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A Salinas de Gortari le urgía que terminara el gobierno de Miguel de la Madrid: DFS

A Salinas de Gortari le urgía que terminara el gobierno de Miguel de la Madrid: DFS

A la mitad del sexenio del presidente Miguel de la Madrid, el grupo político al que pertenecía Salinas ya le urgía que acabara el gobierno

A la mitad del sexenio del presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el grupo político al que pertenecía Carlos Salinas de Gortari –entonces secretario de Programación y Presupuesto– ya le urgía que acabara el gobierno, se asegura en una de las fichas que liberó el Archivo General de la Nación, y que fue elaborada el 28 de abril de 1985 por agentes de la Dirección Federal de Seguridad (DFS).

Para entonces, apenas habían transcurrido 2 años 4 meses de que De la Madrid había tomado posesión del cargo, y México aún enfrentaba las secuelas de la crisis económica de 1982, año en el que se registraron tres severas devaluaciones del peso. Y en ese contexto, en manos de Salinas de Gortari estaba el manejo del erario nacional.

La temida “policía política” –encargada del espionaje y la “eliminación” de adversarios en los regímenes priístas, y que después se convirtió en el Cisen– reportó en la ficha “SALINAS De Gortari, CARLOS” –y con el folio 020-037-016– el caso de uno de los “grupos a quienes ya les urge que concluya el Mandato de MIGUEL DE LA MADRID HURTADO”.

Al respecto, los agentes de la DFS indicaron que el mismo día que el presidente De la Madrid tomó posesión del cargo –el 1 de diciembre de 1982–, “se integró el grupo de EMILIO GAMBOA PATRÓN, actual Srio. del Presidente de México, quien se afianza con CARLOS SALINAS DE GORTARI, Srio. de P.P., y Don FRANCISCO ROJAS GUTIÉRREZ, Contralor de la Nación, quienes encabezan a uno de los más poderosos grupos que están luchando fuertemente para la sucesión Presidencial, su grupo se caracteriza por colocar Gobernadores en donde quieren radicar su fuerza”.

En aquel momento, el priísta Gamboa Patrón era el hombre más cercano a Miguel de la Madrid: todo ese sexenio se desempeñó como su secretario particular. Pero también era muy cercano a Salinas de Gortari: los primeros cuatro años del siguiente sexenio –de 1988 a 1991– fue director general del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit); luego saltó a la Dirección General del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), de 1991 a 1993; brevemente fue director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur); y al cierre de ese gobierno salinista, fue secretario de Comunicaciones y Transportes.

Por su parte, la cercanía de Salinas de Gortari con Miguel de la Madrid se dio desde que este último fue su profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México. Y como era tradición en el PRI, De la Madrid lo eligió –mediante el llamado dedazo– para sucederlo en la Presidencia. Pero no sólo eso, sino que ante el inminente triunfo de Cuauhtémoc Cárdenas en las elecciones de 1988, el presidente de la República respaldó la manipulación del sistema electoral para cometer fraude e imponer al tecnócrata, con la llamada caída del sistema.

El tercer priísta fuerte de ese grupo al que le urgía tomar el poder por completo es Francisco Rojas Gutiérrez, quien durante los dos primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto se desempeñó como titular de la Comisión Federal de Electricidad. De éste se sabe que su cercanía con De la Madrid lo llevó a ocupar varios cargos en ese sexenio.

Rojas Gutiérrez se desempeñó como subdirector general de Egresos y coordinador de asesores en la Secretaría de Hacienda; luego fue coordinador general de Control de Gestión en la Secretaría de Programación y Presupuesto, cuando Salinas estaba al frente de esa dependencia. Y a inicios de 1983, el entonces presidente de la República lo nombró titular de la Secretaría de la Contraloría General de la Federación –encargada del combate a la corrupción–. Para 1987, asumió la dirección general de Petróleos Mexicanos, donde fue ratificado por Salinas. Ahí permaneció hasta que acabó la administración salinista, el 30 de noviembre de 1994.

En abril de 1985, los agentes de la DFS reportaron que “el grupo de GAMBOA PATRÓN ya tiene en la mira al candidato natural a la Gubernatura de Oaxaca, el Senador HELADIO RAMIREZ LOPEZ que dice estar apoyado por los Secretarios del estado EDUARDO PESQUEIRA, de la SARH, y SALINAS DE GORTARI, de la S.P.P., si esto se observa a nivel nacional, como muestra de la lealtad que los colaboradores le guardan al Presidente, ¿que se puede esperar en Oaxaca? en donde los hombres del futuro ante un desolador panorama con un criminal subdesarrollo político solo pueden entrar al handicap del 87: HELADIO RAMIREZ, JESUS MARTINEZ ALVAREZ, AGUSTIN MARQUEZ URIBE no hay mas, …Al menos que vayan a enviarnos otro virrey.rgc” [sic].

El sexenio de Salinas

Aunque la ficha de la DFS sólo menciona a uno de los grupos en pugna por el poder, es evidente que ése que encabezó Gamboa Patrón en su momento fue el que se impuso. Por ello, Carlos Salinas de Gortari gobernó México entre diciembre de 1988 y noviembre de 1994.

Amante del neoliberalismo rapaz y el mal llamado Estado mínimo, el expresidente Salinas es responsable de la más profunda privatización de bienes e industrias nacionales: de 1 mil 150 empresas públicas que existían en 1982, cuando aún gobernaba José López Portillo, sólo quedaron 200 al terminar el sexenio salinista –en diciembre de 1994–, de acuerdo con el investigador Pablo Moctezuma Barragán.

Privatizaciones

Durante su administración, se concretó la privatización de los bancos, iniciada de 1991 a 1992, en un proceso de “indemnización en excelentes condiciones” para Bancomer, al que se le dieron 52 mil 724.9 millones de pesos; Banamex, 47 mil 153.1 millones, y Serfín, 18 mil 292.4 millones, “una vez pasada la nacionalización, en lugar de darles a cada uno 19 mil 845.6 millones; 20 mil 301.3 millones y 7 mil 89.6 millones de pesos, respectivamente”. Además, quedaron exentos del pago de impuestos, documentó el economista Miguel Enrique Berumen Barbosa.

Salinas también remató Telmex. En su ensayo Teléfonos de México: modernización, privatización y nuevas relaciones laborales, el doctor Ignacio Medina Núñez da cuenta de que esa privatización la anunció el entonces presidente en una asamblea general del Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana, el 18 de septiembre de 1989, y la venta se concretó un año después. Detrás de este remate, como de muchos otros, estuvo el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe Armella. Éste recomendaba “reestructurar las grandes empresas y compañías del sector público en sectores importantes, antes de privatizarlas”. El cambio principal había sido la desaparición de los 57 convenios departamentales para consolidar uno solo en una relación laboral más flexible. “Salinas remató Telmex. El operador fue el entonces secretario de Hacienda, Pedro Aspe, quien recomendaba “reestructurar las grandes empresas y compañías del sector público en sectores importantes antes de privatizarlas. Este negociazo es símbolo de la profunda desigualdad que impera en México”.

Al paso de los años, se aprecia el impacto nocivo para la sociedad mexicana de este negocio, símbolo de la profunda desigualdad que impera en México. Sin duda, el emporio de Carlos Slim sentó sus bases con aquel remate de esa empresa nacional.

Corrupción

Otra característica del gobierno de Salinas es la profunda corrupción, encabezada por su clan familiar. Para muestra sólo bastaría asomarse al manejo ilícito de la extinta “partida secreta” de Los Pinos, operada en forma discrecional por Raúl Salinas de Gortari, quien trasegó cientos de millones de pesos del erario a cuentas en el extranjero de la familia presidencial.

Al respecto basta recordar lo que ha publicado el periodista Miguel Badillo, director de Cotralínea, sobre todo ese enriquecimiento ilícito: en el expediente en contra del contador Gómez Gutiérrez están relacionados directamente los hermanos Carlos y Raúl Salinas de Gortari por el uso indiscriminado e ilegal que hicieron de la “partida secreta”, operada desde Los Pinos, y mediante la cual se desviaron miles de millones de pesos del presupuesto público en los 6 años del gobierno salinista. Incluso en el gobierno de Fox se extraditó de Estados Unidos al excuñado de Raúl Salinas, Juan Manuel Pasalagua Branch (10 de agosto de 2005). A éste se le ubicaba como el  máximo operador de la corrupción en la entonces Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo).

Casos EZLN y magnicidio

Además está el tema social. Al respecto, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional señaló que “el 13 de enero de 1994, aproximadamente a las 13:30 horas tropas del Ejército federal violaron el cese al fuego ordenado por el Ejecutivo federal, Carlos Salinas de Gortari, cuando atacaron a una unidad zapatista en un lugar cercano a la comunidad de Carmen Pataté, municipio de Ocosingo, Chiapas. Tropas federales transportadas en 10 camiones del Ejército y con apoyo de helicópteros artillados y aviones intentaron penetrar en nuestras posiciones y fueron rechazadas por los fusiles zapatistas. Las tropas federales empezaron a detener civiles de las poblaciones cercanas al lugar del enfrentamiento, seguramente con intenciones de ejercer represalias o para presentarlos como combatientes zapatistas prisioneros, como ya ha hecho antes”. Aquello ocurría apenas un día después de que el presidente se había comprometido a resolver el conflicto por medio del diálogo y la no violencia.

FOTO: PEDRO VALTIERRA/CUARTOSCURO.COM

Por ello, el Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN llamó “al pueblo de México y a los pueblos y gobiernos del mundo para no dejarse engañar por las declaraciones del gobierno federal que, como muestran los acontecimientos de hoy, no pasan de ser palabras de engaño”.

Y no hay que olvidar el magnicidio de Luis Donaldo Colosio. El político priísta fue ejecutado en el marco de la contienda electoral por la Presidencia de la República el 23 de marzo de 1994, durante un mitin en Tijuana, Baja California. Ese fue el resultado de aquel grupo de poder que llevó a Salinas a la Presidencia de la República por dedazo del propio Miguel de la Madrid, quien habría operado el fraude electoral de 1988.