más y representará un punto de inflexión en la historia reciente del país.
Para el lunes 23 de marzo 2020 se cuenta oficialmente en Alemania con 118 muertes por el coronavirus, y 28 mil 784 infectados –entre ellos podría estar nadie menos que la propia canciller–. “Desde la Segunda Guerra Mundial, nunca ha habido un desafío para nuestro país donde nuestra solidaridad conjunta sea tan importante”, declaró enfáticamente en una intervención pública el pasado 18 de marzo. Está por verse en qué grado estos números pueden dispararse aún más, y paralizar toda actividad hasta finales de abril o incluso hasta mayo.
Mientras que en China los números van a la baja y la actividad parece normalizarse tras 3 meses de contención, Europa es ahora el centro de atención por su alta incidencia. Alemania, España e Italia representan los casos más significativos, sobre todo el último al haber ya superado el número de víctimas de China.
El desenlace final en Europa y la eficacia en la contención aquí es de suma importancia para el resto del mundo, donde los números están muy por debajo aún. No obstante por su capacidad de propagación el Covid-19 puede afectar a América Latina y a Estados Unidos en un momento en el que en Europa ya los números estén en descenso. Así esta epidemia podría estar presente al menos varios meses más a nivel mundial en este 2020.