Dirección Especial para el Caso Ayotzinapa, de la CNDH, prepara recomendación para resolver el caso de los 43, recuperar la memoria de las víctimas en 100 años de existencia del normalismo rural, reivindicar el modelo educativo y protegerlo desde la Ley General de Educación. El documento se dirigirá a varias dependencias del gobierno federal, el Poder Legislativo y gobiernos de los estados
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) ya cuenta con un borrador de la Recomendación General que emitirá a varias instituciones del Estado mexicano sobre las violaciones a los derechos humanos de los normalistas rurales. El documento oficial podría emitirse antes de que se cumplan los 100 años del normalismo rural el 22 de mayo próximo.
La Recomendación no se circunscribirá a la desaparición de los 43 de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, Guerrero, sino que documenta la historia de acoso, persecución, desapariciones y asesinatos cometidos contra integrantes de todo el normalismo rural desde el periodo de la Guerra Sucia y hasta el presente. Por ello, buscará que la protección al normalismo rural –y sus cinco ejes formativos que lo distinguen– quede asentado en las leyes mexicanas y en la Constitución misma.
El índice de la Recomendación, en hoja membretada de la CNDH, se compartió con delegaciones de las 17 escuelas normales rurales del país, en una reunión celebrada el 22 de diciembre pasado. Los estudiantes recibieron una copia por representación, de la cual Contralínea posee un duplicado.
Carlos, secretario general del Comité Central de la Federación Campesinos Socialistas de México (FECSM) –la organización que aglutina a todos los alumnos de las escuelas normales rurales–, señala que se trata de un documento valioso porque “nos ayudaría a proteger los derechos que tienen los estudiantes a la manifestación y a la educación”.
Considera que una recomendación como la que se está elaborando, y de la cual tienen conocimiento, “ayudaría bastante como un respaldo a nivel estatal y a nivel federal de cada normal rural”. Agrega que “sería como un escalón más para poder preservar y conservar las normales rurales y que ya no se atente contra la desaparición de sus ejes, que son importantes para la supervivencia del normalismo rural”.
Explica que la recomendación que emitirá la CNDH será el primer documento oficial desde el cardenismo que explique la importancia y la validez del proyecto educativo de las normales rurales.
Celebra que se incluya la protección al normalismo rural con sus cinco ejes: académico, productivo, deportivo, cultural y político. “El tener una recomendación nos daría la posibilidad de hacer realidad el derecho que se nos ha negado siempre: el de ser tratados como estudiantes, porque se nos trata como personas delincuentes; cada vez que hay una manifestación, siempre van policías antimotines atrás y a los lados, listos para la represión”.
Más aún, la recomendación –explica Carlos– sería un instrumento para frenar el proceso de desaparición de las normales. “Nosotros consideramos que es de suma importancia y que nos ayuda para poder seguir adelante. Una recomendación para normales rurales a nivel estado, ayudaría mucho, porque ahí es donde residen y donde van a estar el tiempo que puedan reservarse”.
Por su parte, Tanalís Padilla, doctora en Historia Latinoamericana por la Universidad de California en San Diego, señala que sería “importantísimo y un buen paso” la recomendación. Sobre todo, si trasciende las leyes y convierte en obligación del Estado y de las autoridades proteger el normalismo rural. “Sin embargo, habría que ver también si de ahí pasa a cumplirse puntual y consistentemente”.
Señala que el Estado debe proveer de los recursos necesarios para cumplir con las obligaciones y responsabilidades ante las normales rurales. Es imprescindible para que los jóvenes tengan acceso a la profesión y al estudio en toda su dimensión. Será necesario, señala, de una voluntad real del Estado para fortalecer a las normales. Recuerda que las recomendaciones de la CNDH no son vinculantes y no siempre son aceptadas por las autoridades.
Hasta el momento de 79 páginas, el legajo se divide en ocho apartados en los que sustenta la ampliación a todas las escuelas normales rurales la protección que en un inicio sólo contemplaba para la de Ayotzinapa.
El primer apartado se refiere a la metodología que se siguió para elaboración del documento: técnicas de recopilación y sistematización y fuentes de la información.
El segundo, Antecedentes, detalla cual es el origen de las Escuelas Normales Rurales y las características de su modelo educativo. También dedica un amplio espacio a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México, la organización estudiantil que nació en 1935 y que gracias a ella el normalismo rural pudo resistir el embate de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y el de todo el periodo neoliberal (1982-2018).
Asimismo, rescata el papel del normalismo rural en la lucha por la democracia en México.
Un tercer apartado, Casos Emblemáticos, detalla las violaciones a los derechos humanos en acontecimientos específicos, como el cierre (y reapertura) de la Escuela Normal Rural Luis Villarreal, de El Mexe, Hidalgo; la clausura del internado en la Pantaleón Domínguez, de Mactumactzá, Chiapas, y otros hechos recientes en la misma normal; las violaciones graves a los derechos humanos de los alumnos de la Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, que incluye la desaparición de los 43; la represión contra la Vasco de Quiroga, de Tiripetío, Michoacán, y los recientes sucesos de represión por parte de las corporaciones policiacas de Puebla contras las alumnas de la Carmen Serdán, de Teteles.
El cuarto apartado integra la fundamentación jurídica de la recomendación y los derechos humanos a proteger. En ese sentido, destina subtítulos al derecho a la educación; el derecho a defender los derechos humanos, la manifestación pública y la protesta social; la histórica falta de acceso a la justicia, verdad, reparación integral y garantías de no repetición; el derecho a la memoria, y la libertad de expresión y derechos de las audiencias.
Para el quinto apartado, la CNDH documenta los impactos psicosociales en las víctimas derivados de los acontecimientos ocurridos a lo largo de la historia de las escuelas normales rurales. Un sexto apartado es de observaciones y conclusiones.
El séptimo apartado integra las recomendaciones propiamente dichas y que se vienen en cuatro sentidos: legislativas, de políticas públicas, presupuestales y de aplicación de medidas de reparación integral
La recomendación que elabora la CNDH es resultado de un Acuerdo firmado por la presidenta del organismo, Rosario Piedra Ibarra, el 18 de octubre pasado. En él determina la apertura de “un nuevo expediente de queja sobre nuevos hechos y elementos respecto a la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero”.
Este nuevo expediente, abierto en la Primera Visitaduría General, atiende la petición de madres, padres, y familiares de los estudiantes víctimas de desaparición forzada, así como las del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes. Además, considera los nuevos hechos y elementos de caso.
El documento también establece la creación de la Dirección Especial para el Caso Ayotzinapa, adscrita a la Primera Visitaduría General. Esta nueva oficina sería la encargada de elaborar la recomendación y, según lo estipulado en el Acuerdo, cuenta con recursos humanos, materiales, tecnológicos y financieros.
Asimismo, se instruye a todas las áreas de la CNDH a colaborar con la nueva Dirección.
La FECSM se apresta a conmemorar los 100 años del normalismo rural, en mayo próximo. La Escuela Normal Rural Vasco de Quiroga de Michoacán –establecida inicialmente en Tacámbaro y desde 1949 en el casco de la hacienda de Tiripetío– fue la primera en América Latina.
En ese marco podría darse el diálogo entre el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y los estudiantes. “Nosotros diríamos que sí –señala Carlos, secretario general de la FECSM–, que estamos en total disposición […], siempre y cuando se nos cumpla el pliego petitorio y los acuerdos que ya se tienen”.
Profesora-investigadora de Historia en el Massachusetts Institute of Technology, Tanalís Padilla señala que el modelo de las normales sigue vigente. Nos trata sólo de preservar los planteles que ya existen sino de erigir nuevos.
Mientras la pobreza y la desigualdad sigan siendo problemas pendientes de resolver, el modelo del normalismo rural seguirá vigente. “Y ahí es muy importante el tema socialista. La FECSM se reivindica como socialista, las normales rurales tienen esta práctica y esta concientización a partir del marxismo”.
Señala que el carácter socialista les permite analizar a los normalistas “la injusticia o las injusticias del capitalismo”. La visión marxista les deja aproximarse a respuestas de preguntas como: ¿Por qué existe la pobreza?, ¿de dónde sale tanta riqueza concentrada en unas cuantas manos? Esa es una visión de concientización que dan las normales rurales a través del marxismo; y ver que la pobreza no es algo natural sino algo contra lo que se puede luchar”.
Además –explica Tanalís Padilla–, en una definición más amplia, socialismo se refiere a la justicia: “justicia para los pobres, justicia en términos de la redistribución y equidad de los recursos”. Particularmente en México, que es uno de los países con mayor concentración de la riqueza.
“Por eso, para muchos, el término socialismo es atractivo; porque apunta a esta posibilidad de un mundo más justo”. Para nada, el socialismo es una “reliquia del pasado”.
Las normales rurales son necesarias con su internado, comedor, cinco ejes formativos y su educación socialista; con una preocupación por el mundo más allá del aula o de la educación en el sentido académico.
Autora de Unintended Lessons of Revolution: Student Teachers and Political Radicalism in Twentieth-Century Mexico (Akal, 2021), entre otros libros, Padilla señala que en las normales rurales la educación es también concientización: “de abrir los ojos para ver cómo las estructuras de explotación e injusticia funcionan para que uno se pueda ir preocupando por cambiarlas”.
Luego de 40 años de neoliberalismo, quedó muy debilitada la infraestructura social que quedaba de la Revolución y los principios revolucionarios. Por ello “es importantísimo recrear esa infraestructura social e invertir en ella, privilegiarla; las normales rurales son un modelo de este tipo de instituciones que se podría fortalecer”.
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